Hugo Páez
Extraña la temeridad, el reto al moverse con soltura inaudita para su estatus del criminal más buscado en el mundo, entre Culiacán y Mazatlán, en restaurantes, departamentos y casas particulares, para finalmente ser capturado en el 618 de la avenida del Mar -condominio Miramar-, en el concurrido malecón de Mazatlán, a unos días del inicio del Carnaval más importante de México y en días de potentes operativos en Culiacán Sinaloa con la captura de Joel Enrique Salvador Romero, “El 19”, presunto jefe de sicarios de Ismael “El Mayo” Zambada Niebla.
Las múltiples visitas del Chapo a Culiacán desde inicios del año era un reto al gobierno de Enrique Peña Nieto, no se explica la soltura de movimiento en el estado gobernado por Mario López Valdéz sin protección en Sinaloa, razón por la cual los operativos en el centro del estado por las fuerzas federales mantuvieron al margen al gobernador.
En Impacto (columna Los Malosos) le informamos el 19 de febrero que un día antes, entrada la noche, de un operativo con 500 agentes de la Policía Federal, la Marina, Policía Ministerial de Sinaloa y 13 ministerios públicos en el Cecjude, el penal mas importante del puerto.
La fórmula de captura no es sorpresiva, la Marina Armada de México es la institución de más confianza para los Estados Unidos, cooperación consolidada en el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa. En múltiples ocasiones la DEA acompaña y comparte información con la Semar, uno de los casos emblemáticos fue el operativo donde murió Arturo Beltrán Leyva en Cuernavaca Morelos, uno de los capos más importantes de Sinaloa.
La cadena de noticias Associated Press citó a un funcionario de Washington como la fuente que informó sobre la captura de Joaquín Guzmán Loera el sábado a las 6:40 de la mañana. La fuente pidió el anonimato por no estar autorizado. Desde las 10:00 horas del sábado las dudas en la opinión pública fueron fundadas, El Chapo se distinguió por escapar muchas veces a sus captores: en Baja California Sur libró una detención antes de una reunión cumbre en el 2012, en Durango la Agencia Federal de Investigación estuvo a punto de capturarlo en el sexenio de Vicente Fox Quezada, después de su fuga del penal de Puente Grande Jalisco; el Obispo de Durango Héctor González habló de su ubicación en Guanaseví; en Guatemala le siguieron los pasos sin poderlo atrapar ya en el gobierno de Otto Pérez Molina, el entonces Jefe del Estado Mayor Presidencial de Guatemala, general que logró capturarlo y entregarlo a México por primera vez.
Tres semanas atrás, la Procuraduría General de la República, la Secretaría de Marina y la Policía Federal realizaron operativos en Sinaloa y Baja California, para tratar de detener a Ismael “El Mayo” Zambada, líder del cártel de Sinaloa, fueron capturadas 10 personas entre su presunto jefe de sicarios en Sinaloa “El 19”. El Gabinete de Seguridad Nacional informó que el primer operativo se realizó el pasado 13 de febrero, en Culiacán, donde las fuerzas federales ingresaron a la ranchería denominada Guasaría, donde se capturó a cinco presuntos sicarios.
Con la captura del Chapo Guzmán termina una persecución de tres sexenios: trece años un mes y un día, un trofeo que no logró obtener Felipe Calderón Hinojosa, solamente tuiteó desde Boston un apresurado y lastimero mensaje por redes sociales.
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