Hugo Páez
Buena precisión del blanco político de Xóchitl Gálvez Ruiz. Un trabajo delegacional en Miguel Hidalgo reforzado con Arne aus Den Ruthen Haag y Obdulio Ávila Mayo contra la prepotencia y la cultura de la ilegalidad, tan penetrada en la sociedad, logran la atención y reviven el reclamo de esos problemas cotidianos que la autoridad obliga a tragarnos por incompetencia, desinterés o complicidad clientelar.
El ruido natural de Xóchitl, del City Manager y el director General de Gobierno, es un peligro para la continuidad del PRD en la Ciudad de México, y, por supuesto, para el proyecto de Ricardo Monreal Ávila y Andrés Manuel López Obrador de Morena.
La cruzada contra los “gandallas”, los mirreyes, la impunidad de los peseros y el abuso ciudadano en la vida cotidiana fue un asunto olvidado por otras prioridades, el clientelismo del Sol Azteca, y las pocas veces lograda firmeza de anteriores administraciones delegacionales en manos de Acción Nacional.
En esta escena donde no los paran los golpes, el influyentismo, la violencia verbal de infractores y abusadores, aparece la mano “oportuna” de la titular de Derechos Humanos del DF, Perla Gómez Gallardo, con un comunicado de prensa sin formalismo de entrega a los destinatarios, que pretende censurar y desacreditar la cruzada de Xóchitl al investirla de presunta violación a los derechos humanos a la seguridad jurídica, a la honra y protección de imagen a partir de una norma confusa e incompleta, al final del día, Perla trató de contener el alud reprobatorio.
De nuevo aparece el brazo de la CDHDF como un apéndice de la Jefatura de Gobierno de Miguel Mancera Espinosa, con las secuelas de los hermanos Toledo, Mauricio el ex delegado de Coyoacán y Nelson, ex funcionario de la dependencia acusado de “cobro de piso laboral” desde la Contraloría en la que mantiene fuertes nexos. El mismo esquema de dependencia del Tribunal Superior de Justicia del tres veces presidente Edgar Elías Azar, dos instituciones clave para la continuidad del PRD y el proyecto político de Mancera.
“Quieren descarrilar mi gobierno, pero vamos a seguir adelante” me dice Xóchitl Gálvez (#NotaDeVoz https://goo.gl/eoi2fR). El temor en la oficina de Mancera y Raúl Flores tiene fundamentos muy sólidos, continuar la cruzada más allá de la demarcación Miguel Hidalgo pondría en evidencia la magnitud del clientelismo de grupos dominados por las corrientes del PRD, pero la delegada necesita eco firme no obligado del PAN capitalino de Mauricio Tabe Echartea, del nacional de Ricardo Anaya Cortés y en la bancada en la Asamblea Legislativa de Jorge Romero Herrera.
La ex Comisionada Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas habla de gobernantes timoratos que no hacen nada, de la “comisionitis” que tiene secuestrada a la autoridad. Estas acciones implican transparencia, anticorrupción, rendición de cuentas, temas de la agenda política de Acción Nacional. Le pregunto a Xóchitl si tiene el apoyo o es una estrategia conjunta con el PAN capitalino y/o el CEN, no hay respuesta, sólo risas.
No veo la contundencia de Ricardo Anaya en apoyos a la delegada, a Arne y a Obdulio, los tres, destacados panistas, sólo una salida ayer al cuarto para las doce. Tampoco veo a Mauricio Tabe o Jorge Romero cerrando filas en verdad con la delegación Miguel Hidalgo más allá de twitters o declaraciones aisladas ¿No es de su equipo..? ¿Temor a crecerla y ponerla en el camino de la Jefatura de Gobierno..? ¿Estorban los acuerdo con Leonel Luna y Mancera..? En fin, la doblemente hidalguense suma empatías, no vaya a ser que después no los necesite.
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