Hugo Páez
Buscaron y encontraron a un indefendible, a modo para asestar un primer golpe, relacionado con el Estado de México, que además de credibilidad a una segunda detención.
El personaje reúne las características de probada inmoralidad, y es lo bastante peligroso para que sus afines políticos de partido se mantengan alejados, o salir manchados.
El perfil lo encontraron en Jorge Hank Rhon, aun cuando le falte curriculum en política nacional suma tanta carga negativa que la opinión publica justificará la falta de asepsia legal en su detención y olvidará los atropellados argumentos del Vocero de Seguridad Alejandro Poire, a pesar de que nos quiera salir con el cuento de que el presidente Felipe Calderón no sabia nada del operativo, porque eso si sería grave, que no enteren al presidente de una acción militar contra un personaje como Jorge Hank Rhon.
Los hechos hablan de lo atinado del perfil, la defensa de sus compañeros de partido fue demasiado tímida, solo Fernando Castro Trenti alzó una voz obligada, ya que se trata de su ex jefe en la alcaldía de Tijuana, y el ombudsman Raúl Plascencia de inmediato le dio servicio VIP al ponerle a disposición personal de la CNDH para que acompañara a sus abogados y notarios. Jorge Hank movió en su momento recursos y contactos en el Congreso para que su paisano y amigo Plascencia tomara la estafeta de José Luis Soberanes, ahora el ombudsman no sabe como evitar traicionar a su padrino político en desgracia y a la vez no mancharse con el escándalo.
Otra voz debil fue la del presidente del PRI, Humberto Moreira, canceló la rutinaria conferencia de prensa para evitar a los medios por obvias razones.
Nada mas, cero lágrimas, todos los argumentos gravitaron sobre la ilegalidad de la detención, ninguno sobre los valores que representa el personaje para el partido, algo sabrán, y eso apunta a sospechas de tráfico de armas como parte del operativo “Rápido y Furioso” de Estados Unidos.
El otro cálculo del gobierno federal que flota en la superficie del operativo es la capacidad para desarticular a la brevedad la tesis de la persecución política, esa parece la causa de que estuviera a cargo del Ejercito y no de Genaro Garcia Luna, recién galardonado y elevado a los altares del sacerdocio cívico, con una Policía Federal que se sospecha realiza labores de inteligencia política.
Una acción de la Secretaría de Seguridad Pública daría elementos a los priistas para armar la tesis del complot, en cambio, con el Ejército son víctimas de sus propios reconocimientos y lisonjas con las que se desviven, como si la institución no tuviera a importantes mandos acusados de nexos con el narcotráfico, un ejemplo es el general Jesus Gutierrez Rebollo, para colmo, ex zar antidrogas, y los miles de “Zetas” que salieron de sus filas.
Quedará la duda si la detención del indefendible Jorge Hank Rhon fue justicia o venganza, ejecutada con precisión de calendario electoral, pero se diluirá con el viento si la PGR logra integrar pruebas irrefutables.
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