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jueves, 28 de junio de 2018

    
“A la gente le vale ma... los quiere fuera”
      
Hugo Páez
 
“A la gente le vale madres, los quiere fuera”, me dice uno de los expertos en estudios de campo más profesionales y serios de México.
La probabilidad de las encuestas le dan la razón, más del 80% de la población declara votar contra la alianza PRI-PVEM-Panal y su candidato José Meade Kuribreña, pero el instinto de supervivencia y la amenaza de Ricardo Anaya Cortés de meterlos a la cárcel los orilló al Pacto de Impunidad con Andrés Manuel López Obrador, lo que sea que esto signifique, no hay más opciones y toman el riesgo de incumplimiento inherente en el cambiante ánimo del candidato de Morena, descrito por la embajadora de Estados Unidos Roberta Jacobson: “No sabemos qué esperar de López Obrador”.
Pero el PRI, que estos momentos significa la estructura del Estado, fijó dos objetivos: aniquilar las posibilidades de Anaya Cortés y la alianza Por México al Frente, y tratar de acercarse a López Obrador a una distancia posible de triunfo.
Los cálculos fallaron a pesar de los esfuerzos y todo tipo de trucos, los 20 millones de pesos en efectivo incautados en la CDMX a Alan Torres y Oscar Castañeda, con destino al Comité Ejecutivo Nacional del PRI de René Juárez Cisneros, con la dirección precisa: Insurgentes Norte 59, según la policía capitalina y el registro de la empresa Global Gesori Seguridad privada y Traslado de Valores S.A. ubicada en Nadadores 28 col. Country Club, Coyoacán, es una pequeña prueba de los intentos fraudulentos por apropiarse de la elección.
Este efectivo incautado es la punta del iceberg de una operación orquestada de miles de millones de pesos en efectivo para propósitos de operación electoral, me dice un funcionario del gobierno de la CDMX a partir de datos de inteligencia.
En la trama destaca un personaje de currículum dudoso, el titular de la Dirección General de Seguridad Privada, Bernardo Espino del Castillo, despedido por Aurelio Nuño Mayer de la SEP el año pasado, acusado de vender cédulas profesionales a 80 mil pesos cada una. El subsecretario de Educación Superior Salvador Jara, ex gobernador de Michoacán lo denunció y agentes de la PGR lo sacaron de su oficina para iniciar una investigación.
¿Quién rescató a Espino del Castillo para meterlo en la Dirección General de Seguridad Privada de la Comisión Nacional de Seguridad e imponerlo a Renato Sales Heredia..? porque el punto es clave para facilitar la operación de efectivo como parte de una presunta estrategia para apuntalar al candidato oficial.
Al parecer todos los esfuerzos por debilitar a López Obrador fueron inútiles, desde la inquina del grupo de Luis Videgaray y José Meade contra el Frente, apuntalado por Felipe Calderón Hinojosa, ya que una vez que no logró los afanes reeleccionistas a través de Margarita Zavala, provocó el efecto inesperado de consolidar al tabasqueño a la cabeza de todas las encuestas, en una ruta permanente hasta el último día de la campaña.
No pudo aniquilarlo ni el fichaje de personajes dudosísimos, ni las políticas riesgosas y retrógradas lograron contrarrestar la indignación.
Lo dicho, a la gente le vale madres, quieren al PRI fuera.
Pero aún con el autoelogio engañoso, la nomenklatura priista entiende la realidad y trata de rescatar lo que pueda en el Congreso federal, en los locales, en alcaldías y en una o dos gubernaturas.
En política no se gana ni se pierde para siempre, el Frente impulsado por Anaya, Alejandra Barrales y Dante Delgado tendrán, en el peor de los escenarios el segundo lugar en el Congreso federal y más gubernaturas en la CONAGO que Morena.
Además, en el 2021 juega la Cámara de Diputados, la Asamblea Legislativa de la CDMX y sus alcaldías, la nueva legislatura del 2018 será una trinchera de la resistencia, si al ganar López Obrador emprende las políticas populistas prometidas, e indiscutiblemente jugará un papel importantísimo para resistir el desmantelamiento de las reformas constitucionales.
De ganar Ricardo Anaya, deberá cumplir la promesa de dar mayor autonomía y equilibrio a las fiscalías y concretar la democratización del gabinete al someterlo al Congreso. Este es el kernel de la coalición que representa, de lo contrario, está el espacio para liderar la resistencia contra todo lo que pueda resultar peligroso para el país, o trate de dar un retroceso en las instituciones autonomizadas.
En el escenario de Morena, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ahora en manos de Luis María Aguilar, vivirá tormentas inéditas para debilitarla, en esta tesis, la mancuerna con el poder Legislativo será vital para mantener la autonomía de los dos poderes.
El presidencialismo en México, aún bajo el régimen autoritario del PRI, ha resistido embestidas que evitaron evolucionarlo en tiranía mediante la reelección de facto, o disfrazada. El fracaso de esos intentos se debió a mecanismos que la misma clase política activa para rotar el poder.
No tengo la menor duda que en un posible cambio de opinión, en la cambiante psique del líder de Morena, los intentos por perpetuarse directamente o través de alguno de sus herederos, se encuentre con este muro de contención que ha sorteado tormentas por 90 años desde Plutarco Elías Calles. Por cierto, es nombre del auditorio del partido donde José Meade Kuribreña fue ungido, y donde también de inmediato arrancó logotipos y renegó de sus siglas pensado en la expiación de culpas, y en un nuevo salvoconducto de desmemoria social.
No fue así, el PRI llega en un lejano tercer lugar, para reforzar el sentimiento social resumido en la frase: “A la gente le vale madres, los quiere fuera”.
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