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jueves, 11 de diciembre de 2014

El escándalo mexicano

Hugo Páez


Había que sacar nota, pero la Cumbre Iberoamericana no daba para más.
Por eso vimos el desfilar en la televisión de voces latinoamericanas cuyos países, en el mejor de los casos, están igual que México, en otros, con dramas muy por encima.
Es el escándalo mexicano que no se detiene. En Oslo, el joven Adán Cortés irrumpe con una bandera la entrega del Nobel a la paquistaní Malala, para “mantener en los medios a Ayotzinapa”.
Ayer mismo el Secretario de Marina Vidal Soberón Sánz humilla involuntariamente a los familiares de los 43 desaparecidos al decirles manipulados por otros grupos que se aprovechan de su “origen humilde”. Una sentencia discriminatoria, pero bueno.
El presidente de Estados Unidos Barack Obama ofrece ayuda para enfrentar la crisis de violencia de sus vecinos del sur, y el escritor Enrique Krauze publica en el New York Times que el presidente Enrique Peña Nieto debe pedir disculpas al pueblo de México.
Somos el epicentro, recibimos lamentos y recomendaciones de todos, hasta de países con décadas de violencia extrema como Guatemala, El Salvador, Colombia, los países del Alba, sólo Costa Rica que es virtualmente una base militar de Estados Unidos -Colombia tiene dos- y José Mujica de Uruguay, con una población de 1.5 veces la de Ciudad Nezahualcoyotl, sus mandatarios no dijeron gran cosa frente a las cámaras de televisión en Veracruz, pero dieron nota, a la pregunta “¿Cómo ve a México en estos momentos..?”.
Pero había que sacar el día. Los equipos de la televisión mexicana se trasladaron, y, al igual que en la previa de un huracán que no les cumple, y las tomas se limitan a sobreexplotar la llovizna, alguna imagen de niños con juguetes rotos y mojados, o un techo de lámina que voló, decidieron hacer un desfile de lamentos latinoamericanos.
Así escuchamos, por ejemplo, a Otto Pérez Molina de Guatemala lamentarse de la gran crisis de México, de la barbarie y las desapariciones en Guerrero. De ahí para arriba, con el agregado de que Barack Obama de Estados Unidos quiere ayudarnos porque los problemas de México le afectan ¿Así como arregló Estados Unidos Irak, Afganistán, Vietnam o los brutales disturbios raciales de Ferguson Missouri..?
Insisto, había que sacar la nota fácil, la solidaria en voz de los vecinos que en su respuesta nunca prometieron detener la infame migración de Honduras, El Salvador y Guatemala, como parte de un paliativo a los grande problemas de los últimos tres presidentes mexicanos, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.
No minimizo la crisis ni defiendo a Peña Nieto, pero atizarlo en latitudes donde les importa un comino? ¡Por favor..! la ropa sucia se lava en casa, aun cuando me digan que la Cumbre es para ventilar problemas, pero no los internos, a pesar de la extraterritorialidad de los cárteles.
Pero hay que atizar el escándalo. Los mandatarios lloraron por nosotros y regresaron a casa con sus grandes problemas, algunos muy similares, otros, muy superiores.
El martes comenté la poca seriedad implícita en las prisas por sacar un reforma en materia de Seguridad Pública antes de terminar el año. Absurdo porque se trata de un proyecto a largo plazo, entre dos y ocho años. Cité el utilitarismo en el Congreso apurado por cumplir un calendario forzado, y la recurrente disposición de las bancadas de PRI para complacer sin meditar -con seriedad, no simulada-, analizar y debatir, todo lo que procede del Ejecutivo de su partido.
En el otro extremo, el PAN en voz de Jorge Luis Preciado califica de inteligente la estrategia de Peña, ya que de no avalar la iniciativa del Ejecutivo, alegaría que no le proporcionan las herramientas necesarias para combatir al crimen organizado y la infiltración en los gobiernos.
La posición del coordinador panista habla de la susceptibilidad al chantaje, y hace a un lado la decisión razonada. Si piensa que la propuesta no reúne los elementos necesarios para ser aprobada, pues que no la apruebe y ya, lo mínimo que se le pide es honestidad en su proceder. Es hora de superar esa política de quinta.
Esa falta de seriedad alienta nuestra proclividad al escándalo, a dejar grandes espacios para el chantaje, llámese CETEG en Guerrero, Sección 22 en Oaxaca, CNTE en el DF, anarquistas y más, para terminar en el mismo punto: la errática toma de decisiones en tiempo y forma de quienes son incapaces de arriesgar su futuro político.
Menos escándalo y más cordura, más seriedad, profesionalismo y profundidad para abordar los temas… aunque no haya nota, lamentos y lágrimas de telenovela.

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