Hugo Páez
¿Que se le vendrá en mente cuando vea el 1 de diciembre la imagen de Felipe Calderón entregando la banda presidencial al candidato del PRI, Enrique Peña Nieto..?, Le pregunto a Juan de Dios Castro, panista de cepa añejado en 52 años de militancia. Funcionario federal en los dos sexenios, el de Vicente Fox Quezada y Calderón.
“El PAN no trabaja para ganar elecciones, sino para servir a México”, responde solemne, con su peculiar estilo tribuno. Pasaron mas de cinco décadas, y al final del camino Juan de Dios construye un discurso en defensa de su amigo Felipe.
Recuerdo que después de ganar la elección en el 2006, Manuel Espino organizó un festejo de la victoria en el Palacio de los Deportes. Dos figuras importantes aparecían en la proyección de un video de agradecimientos, solo dos funcionarios del gobierno de Vicente Fox: Juan de Dios Castro y Josefina Vázquez Mota. Juan Ignacio Zavala caminaba a nivel de pista, cuidando a un niño, atento a los discursos.
Como presidente del partido, Manuel Espino habló claro y conciso, llenó de euforia al recinto repleto de militantes, simpatizantes del PAN, e invitados de medios de comunicación.
Ahora, en pocas semanas entregarán el poder al PRI, en el epicentro de un paisaje diametralmente opuesto: Manuel Espino Barrientos expulsado del partido; Josefina Vázquez Mota permanece en un exilio temporal, seguramente molesta; y Juan de Dios Castro reflexivo, falto de alegría al final de una larga ruta de 71 años, en la que asegura que no verá de nuevo al PAN en Los Pinos, porque no piensa sobrevivir seis años mas.
Calderón insiste en que la derrota fue “multifactorial”, una explicación que adolece de detalle, sin embargo, sin una atmósfera de gobierno llena de soberbia, incompetencia, y un gabinete de perfil básico, el PRI no hubiera encontrado el caldo de cultivo para retomar el poder.
Castro reedita al presidente y afirma que el gobierno no supo comunicar sus logros, que los electores hicieron tabula rasa al PAN con el PRI y el PRD, y decidieron renovar su confianza en el partido que gobernó por mas de 70 años.
Debe ser brutal encontrar formulas para justificar la derrota, para explicarla en términos que suavicen la responsabilidad de los que portaron el poder en sus manos, de esos a los que el maestro Juan de Dios permanece fiel.
Pero allá entre sus libros, entre sus recuerdos, entre sus luchas exitosas, y las que se tuvo que tragar, como la defensa del estado de derecho en el juicio de desafuero de Andrés Manuel López Obrador que Vicente Fox enterró con un carpetazo. Allá en esa soledad que parafrasea discursos tatuados en su memoria, del fundador del PAN: Efraín González, Juan de Dios recurre a la sabiduría de sus inolvidables: “El triunfo electoral o la derrota, si es victoria es descanso, es remanso de una brega de eternidad, porque la actividad política se acaba con la vida misma. Al día siguiente del triunfo o de la derrota, nosotros tenemos más trabajo. A lo sumo más que victorias podemos aspirar a unas palabras que digan desde lo alto, está bien, o sea, cumplimos nuestro deber político”.
hugopaez@prodigy.net.mx página oficial: www.hugopaez.com
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