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jueves, 15 de mayo de 2014

Qué hará el gobierno federal para prevenir los Tamaulipas, los Michoacán..?

Hugo Páez

El 25 de junio del año pasado titulé esta columna: “Los gobernadores y su paraiso” el registro fue lo que todos sabemos y a la vez sentimos lejano desde la sede de los poderes federales convertida en el centro de control y reacción, cuando brotan los infiernos en los estados “facturados” a los gobernadores como un paraíso insostenible después de cierto tiempo. A la mayoría les alcanza para terminar el sexenio, asegurar su futuro y dejarle la bomba de tiempo al siguiente.
Ejemplos sobran, y mientras no revienten escándalos como el de Michoacán, Nuevo León, Chihuahua, Aguascalientes, Sinaloa, Guerrero, Morelos, Estado de México o Tamaulipas, por citar algunos, nadie los molesta. Siguen en su paraíso. “Es la autonomía constitucional de los estados”, dirán algunos, pues no, no fue obstáculo para designar a Alfredo Castillo en Michoacán, ni a los fiscales ayer en Tamaulipas.
Los datos recientes apuntan a Sonora de Guillermo Padrés Elías y a Veracruz de Javier Duarte, los dos estados penden de esos hilos delgados mantenidos por aparente tranquilidad, donde no hay acción preventiva efectiva.
Pasa en las sociedades cuando la constante va escalando niveles de horror, la capacidad de asombro se reduce al máximo. Así podemos ver un cierto grado de aceptación a la inverosímil versión del gobernador michoacano Fausto Vallejo que lo ubica alejado de las maniobras de su Secretario de Gobierno Jesús Reyna. Peor aún, sus dichos son avalado por funcionarios del Gabinete de Seguridad “Creen en sus actos y palabra”.
Igual de tibia es la reacción a la implicación de José Manuel López Guijón, Jefe de Seguridad del gobernador de Tamaulipas Egidio Torre Cantú, en el asesinato del Jefe de Inteligencia del estado Salvador Haro Muñoz, propuesto por la federación.
Es el cúmulo de trabajo, dirán algunos, ese siempre sobra. Está en espera un proyecto transexenal para atender un problema transexenal, la mayoría de los temas como seguridad, educación y salud, rebasan los seis años. Habrá que hacer a un lado los cantos de las sirenas políticas que cada sexsenio que aconsejan poner distancia del pasado inmediato. Los asesores de Enrique Peña Nieto lo hicieron perder tiempo los primeros trece meses de gobierno, dejó crecer la avalancha en Michoacán hasta el bomberazo que derivó en el nombramiento de Alfredo Castillo como Comisionado Federal, cultivado ahora en un especie de cónsul romano en una provincia problemática, enredada en un galimatías persistente.
De Tamaulipas se decía “Está tranquilo, ya tiene tiempo así”, como si el horror de San Fernando con 72 migrantes ejecutados en agosto del 2010 y el asesinato del candidato Rodolfo Torre Cantú el 28 de junio del 2010, hermano del gobernador, fuesen eventos de generación espontánea o un problema de imagen resuelto al bajar decibeles en medios, la cura temporal, la apariencia.
Ahora la realidad desborda de nuevo en Tamaulipas con ejecuciones, narcobloqueos, ataques a comercios y el necesario desplazamiento de la fuerza federal como vimos el martes en Reynosa, en una apresurada medida cíclicas correctiva. Prevención, no hubo.
Y ahí siguen los síntomas en estados de aparente tranquilidad, esa relativa “calma” que se respira en Sonora y Sinaloa, este último albergó a Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera hasta su captura. No se explica la estancia del capo más buscado del mundo sin la protección del gobierno del estado y municipios, pero había calma, ese control que permite el paraíso de los gobernadores, no la legalidad, no el estado de derecho, sino la apariencia, ya vendrá el siguiente gobernador o el próximo Presidente de la República.
El 25 de junio en este espacio comenté (http://goo.gl/fwAHI6): La autonomía constitucional de los estados es el gran pretexto para entorpecer la lucha contra el crimen organizado, anidando también las pequeñas autonomías de los municipios, con consecuencias colaterales terribles para la seguridad y las economías regionales. Es inconcebible que persista la ausencia de mecanismos efectivos para evitar desfalcos, desvíos y acumulación de capitales de procedencia ilícita, como los atribuídos a Andrés Granier y Luis Armando Reynoso Femat en Aguascalientes y Tomás Yarrington en Tamaulipas.
Es un secreto a voces que media docena de gobernadores trazan la misma ruta. Fue y se mantiene vivo el gran escándalo de la administración de Juan Sabines en Chiapas, con una de las mayores deudas de la historia.
     Al parecer la evidencia no es motivo suficiente para edificar diques legales a los “paraísos autónomos” de los gobernadores. La incompetencia de los organismos reguladores es tal, que basta la tolerancia del gobernador entrante, para continuar la impunidad del saliente.
El rescate de la semana fue Tamaulipas. Semanas atrás, el Estado de México, y a inicios del año: Michoacán ¿Que hacer para evitarlo y que nos salga más barato a todos..? ¿Cual es el plan preventivo eficiente que trascienda el sexenio..? En junio del año pasado señalamos lo mismo, pasó un año pero habrá que insistir, que botar a la realidad a los gobernadores inmersos en su paraíso, esos que piensan que aguantando seis años tienen su futuro asegurado, y piensan bien, solo vea a los ex.
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