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miércoles, 10 de octubre de 2018

El Ejército encabr… con el futuro Comandante en Jefe

    
El Ejército encabr… con el futuro Comandante en Jefe
    
  • El Ejército fue acusado en falso por López Obrador de abusivo e injusto, de castigar a un General por darle información a Jiménez Espriú, posiblemente para ocultar información al equipo de transición, e inclinar la balanza hacia el lado de Texcoco.
 
Hugo Páez
 
Con aventuradas imprecisiones, y sin dar nombres en un video mensaje especulativo, el futuro Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas acusó a la Sedena de Salvador Cienfuegos de cesar a un mando de la Bases Aérea de Santa Lucía, por proporcionar información a Javier Jiménez Espriú.
El Ejército lo desmintió, informó este miércoles que el General Miguel Enrique Vallín causó baja por la edad reglamentaria de 65 años.
Pero la intención del mensaje del presidente electo es otra, es revitalizar el proyecto del Nuevo Aeropuerto en Santa Lucía, y sepultar el de Texcoco, en un escenario donde fue obligado el Secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, a cancelar spots del proyecto original de Enrique Peña Nieto, utilizados en tiempo oficial en medios de comunicación electrónicos (video https://youtu.be/wJgjD6YCoL0).
En la antesala de la consulta ciudadana de 4 días, el equipo de transición de López Obrador trata de inclinar la balanza a la opción que prevé la alternancia de los dos aeropuertos, el actual de la Ciudad de México y el de Santa Lucía, con presunta nueva información que fue anteriormente ‘ocultada’, y ahora reaparece con nuevas virtudes y menos negativos.
Desde la producción del videomensaje de Andrés Manuel, con sonido lleno de eco, iluminación plana y un guión aletargado, la improvisación de la información es lamentable.
El presidente electo habla de que “tiene información” de que el “jefe de la base aérea o el encargado”, así sin decir nombres y con la imprecisión del puesto, “fue cesado, y de ser así -no sabe si fue cesado o no- lo vamos a reinstalar en su puesto…”, “vamos a investigar”, dice.
Con estas palabras el Ejército fue acusado de abusivo e injusto, de castigar a un General por darle información al futuro titular de la SCT Javier Jiménez Espriú, posiblemente para ocultar información al equipo de transición, e inclinar la balanza hacia el lado de Texcoco.
Por supuesto que el Ejército se encabronó hasta donde puede hacerlo, y hasta donde la disciplina militar lo permite con el futuro Comandante en Jefe, al grado que se aclaró que fue el General Secretario Salvador Cienfuegos Zepeda quien directamente autorizó dar información de la Base Aérea de Santa Lucía a Jiménez Espriú.
El equipo de transición quedó exhibido como malintencionado, o al menos desinformado, y al presidente electo como engañado, si es que en verdad no estaba enterado.
En lo personal nunca he sido pro militar, en mis columnas hay bastante historia sobre el tema, pero hay que reconocer que manteniendo la disciplina en una métrica bien definida, las Fuerzas Armadas NO están dispuestas a ser humilladas, ni sometidas a la dispersión del equipo de transición, ni a una conducción llena de ocurrencias y de palos de ciego que pongan en riesgo a la institución.
La indefinición y visión nebulosa de la Guardia Nacional, preconcebida como la mezcla de las Fuerzas Armadas con las policiales en un cuerpo de vocación policíaca, destinado a la seguridad interna, es en sí un motivo de fuerte preocupación que puede cambiar el ADN de la estructura del Estado Mexicano.
López Obrador anunció este miércoles que va a incorporar a 50 mil nuevos elementos a estas Fuerzas Federales, así que el regreso a los cuarteles de nuevo se pospone para otro, u otros sexenios.
Los tumbos de la Guardia Nacional se originaron como una propuesta de campaña, pero después del 1 de julio se canceló a partir de reuniones con los asesores de seguridad, con la participación Alejandro Gertz Manero, Manuel Mondragón y Kalb, y Olga Sánchez Cordero. La desechó el futuro Secretario de Seguridad Pública Alfonso Durazo Montaño, y posteriormente la revivió  Andrés Manuel, sin avisarle, y en la informalidad de un mitin. Así los tumbos.
A estos desencuentros entre la cultura de Juntos Haremos Historia y la castrense, habrá que sumarle los miles de retiros voluntarios de militares con más de 20 años de servicio, desde la victoria presidencial de Morena, apanicados por el bajón salarial, la eliminación de prestaciones y el tope del salario presidencial a 108 mil pesos mensuales que afecta a buena parte de la estructura de mando de las Fuerzas Armadas.
¿Qué sigue..? NO se sabe, es la tónica de la transición, y mientras los militares encabronados.
 
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