Hugo Páez
Dos ordenes de
aprehensión contra Andrés Granier, después de casi seis meses de la gubernatura
de Tabasco y a trece días de arribar al aeropuerto de la Ciudad de México vía
Miami, solo habla de la incapacidad de la federación para dar seguimiento a los
recursos de los estados y un sistema bancario incompetente para rastrear fuertes retiros de efectivo que se hicieron sistemáticos en la administración
del químico.
La autonomía
constitucional de los estados es el gran pretexto para entorpecer la lucha
contra el crimen organizado, anidando también las pequeñas autonomías de los
municipios, con consecuencias colaterales terribles para la seguridad y las
economías regionales. Es inconcebible que persista la ausencia de mecanismos
efectivos para evitar desfalcos, desvíos y acumulación de capitales de
procedencia ilícita, como los atribuídos a Andrés Granier y Luis Armando
Reynoso Femat en Aguascalientes y Tomás Yarrington en Tamaulipas.
Es un secreto
a voces que media docena de gobernadores trazan la misma ruta. Fue y se
mantiene vivo el gran escándalo de la administración de Juan Sabines en Chiapas,
con una de las mayores deudas de la historia.
Al parecer la
evidencia no es motivo suficiente para edificar diques legales a los “paraísos
autónomos” de los gobernadores. La incompetencia de los organismos reguladores
es tal, que basta la tolerancia del gobernador entrante, para continuar la
impunidad del saliente. Es la historia de Chiapas con Manuel Velasco Coello,
delfín del ex gobernador Sabines.
Solo la
alternancia de partidos aparece en el cambio de poderes como elemento fiscalizador
del pasado inmediato; aun así hay ejemplos de resistencia en los nuevos
mandatarios que esperan servirse de los recursos públicos y del dinero ilícito,
como sus precedentes. Estos evitan la tabula rasa con la esperanza de que no se
las apliquen, o se concretan a colgar vicios sobre vicios pasados en una cadena
de irregularidad que increíblemente tiene prescripción.
No todas las
alternancias son reales, lo ejemplifican Sinaloa y Chiapas. Mario López Valdés
es en realidad la continuación del gobierno priista de Jesús Aguilar Padilla y
ancló a funcionarios militantes del partido que lo llevó a formar parte de la
bancada de Manlio Fabio Beltrones en el Senado. La simulación de la coalición
PAN – PRD sirvió para enfrentar las resistencias internas en el PRI sinaloense
que insaculó a Jesús Vizcarra; Malova pagó la cuota al PAN con algunas
posiciones temporales como la de Oralia Rice en la Secretaría de Turismo.
En Chiapas
Velasco Coello de la coalición Verde - PRI es en realidad la continuación de
Juan Sabines, impulsado en el 2006 por el PRD. El actual gobernador Velasco
hace grandes esfuerzos por contener el alud de corruptelas y malos manejos que
tarde o temprano tendrá soltar para no ser sepultado por los excesos que
construyeron el paraíso del gobernador, como lo vemos, como ejemplo, en
Tabasco, Tamaulipas, Aguascalientes, Veracruz, Morelos, Guerrero, Michoacán…
sin que el Ejecutivo y el Poder Legislativo apliquen la fórmula preventiva.
Blog: http://hugorenepaez.blogspot.com/
twiiter: @hugopaez
correo: hugopaez@prodigy.net.mx
www.hugopaez.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario