Resistencia civil y movimiento social con Anaya en la cárcel o inhabilitado
Hugo Páez
A estas alturas del desprestigio de PGR parece una locura, pero no se descarta una maniobra desesperada de Alberto Elías Beltrán para ‘sacar’ una declaración a Manuel Barreiro contra Ricardo Anaya Cortés, a cambio de beneficios legales para librar los delitos imputados en la presunción de lavado de dinero.
Ayer la Procuraduría volvió a citar a los hermanos Juan Carlos y Sergio García Reyes, indagados como presuntos prestanombres de Barreiro -localizado en Canadá- en la compra de una nave industrial a Anaya Cortés por 54 millones de pesos. Los expertos hablan de presiones judiciales para obligar al empresario queretano a dar la cara.
Las presiones se intensificaron el domingo, primero en el discurso de José Meade Kuribreña en el 89 aniversario del PRI para instigar a la Procuraduría contra Anaya, y posteriormente en la conferencia de prensa de Enrique Ochoa Reza para pedirle “Que la PGR NO ceda ante presiones políticas”, y el lunes en las declaraciones de Meade en el mismo tema, y por la historia de la agenda de Elías Beltrán, estas peticiones se traducen en órdenes.
¿Cuánto vale una declaración de Barreiro contra Anaya..?
La respuesta está en cuál es el valor de la Presidencia de la República en el 2018. Una posición irrenunciable para el PRI, que ante las amenazas del Frente por llamar a cuentas a la actual administración, y negarle cualquier tipo de arreglo de impunidad o amnistía, como la ofrecida por Andrés Manuel López Obrador, la premisa se vuelve en urgencia para descarrilar al candidato opositor más peligroso para Meade Kuribreña.
Peor aún cuando Anaya amenazó con meter a la cárcel a Enrique Peña Nieto, si y sólo si encuentra pruebas de delito que lo amerite, aunque no deja de ser una declaración al calor de la guerra que golpea a priori la imagen presidencial, en una sociedad que ve en el Ejecutivo a una institución, y ya anteriormente ‘ya saben quien’ pagó el precio de mandar al diablo a las instituciones. Pero también es un hecho que la PGR demuestra que en este momento las instituciones carecen de autonomía y garantía de neutralidad y justicia.
Pero bueno, a partir del domingo negro donde el Frente subió al ring al presidente, el PRI se concentra en el control de crisis. Por un lado está la remoción de Alberto Elías de la Procuraduría, lo que implicaría una victoria inobjetable de Anaya Cortés, sin embargo es un costo que podría atenuarse en los más de tres meses y medio que restan para los comicios del 1 de julio.
La otra opción en el control de crisis priista es mantener a la PGR con sus titulares y apuntar con todo al queretano, a pesar de la ausencia de pruebas en su contra, y la sospecha de testigos ‘comprados’, carentes de credibilidad, uno de ellos, Daniel Rodríguez Velasco, Secretario Técnico del Instituto Político Empresarial de Querétaro, reconocido por el PRI como una de sus organizaciones adherentes, dato registrado también en portal del Instituto.
Una tercera opción que parece menos viable por la virulencia de los ataques del gobierno federal contra Anaya, es fumar la pipa de la paz. Esta alternativa se aleja a medida que el porrismo de Ochoa y Javier Lozano Alarcón logró que las baterías del Frente apuntaran contra Enrique Peña Nieto, en la conferencia del domingo -día del aniversario del PRI- donde el candidato opositor fue acompañado por Luis Donaldo Colosio Riojas, hijo del ícono de la víctima del priismo Luis Donaldo Colosio Murrieta, asesinado en Lomas Taurinas, Tijuana BC.
La obligada defensa de Anaya provocó la reacción de un grupo de 50 intelectuales, académicos y destacadas figuras como el ex presidente de la Suprema Corte de Justicia Juan Silva Meza, Héctor Aguilar Camín, Enrique Krauze, Claudio X. González, Edna Jaime, Jacqueline Peschard, Arturo Sarukhán, Federico Reyes Heroles, José Woldenberg y más, mediante una carta formal en defensa de la neutralidad, la transparencia, la democracia, y contra la actuación de la PGR -a la que le piden pruebas de su acusación contra Anaya en caso de existir- dirigida a la sociedad y al Ejecutivo.
Pero la guerra es guerra sucia, simplemente, y todo indica que el PRI y gobierno federal irán contra Ricardo Anaya con todo. Bajo este escenario y a falta de pruebas contundentes, una declaración estridente de Manuel Barreiro contra el candidato opositor que sirva para consignarlo, es la única opción para sacarlo de la contienda, a pesar de que una declaración NO constituye una prueba jurídica, y se prestaría a un montaje sin credibilidad alguna.
En este escenario sólo le quedaría al Frente la resistencia civil y el escándalo internacional. Un movimiento social con un candidato en la cárcel o inhabilitado, es lo que nos falta para brincar a la república bananera.
Y de nuevo ni pensar en lo que dice Diego Fernández de Cevallos: “Sólo matándolo lo sacan de la contienda”.
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