Hugo Páez
Cuando del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFETEL ó IFT) se trata, la historia nos muestra que el Consejero Presidente, Gabriel Oswaldo Contreras Saldívar, nunca deja que se interponga la ética, a sus intereses.
Por eso los Lineamientos Generales sobre la Defensa de las Audiencias están bajo sospecha de ser algo parecido al Pago por Evento, o en el mejor de los casos “Responder a criterios políticos oportunistas”, como dice Carlos Ramos Padilla en un comunicado de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión (ANPERT).
El periodista de ABC Radio, Ramos Padilla, debe echarle un ojo a esa historia de maniobras oscuras y tráfico de influencia del titular del IFT. Una de ellas: a mediados del 2014, Araceli Olea, esposa de Gabriel Contreras, tuvo tanta “suerte”, que en la Comisión Nacional Bancaria dividieron el Jurídico en dos vicepresidencias, para darle una, bajo la complacencia del entonces Secretario de Hacienda Luis Videgaray Caso.
La suerte de la familia Contreras Olea no terminó ahí, con esa misma fuerza, su hermano fue posicionado en la Procuraduría Fiscal de la Federación, por un intercambio de favores, y gracias a que le dejó el puesto Edgar Bonilla, quien como premio recibió la otra vicepresidencia jurídica de la Comisión Nacional Bancaria, al lado de su esposa Arcelia Olea.
Para entender esos procederes hay que hacer memoria, tres años atrás en telecomunicaciones se jugó el tema de la preponderancia. Televisa, que ahora revienta contra el Instituto por los Lineamientos, al lado de TV Azteca, tuvo a su lado a Gabriel Contreras para evitar ser declarado Agente Preponderante, en detrimento de MVS de Joaquín Vargas. En ese mismo año Carlos Slim Helú acusó a Televisa de boicotear los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi 2014 en el Canal 22, apoyado por dependencias del gobierno, entre ellas el IFT.
En ese momento el presidente del Instituto era pieza de de otro ajedrez de intereses, donde le tocó ganar buenas partidas con el apoyo de su compadre Narciso Campos, titular de Banca y Ahorro de la Secretaría de Hacienda, cerebro de los movimientos.
Ahora el golpe en el escenario electoral es contra la libertad de expresión, y lo que pocos quieren entender: defender el derecho a la blasfemia política. Por eso el ente regulador ataca con tonterías que transgreden la operación al tratar de imponer cortinillas y cortes para diferenciar noticia de opinión, y otras ortodoxias que parecen flotar en la atmósfera provocada por el estilo de Donald Trump.
Así se han conducido los reguladores, a los que habrá que revisar sus ingresos acumulados en esta época de austeridad. Si lo hacen se van a sorprender de la superestructura que soporta a Contreras Saldívar, y los montos reales, no los simulados.
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