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miércoles, 13 de diciembre de 2017

Quién garantiza cambio con orden y justicia ¿AMLO, Anaya o Meade..?

Hugo Páez

“Lo contrario a la pobreza NO es la riqueza, es la justicia”, concluye Bryan Stevenson en su libro Justicia y piedad, un trabajo extraordinario de reflexión de años de trabajo en cárceles de Estados Unidos.
La naturaleza del creciente antisistema en el electorado mexicano se remite a la injusticia y al desorden caótico que se vive en general, se agudizan en los estratos más bajos e impactan gradualmente en la clase media.
La vieja tendencia a mantener el control sobre la gente a través de miedos, de endeudarla y desmoralizarla, pierde la efectividad histórica con la actual sociedad litigiosa y muy activa en redes sociales.
¿Cual de los aspirantes presidenciales garantiza el cambio con orden y justicia social..?
En apariencia, los positivos de las encuestas serias reflejan estos conceptos en los evaluados, y a la vez todas mantienen un alto margen de indecisos que pueden cambiar el resultado.
Los números negativos revelan los nombres de los personajes que los ciudadanos asocian con corrupción, impunidad, ineficacia o que provocan miedo. Con más de 70 años de gobierno, el PRI acumula los mayores negativos, este análisis favoreció al ‘simpatizante’ candidato del PRI José Meade Kuribreña, un candidato aparentemente desligado del partido y sus negativos, pero estará en manos de Andrés Manuel López Obrador y Ricardo Anaya Cortés la remembranza del partido que representa, y a quienes protege.
Estos negativos son un estorbo y hay que combatirlos, es evidente, y tal parece que ante esta situación de riesgo, la respuesta en el War Room (cuarto de guerra) del PRI, es sembrar ‘razonamientos’ en la comentocracia para ubicar a José Meade como un objetivo desperdiciado, inútil de atacar, por su tercer lugar en las encuestas. Esto es,
El ‘razonamiento’ cuestiona “el porqué” el primero y segundo lugar en las encuestas -AMLO y Anaya-, le pegan al tercero -Meade, aún cuando la diferencia en menor-, ya que “Nunca se ve eso en una competencia”. Sin embargo, en el veneno mediático está la agenda contratada. Así, el razonamiento NO cuestiona la estructura y los recursos del candidato del partido en el poder.
Las mediciones concluyen que la masa del electorado es muy distraída, a muy pocos les interesa informarse sobre las propuestas de cada alianza o candidato participante, y mucho menos analizar el detalle, así que, los puntos más escandalosos de los proyectos son los que prevalences, esto es: la pensión de López Obrador para los ‘ninis’, el Ingreso Básico Universal de Anaya Cortés, y la continuidad que significa Meade Kuribreña.
Sin embargo existen puntos muy palpables en el electorado: la revancha social la garantiza Andrés Manuel y es muy atractiva para un buen sector de los ciudadanos antisistema. Otra parte de este sector antisistema, el más conservador, optará por un cambio ordenado, sin los riesgos de incendiar al país. En este umbral se mueve Ricardo Anaya y los candidatos independientes Margarita Zavala Gómez del Campo, Jaime Rodríguez “El Bronco” y Armando Ríos Piter.
Hasta el momento se ven dos claras definiciones: el extremo más radical es propiedad de la alianza Morena-PT-PES, y el de la continuidad es propiedad del PRI-PVE-¿Panal?
La elección a tercios, cerrada según la encuesta del pasado lunes de Mitofsky de Roy Campos, se mueve en un rango de 3.6% de diferencia entre AMLO, Anaya y Meade, en ese orden. ¿Se podría concluir que el país está dividido en tres grandes sectores, que un tercio se siente cómodo con la continuidad, otro con un cambio radical, y el último con un cambio con orden pero sin arriesgar demasiado..?

La incertidumbre que esto provoca NO es poca cosa, está en juego el país. Hasta aquí el parte de guerra.

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lunes, 11 de diciembre de 2017

Anaya, la pesadilla de Meade y del PRI

Hugo Páez

No pudieron contenerlo.
Para Los Pinos y en el PRI era el peor adversario a distancia. Lo vieron venir los notables del partido y del gabinete de Enrique Peña Nieto. En especial Luis Videgaray Caso, desde antes del destape de los cuatro aspirantes de Emilio Gamboa Patrón.
Antes de la magia estatutaria de Enrique Ochoa Reza para abrir puertas a simpatizantes del Revolucionario Institucional, Ricardo Anaya Cortés era el hombre a ‘eliminar’ lo antes posible, previo a la declaratoria de guerra.
Los expertos electorales del PRI optaron por subir a Margarita Zavala Gómez del Campo, a sabiendas del amor cófrade del calderonismo con José Meade Kuribreña, el candidato del grupo que mueve a Los Pinos, y provocó en Videgaray la soberbia del destape anticipado ante embajadores, provocando el breve enojo presidencial en La Paz, Baja California, ante reporteros advertidos.
Desde la derrota de Javier Corral Jurado en la contienda interna del PAN, en agosto del 2015, el círculo rojo de Peña Nieto percibió el peligro del joven de 36 años, y decidieron aprovechar la animadversión de Felipe Calderón Hinojosa y sus afines en el Senado. Roberto Gil Zuarth tomó la presidencia de la Cámara Alta días después, y buscó sin éxito la coordinación parlamentaria, atribución del presidente de Acción Nacional, Anaya.
El olfato de Gamboa olió la adrenalina calderonista en el Senado, y el proyecto del ex presidente para imponer a Margarita como candidata presidencial, a sabienda que Anaya NO lo permitiría. Con la esposa candidata, Felipe Calderón se acercaba a la cura del insomnio y la anti sobriedad por haber entregado la presidencia de la república al PRI en el 2012. La mancha histórica lo perseguirá, igual que la traición a su entonces candidata Josefina Vázquez Mota.
En el transcurso del 2016, la conocida destreza política de Anaya Cortés alertó al máximo al calderonismo, Javier Lozano Alarcón amarró acuerdos con Rafael Moreno Valle y se empleó en el gobierno poblano pero algo falló, la insidia lo obligó a amarrar acuerdos con el coordinador parlamentario Gamboa. Así, en agosto de este año se gestó una segunda intentona de golpe contra el líder del PAN, al tumbar a Adriana Dávila Fernández y Laura Rojas Hernández en la presidencia de la Mesa Directiva compartida del Senado, e imponer a Ernesto Cordero Arroyo, con el apoyo de otros dos calderonistas: Salvador Vega Casillas y Jorge Lavalle Maury.
En el historial de Gil Zuarth está el albazo a la posición panista en el proyecto de legalización de la mariguana propuesto por el Ejecutivo Peña Nieto con el escandaloso aumento en la poseción permitida de cannabis a 28 gramos, que hasta el mismo Zar Antiadicciones federal, Manuel Mondragón y Kalb, rechazo. Por supuesto el albazo chocó con el panista Marko Cortés Mendoza en Diputados.
De igual forma, Gil apoyó públicamente la legalización constitucional de matrimonios de parejas del mismo sexo y la adopción de infantes, como guiños constantes a Los Pinos. Al final de cuentas, Peña Nieto ordenó congelar las dos iniciativas. Roberto también bajó los brazos.
Los ataques contra Ricardo Anaya, no surtían efecto, necesitaban una base teórica, evocadora de los fundamentos de Acción Nacional, desechados en el sexenio pasado por el autoritarismo de Felipe Calderón.
Así, los misiles del calderonismo apuntaron al presunto “agandalle”, cuando ellos trataron de hacer lo mismo sin éxito, igual que la presunta “traición de principios” y la crítica a la alianza ‘anti natura’ -término plagiado a Manlio Fabio Beltrones- entre la derecha y la izquierda PAN - PRD - MC en el Frente, que derivó el fin de semana en alianza Por México al Frente.
Para lograr efectividad, el golpeteo contra Anaya, Alejandra Barrales y Dante Delgado tenían que venir del interior de los partidos coaligados. El mismo funcionalismo del calderonismo, se aplicó con las corrientes perredistas de René Juvenal Bejarano y Héctor Bautista del Estado de México contra Barrales. Pero el tufo de estos dos nulifica cualquiera de sus ataques, así que la presidenta del PRD no tuvo más problema que una grilla barata.
En complemento de la estrategia de Elección de Estado de Meade y Ochoa Reza, está alentar en la comentocracia la tesis de la elección entre sólo dos candidatos: José Meade y López Obrador, pero siempre está el ‘Factor Andrés Manuel’, desde el Plantón de Reforma, el “Cállate Chachalaca” y mil barbaridades, hasta llegar a la propuesta de amnistiar a narcotraficantes, “Para lograr la pacificación de México”. La imprudencia reventó los planes de subir al más vulnerable y con buen puntaje, para aplastarlo en su momento, por lo tanto se tuvo que cambiar el guión, los medios contratados inflaron la presunta separación de Miguel Mancera del Frente, como medida de última hora para descarrilarlo.
En realidad el Jefe de Gobierno encarecía su posición, y dio pase a una coalición bien cimentada, se apropió de la sucesión en la CDMX, y estará al lado de quien citó la frase atribuída dudosamente a Don Juan Tenorio de José Zorrilla: “Los muertos que vos matais, gozan de cabal salud”.

    
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jueves, 7 de diciembre de 2017

Van por militarización de la Dictadura Perfecta ¿para Meade..?

Hugo Páez

Tal vez le conviene el silencio en este tramo electoral. A partir de la posición de su partido, supongo que José Meade Kuribreña aprueba la Ley de Seguridad Interior propuesta por Enrique Peña Nieto y las bancadas del PRI en el Congreso.
Pero es ineludible el debate. Y al viento en medios de comunicación, la pregunta obligada será si está dispuesto a poner en riesgo las garantías sociales y los derechos humanos con la Ley de Seguridad Interior tal como llegó al Senado de la Cámara de Diputados.
NO hay confusiones, ni por la ignorancia de Alejandro Martí quien se pronunció a favor, ni el acompañamiento de Isabel Miranda de Wallace con el gobierno federal, con algunos rounds de sombra en el tema secuestros para mantener el rédito, y, por supuesto, para hacer contrapeso a las ONG´s que se oponen a raja tabla a abrir más espacios a la militarización de la lucha contra el crimen organizado.
En una entrevista con W Radio, el precandidato del PRI dejó entrever su aceptación al proyecto del presidente Peña Nieto, sin embargo, falta profundizar en los puntos polémicos que dejan al criterio del Ejecutivo la activación del protocolo para contener manifestaciones violentas, lo que eso signifique, la reserva en la información de los operativos anticrimen en las calles, y la laxitud para realizar labores de espionaje a ciudadanos sin la estricta emisión de orden judicial, y una derivación que al menor sobreentendido terminará en abusos contra los ciudadanos.
Importante aclararlo porque la posición de sus posibles pares, los más visibles como Andrés Manuel López Obrador y Ricardo Anaya Cortés, están en las antípodas, con un rotundo NO a la Ley tal como está redactada.
La Ley de Seguridad Interior es una agenda política, más que una solución al principal problema que se dejó engordar, por las mismas razones de agenda de uno de los principales aspirantes del PRI a la presidencia de la república, Miguel Osorio Chong.
Ese problema creciente de inseguridad es heredado al virtual candidato Meade Kuribreña, y ahora se pretende extirpar con cirugía mayor, sin anestesia.
En la simulación que inició desde desde el cambio de estatutos del PRI para abanderar a ‘simpatizantes’, hasta la campaña para asociar la imagen de Meade con la del “Candidato Ciudadano” apartidista, a pesar de la camarilla que lo ‘hizo suyo’ en la CTM, CNC, CNOP y el PRI, los números del crimen organizado van a ser la sombra en la campaña, en las entrevistas, en la plaza pública, y, por supuesto en los debates.
Bajo estos términos, la Ley de Seguridad Interior es una urgencia, y a la vez un extremismo que lo sitúa en la punta opuesta de la pretendida amnistía a narcotraficantes de Andrés Manuel López Obrador.
En el retorno de la Dictadura Perfecta en el 2012, y el gran fracaso en la lucha anticrimen, el segundo capítulo a partir de la precampaña del 2018, pretende enterrar el problema rigor militar, ante la incompetencia para aplicar otros métodos que implican el fortalecimiento de las instituciones civiles como las policías.
Para el albazo en el Senado, Emilio Gamboa cuenta con Ernesto Cordero, Roberto Gil Zuarth, Javier Lozano, Salvador Vega y Jorge Lavalle -de máscara panista- para dar el golpe, incitados también por el odio interpartidista, alentados por la frustración de Felipe Calderón Hinojosa quien entregó la presidencia al PRI y no pudo imponer a Margarita Zavala como candidata, así como tampoco pudo hacerlo con Cordero en la justa presidencial del 2012.
La militarización ha avanzado en este sexenio más que cualquier otro en el último medio siglo. Un año atrás, la segunda semana de diciembre del 2016, el Congreso aprobó el pase del control de los puertos a la Secretaría de Marína de Vidal Soberón Sanz. Lo comenté el 15 de diciembre del 2016 en este espacio en un texto titulado Endurecimiento militar, Congreso avala control de puertos a la Marina; retroceso histórico (http://ow.ly/aLwz30h3vzz).
Ahí también se rechazó el término “militarización”, se desplazó a la Marina Mercante con la justificación de la inseguridad y la lucha contra el crimen organizado en las capitanías de puerto. En los hechos fue un regalo con inversión de 60 mil millones de pesos, pasó un año y no hay grandes decomisos y las cifras de muertes dolosas y violencia creció como nunca en la historia de los registros en este último año.

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lunes, 4 de diciembre de 2017

Pejendejada impulsa al Frente como mayor oposición

Hugo Páez


El PRI está de pésame. El opositor puntero, pero el más vulnerable, Andrés Manuel López Obrador, cometió una torpeza que NO podrá arreglar ni al retractarse en público.
La sugerencia de una amnistía a narcotraficantes en Quechultenango Guerrero es inadmisible, una práctica imperdonable que quedó en el pasado, la más reciente, la firma del Pacto de Legalización entre el gobierno de Michoacán a cargo de Fausto Vallejo -cuyo hijo Rodrigo fue captado en video negociando con Servando Gómez La Tuta-, el Comisionado para la Paz Alfredo Castillo Cervantes, y grupos de autodefensas de Michoacán con María Elena Morera como testigo.
Muchos de los autodefensas firmantes estaban ligados al narcotráfico, y posteriormente tomaron espacios de Nazario Moreno y La Tuta.
Y no hay forma de justificar a Andrés Manuel, su reflexión erige al Frente Ciudadano por México como el verdadero opositor, el viejo temor del PRI-PVEM-Panal, a sabiendas de la propensión del líder de Morena por cometer locuras discursivas en la plaza pública.
La autoinmolación del adversario a modo provocó confusión en el gobierno federal y el tricolor, el precandidato José Antonio Meade criticó con suavidad la declaración: “Es una ocurrencia”, posteriormente modificó su posición al decir “Estamos del lado de las víctimas, no de los victimarios”.
Era cosa de esperar para aflorar la debilidad de Andrés Manuel, a flor de piel, sin previo aviso, sin consultar a sus asesores, sin medir los megatones de la bomba, tal vez ni pensó que era una bomba, esa que algunas tesis tratan de explicar como mero impulso por ganar votos en zonas dominadas por el crimen organizado ¡por favor..! ni en las zonas de más arrastre los involucrados pasan de un 5%.
Lo he comentado algunas veces, sólo hay que esperar a ver emerger a su enemigo interno, que tome el micrófono en algún mitin o en alguna improvisada entrevista, así se dió el Plantón de Reforma, el “Cállate Chahalaca” a Vicente Fox, el reclamo al Ejército de Salvador Cienfuegos por los 43 normalistas de Ayotzinapa, desaparecidos el 26 de septiembre del 2014 en Iguala de los Abarca, sus apadrinados políticos; y la acusación directa a la Marina de Vidal Soberón por “Los jóvenes masacrados en Tepic Nayarit” el 9 de febrero en un operativo contra el “H2” lugarteniente de los Beltrán Leyva, que nunca existieron, y a últimas fechas la defensa de los huachicoleros en Puebla.
El Frente Ciudadano debería estarle agradecido. La masa de voto antisistema buscará refugio en algún tipo de oposición, esa clientela NO ve al PRI como opción, ni con el sospechoso discurso de Meade Kuribreña de combate a la corrupción, cuando fue totalmente tolerante durante el sexenio.
Pero habrá que esperar la prueba de fuego del Frente, al menos Ricardo Anaya, Miguel Mancera y Rafael Moreno Valle tienen la responsabilidad autoimpuesta de sacarlo adelante.
Por la Pejendejada ni preocuparse, ya lo hace el PRI, y además tratará de rehabilitarlo para tener el adversario ruidoso, a modo, que garantice la victoria de la continuidad, y aún falta el guardado que le tienen sobre Nicolás Maduro y Venezuela, sin embargo, NO les conviene una muerte prematura que encumbre a Anaya, Mancera o Moreno Valle.

Y todavía falta medio año.

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viernes, 1 de diciembre de 2017

Militarización para bajarle negativos de inseguridad a Meade

Hugo Páez

En la urgencia por aprobar la Ley de Seguridad Interior, a costa de ‘seducir’ a fracciones de las bancadas de oposición, está la necesidad de bajarle los negativos del fracaso en la lucha anticrimen a José Meade Kuribreña, el candidato presidencial del PRI.
Pero en esa intentona ‘temporal’, según sus defensores, la vamos a pagar todos.
El riesgo de que la ley dispare la violación a los derechos humanos no es una presunción sin fundamentos, es una simple progresión de la actuación de las Fuerzas Armadas en el combate al crimen organizado, desde que las echó a la calle Felipe Calderón Hinojosa, amén de las prioridades malentendidas que dejaron al desamparo a las policías del país, y la enorme tolerancia a la corrupción de los gobiernos estatales. El 22 de noviembre escribí en este espacio Policías echados de hoteles, en un país con crimen récord, y partidos y gobiernos millonarios, las infamias a que es sometida la Policía Federal de Manelich Castilla (http://ow.ly/DbTv30gXKvD).
El Senado NO va a detener la Ley, es un proyecto político ligado a un candidato que necesita al menos 10 puntos para afianzarse, y estará en la conocida habilidad de Emilio Gamboa Patrón el sacarla antes del 15 de diciembre. Para esos propósitos ya se adelantaron Roberto Gil Zuarth y Javier Lozano Alarcón, de máscara panista, para justificar el ‘aval opositor’ a la “Militarización”, palabra que tiene muy nerviosos a los responsables de la imagen del gobierno federal y del PRI.
Como avanzada, las bancadas del PRI de César Camacho, del PVEM de Jesús Sesma y el PES de Alejandro González, y una bancada polarizada panista polarizada de Marko Cortés, hicieron lo suyo, así que los pronósticos hablan de la próxima semana.
La preocupación del gobierno federal se concentra en que la violencia y los asesinatos dolosos NO escalen en el electoral 2018, ya que los cuatro récords mensuales rotos en este año son verdaderamente escandalosos.
La Ley que se pretende aprobar en el Senado es tan peligrosa, que deja al criterio de la autoridad la posibilidad de reprimir manifestaciones con el ‘uso legal’ de la fuerza pública en manifestaciones que NO considere pacíficas.
Pero ese es sólo un pequeño ejemplo, otro retribuye la capacidad del Estado para espiar a ciudadanos y hacer labores de inteligencia sin rendir cuentas, además de que los habilita para pedir información sobre víctimas a las Comisiones de Derechos Humanos, de acuerdo al análisis de cientos de organizaciones civiles agrupadas en el colectivo #SeguridadSinGuerra.
Por supuesto que la Sedena de Salvador Cienfuegos Zepeda y la Secretaría de Marína de Vidal Soberón Sanz piden garantías jurídicas para actuar contra el crimen organizado en las calles. NO es su función, y ni siquiera están capacitados para hacerlo, y los grandes errores cometidos en realidad NO les corresponderían. En este escenario donde los metieron sin tener vela, la reacción natural es proteger a sus elementos.
Nadie, ni siquiera General, o el Almirante Secretario, protegen el actuar delincuencial o abusivo de algunos de sus elementos. Como pasó en la ejecución el 3 de mayo en Palmarito Tochapan Puebla de Raúl Jiménez Martínez, presunto ‘huachicolero’, por un elemento de la tropa, documentado en video.
Sin embargo, la fuerza excesiva es casi inevitable en un aparato institucional creado para funciones de guerra y salvaguarda de la Seguridad Nacional, NO de la seguridad interior en contacto con los ciudadanos.
La medida puede ser contraproducente, ya que la fuerza excesiva de los militares en las calles no se acabará por decreto de Ley. En los hechos, las Fuerzas Armadas van a pagar el fracaso del gobierno federal, en especial del Gabinete de Seguridad integrado por el titular de Segob Miguel Osorio Chong, Cienfuegos, Soberón, el procurador Alberto Elías Beltrán, Álvaro Vizcaíno del SESNSP y los gobernadores.
En la historia de los números récord, el interés político de algunos miembros del gabinete de seguridad crecieron el problema. No hubo mano firme, y SÍ demasiada burocracia, mediocridad y tolerancia a la corrupción de gobernadores.
Ahí están los ejemplos de Javier Duarte y Fidel Herrera en Veracruz, de César Duarte en Chihuahua, Mario López Valdez en Sinaloa, Egidio Torre en Tamaulipas, los Moreira en Coahuila, Fausto Vallejo en Michoacán, Roberto Borge en Quintana Roo, Rodrigo Medina en Nuevo León, Ángel Aguirre en Guerrero, y un largo etcétera que abona a la militarización iniciada por Felipe Calderón Hinojosa en el 2006.
Ahora se trata de proteger el año electoral a toda costa, de controlar los números que pegarán sin lugar a dudas al candidato Meade Kuribreña, a nadie más, por eso la declaración de Gil Zuarth y Lozano Alarcón a favor de la Ley, tal como está, si acaso con algún cambio simulador, que denote cierta ‘profundidad de análisis, con el objetivo de servir de coartada al PRI.
Esos mismos y la Segob negaron llevar a debate la separación de la Secretaría de Seguridad Pública, de Gobernación. El método y la fusión en supersecretaría, simplemente NO funciona, porque, como dijo María Elena Morera, presidenta de Causa en Común: la aspiración presidencial del titular de Gobernación estorba a la tarea institucional en la lucha contra el crimen organizado. Ahí están las consecuencias.
Se habla que la Ley de Seguridad Interior es una acción temporal, y que NO será uso discrecional del Ejecutivo la activación del protocolo de seguridad interior para la intervención de las Fuerzas Armadas en las calles.
La historia de este país está llena de ‘soluciones temporales’ que llegaron para quedarse. A mediados del 2008, el entonces Secretario de Seguridad Pública Genaro García Luna, me dijo que el Ejército regresaría a los cuarteles, a finales del 2009.

Esa solución temporal lleva once años.

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