Hugo Páez
El mismo encargado de orquestar el espionaje contra Ricardo Anaya Cortés, como director del CISEN, integró desde la Unidad de Inteligencia Financiera el expediente contra Elba Esther Gordillo, utilizado por el subprocurador Alfredo Castillo Cervantes para capturarla y meterla a la cárcel, que hasta el momento NO logra pruebas sólidas para sentenciarla.
En ese mismo escenario de opereta federal, aparece el agente del CISEN Juan José Gaeta, alias “El Botas”, con una gran sonrisa en los labios al ser interrogado por el candidato presidencial Ricardo Anaya Cortés, en plena faena en Coatzacoalcos Veracruz el 10 de febrero.
Dramático el escenario que dibuja al famélico Centro de Investigación y Seguridad Nacional, al que todos defienden por su objetivo, pero del que todos dudan por el destino de la información.
Así vemos que Andrés Manuel López Obrador acusó al CISEN de darle datos al periodista Raymundo Riva Palacio sobre las actividades de sus hijos: José Ramón, Andrés y Gonzalo, con el propósito de desacreditarlo y a la vez ponerlos en peligro.
En la misma sintonía el candidato de la alianza Por México al Frente, Anaya Cortés, en ningún momento fue alertado del ‘seguimiento’ en campaña de agentes del CISEN que él NO autorizó, ya que la respuesta obvia de los candidatos opositores al ofrecimiento de este tipo de servicios o cuidadores es: “NO gracias, la información va a parar al equipo del candidato oficial”, en este caso, José Meade Kuribreña.
Por supuesto no hay prueba alguna del destino de esta información, pero es un razonamiento bien sustentado que aportó pruebas sólidas en el fallido sistema de espionaje telefónico Pegasus, a una serie de periodistas y activistas, adquirido por la PGR de Jesús Murillo Karam y utilizado por la Sedena de Salvador Cienfuegos, adscritos a las oficinas de la procuraduría, y por agentes de la PGR.
De opereta resulta la justificación de que un agente solitario, en el caso de Anaya, ‘El Botas’ es garantía de protección y resguardo para evitarle cualquier percance que desestabilice la democracia en México, y por ende, la elección más importante que tomará la estafeta del presidente Enrique Peña Nieto.
De opereta también pensar que Elba Esther Gordillo se quedaría tejiendo en su super departamento de Polanco, disfrutando de una detención domiciliaria, sin operar la venganza a la que tuvo tiempo de fraguar en el hospital del Centro de Readaptación para Mujeres, a través del candidato con más posibilidades, según las encuestas, de llegar a la presidencia de la república: Andrés Manuel López Obrador.
Imagino la preocupación en el PRI y en el gobierno federal, en especial en el círculo rojo de Peña Nieto, al ver al nieto y yerno de Elba: René Fujiwara y Fernando González Sánchez, dando el respaldo total a López Obrador en el evento masivo de las Redes Sociales Progresistas el 10 de febrero -mismo día del ‘seguimiento’ del CISEN a Ricardo Anaya- para la defensa de los derechos de los maestros. Esto es, el preámbulo para derogar la Reforma Educativa de Aurelio Nuño Mayer.
Este 26 de febrero, Gordillo cumple 5 años de ser detenida en el aeropuerto de Toluca procedente de San Diego por desvío de fondos para su uso personal, procedentes del Sindicato de Maestros, también por lavado de dinero.
Cinco años de deterioro, con enfermedades continuas y sin sentencia. Al cuarto para las doce de la elección presidencial, su equipo de abogados y la ingenuidad del gobierno federal lograron la prisión domiciliar “su despacho”, desde donde opera la revancha contra la nomenklatura que la encerró, a pesar de ser una de las grandes responsables del desastre educativo en México, y un factor decisivo en la preservación de los gobiernos priistas.
Una vez comprobada la letalidad de Elba y capacidad de intriga, la PGR de Alberto Elías Beltrán entró en pánico y operó la consigna de un juez federal para limitar la operación de Gordillo desde su depa, con el argumento de que la ex líder sindical “Podría desestabilizar la paz y seguridad del Estado Mexicano”.
La ex líder vitalicia de los maestros recibía a medio mundo en Polanco para dar órdenes y de ahí orquestar su revancha y la ‘guerra’ contra los que considera traidores: el líder del SNTE Juan Díaz de la Torre y el presidente del PANAL Luis Castro Obregón, aliado de José Meade Kuribreña.
En la agenda de la venganza, ayer mismo la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación, el virulento CNTE, del cual siempre se sospechó bajo la influencia de Gordillo, hizo un llamado a los integrantes del SNTE a revelarse contra su presidente Díaz de la Torre.
La maquinaria está trabajando, los frentes se multiplican al PRI, Elba perdió a su hija Mónica mientras guardaba prisión, perdió su libertad, y fue defenestrada en el otoño de su vida. Ya NO tiene nada que perder, ahora apuesta por el que cree ganador… hasta hoy.
Dos escenas exhiben al PRI - gobierno: una contra Ricardo Anaya y la otra contra la alianza Gordillo - AMLO, mientras Enrique Ochoa Reza se tambalea en una rebelión interna de pronósticos reservados.
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