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jueves, 7 de noviembre de 2013

José Meade en la trama de Calderón y Cordero para reventar a Madero

Hugo Páez

         Si no fuera por la gran molestia que provocan las intrigas de José Meade Kuribeña en el PAN y la coordinación paramentaria del Senado, los acuerdos con Ernesto Cordero Arroyo y Felipe Calderón Hinojosa con el Secretario de Relaciones Exteriores quedarían como una burda trama de complicidades.
         Pero es de adolescencia política esa actitud que mantiene paralizados los nombramientos de cerca de 15 posiciones diplomáticas que deben ser ratificadas en el Senado de la República. Y aun cuando el PRI pudiese conseguir mayoritearlas con otros partidos, los intentos del Secretario de Relaciones Exteriores por darle a Cordero el lugar de coordinador parlamentario del PAN, que no le corresponde, en realidad es una brutal ofensa para el CEN de Acción Nacional y sus coordinaciones legislativas.
         Así, por ejemplo, vemos que el nombramiento de Fernando Castro Trenti en la embajada de México en Argentina, de Roberta Lajous en España, de Diego Antonio Gómez Pickering en el Reino Unido, entre una decena mas, se mantiene en la congeladora. El PAN no puede permitir la maniobra del ex Secretario de Hacienda ahora desde Relaciones Exteriores; el también ex Secretario de Hacienda como cabeza de un subgrupo compacto en la bancada del PAN en el Senado; y el ex presidente de la república Felipe Calderón Hinojosa, en franca operación para apoderarse de la directiva del partido.
         Si el evento no tuviera mayor trascendencia podría pasar por un capricho más de José Meade Kuribeña, como el que sufrió Juan José Suárez Coppel en la Dirección General de PEMEX. Durante un año el entonces titular de Hacienda no le tomó la llamada, Suárez Coopel se vio obligado a tomar decisiones en solitario, a pesar del gran peso que ejerce la Secretaría sobre la paraestatal.
         Pero no solo están en juego un puñado de nombramientos de la Misión Diplomática de México, sino la relación del gobierno federal y el PRI con el PAN en las reformas pendientes. Gustavo Madero y la bancada de Jorge Luis Preciado no pueden interpretar otra cosa, la maniobra de José Meade Kuribeña va con la bendición de Los Pinos como una estrategia rebuscada de señales encontradas, a menos que se trate de un pacto de amigos entre Felipe Calderón Hinojosa, José Meade Kuribeña y Ernesto Cordero Arroyo, por el control de Acción Nacional.
         Difícil de creer la primera tesis si Enrique Peña Nieto comprometió el calendario de este año para concretar las reformas. Restan menos de dos meses para sacar adelante la Político – Electoral y la Energética, los tiempos del presidente son los tiempos de Madero, el panista tendrá que dejar el año sin pendientes para renunciar a la presidencia del partido y entrar de lleno a la reelección en una campaña que inicia la segunda quincena de enero. Con Cecilia Romero al frente de Acción Nacional, Cesar Camacho, Manlio Fabio Beltrones y Emilio Gamboa Patrón se enfrentarían a otro estilo, a otro juego de intereses, y todavía faltaría ver si Jorge Luis Preciado y Luis Alberto Villarreal logran la misma simbiosis que con Madero.
         Los problemas se acumulan en el gobierno federal a una velocidad mayor que las soluciones. El tema de José Meade con Ernesto Cordero y Felipe Calderón pudo gestarse como una trama de viejas complicidades, pero se salió de control y ahora es un conflicto innecesario para Enrique Peña Nieto.
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