Injerencias de Maduro y Trump en elección; AMLO va por revuelta, Meade por Anaya
Hugo Páez
El tigre suelto de Andrés Manuel López Obrador, además de ser una amenaza más del ritual previo electoral del 2006 y 2012, en el 2018 tiene el componente adicional, en el uso faccioso de la fuerza Estado, que no apareció en el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa.
Ahora está la agravante de que el candidato de Morena -antes del PRD- NO tenía la ventaja contra su opositor Enrique Peña Nieto -puntero en el 2012- ni las torpezas de la PGR de Alberto Elías Beltrán, ni las de Hacienda de José Antonio Fernández o de Alberto Bazbaz en el CISEN y antes en la Unidad de Inteligencia Financiera de la SHCP- contra otro competidor clave: Ricardo Anaya Cortés, que se mantiene en segundo lugar a pesar del ataque gubernamental.
A coro con la amenaza de Andrés Manuel, Yeidckol Polevnsky hace maravillas en redes sociales con los datos de Bloomberg que le dan 15 puntos de ventaja sobre Anaya, y a 21 de Meade.
La frase “No seré yo quien amarre al tigre (una vez suelto si hay fraude)”, amenaza con NO detener la revuelta, esto es, dejar que la protesta llegue a donde quiera llegar, a diferencia de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano en 1988, y del propio López Obrador en el 2006, que llegó a su parte más virulenta sólo al molesto Plantón de Reforma.
Pero además, las posiciones geopolíticas de Venezuela y Estados Unidos juegan en estos momentos papeles muy diferentes, con dos Jefes de Estado injerentes y golpeadores.
La imparable crisis de Venezuela voltea hacia México, con las crecientes probabilidades de López Obrador y los países latinoamericanos del Alba que buscan socios más poderosos. Es lo que mantiene a Donald Trump en alerta, y, según analistas políticos mexicanos, con disposición de utilizar datos de inteligencia financiera de Estados Unidos con propósitos mediáticos más que jurídicos, contra el candidato de la alianza Por México al Frente Ricardo Anaya. La tesis incluye al canciller Luis Videgaray Caso y al yerno del presidente norteamericano Jared Kushner, apoyada en su reciente visita a México, recibido por el anfitrión de Los Pinos Enrique Peña Nieto.
La injerencia histórica de Estados Unidos en las elecciones presidenciales mexicanas es un factor tan permeado y natural por la condición fronteriza, que se vuelve inconsciente, a diferencia del proyecto Bolivariano de Hugo Chávez que desde el 2004 ha ido a pie juntillas, pero con cascabeles ruidosos que alertan desde la elección del 2006.
En el 2006, el equipo de Felipe Calderón y el gobierno de Vicente Fox Quezada rastrearon apoyos de Venezuela a Andrés Manuel López Obrador, además de la presencia de células bolivarianas en la capital de la república, pero fue información confidencial de Estado a la que no le dieron gran importancia, no obstante, la cerrada victoria del candidato del PAN con 0.62% -menos de un punto sobre el del PRD- siendo Calderón el candidato del partido en el gobierno, animó al proyecto venezolano para la próxima elección del 2012.
En este escenario prometedor, Chávez designó a Roy Chaderton como embajador de Venezuela en México, uno de los hombres más experimentados en política latinoamericana y operaciones de inteligencia en el exterior.
Como caldo de cultivo, aparecieron en la UNAM grupos simpatizantes del Chavismo bajo la rectoría de Juan Ramón de la Fuente y José Narro Robles como operador, quienes no pudieron o no quisieron hacer nada para mantener a la máxima casa de estudios al margen del proselitismo bolivariano que siguió tejiendo fino.
La estrategia tuvo malos momentos, como el del 1 de marzo del 2008, donde se desató un escándalo por la presencia de Lucía Morett Álvarez y tres estudiantes mexicanos más en un campamento de la guerrilla colombiana de las FARC, en la frontera de Venezuela con Ecuador.
La Fuerza Aérea Colombiana bombardeó el campamento y los guerrilleros sobrevivientes fueron protegidos por el gobierno de Hugo Chávez.
La injerencia de Venezuela y Estados Unidos se mantiene constante, quizás con altibajos por la muerte Chávez a principios del sexenio de Peña Nieto, pero con nuevos bríos y una relación más estrecha desde la escisión del PRD y creación de Morena, con todo tipo de intercambios entre el Partido Socialista Unido de Venezuela y la embajadora en México María Urbaneja Durant.
En una actitud descuidada, apenas unos meses atrás, Urbaneja publicó unos tuits con fotografías junto con la dirigencia de Morena, en una reunión explicativa del Constituyente de Nicolás Maduro y la ex canciller Delcy Rodríguez. La orden desde Venezuela fue borrar esos tuits, pero quedó la evidencia y aumentó la sospecha de una relación misteriosa.
Peor aún, montado en la ola de popularidad, López Obrador anunció la promoción de una Constitución Moral en México, y la creación de un Constituyente para tales propósitos. De inmediato el imaginario pensó en Venezuela, Maduro y Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional hasta antes de Delcy Rodríguez.
Esa relación misteriosa de Morena y el chavismo desveló cualquier duda con el activismo de la presidenta de Morena Yeidckol Polevnsky y el candidato a diputado de ese partido por el distrito 4 de Iztapalapa, Gerardo Fernández Noroña, enlace y avanzada del partido de López Obrador con la Venezuela de Maduro. Noroña es viajero frecuente a Caracas donde asiste a actos oficiales, el más reciente, al aniversario luctuoso del comandante Hugo Chávez en el cuartel de la Montaña.
Para documentar más el pesimismo, el periódico Reforma publicó el martes en la columna Templo Mayor que Roy Daza, uno de los dirigentes del Partido Socialista (PSUV) de Venezuela, declaró a la cadena Venevisión que entre las prioridades de la Revolución Bolivariana están los triunfos de los aliados del gobierno de Nicolás Maduro: “Ahora viene el turno de México y Colombia”.
El 24 de febrero del 2011 escribí: “Una tarde de Julio del 2007, José Luis Santiago Vasconcelos ex titular de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) me confió que las explosiones en 4 instalaciones de PEMEX en Oaxaca y Querétaro fueron provocadas por un explosivo muy poderoso y difícil de conseguir llamado Semtex, proveniente de Venezuela vía Cuba, con origen de compra en Libia de Muamar Gadafi.
La República Checa era uno de los principales fabricantes de Semtex, un material indetectable por los equipos infrarrojos de revisión, ni por perros entrenados en los aeropuertos, motivo por el cual organismos internacionales de seguridad de la ONU presionaron para agregar un componente que facilitara la detección del explosivo, también de uso industrial especializado.
Antes de entrar en vigor la norma, Gadafi adquirió más de 80 toneladas del explosivo indetectable, nadie sabe cuál fue el destino de algunas toneladas que salieron de Libia. Lo cierto es que dos agentes libios, Al-Amine Jalifa Fhimah y Abdel Basset Ali al-Megrahi colocaron en una bomba en un avión de la empresa estadounidense Pan Am en 1998, en el que murieron 270 personas.
Las explosiones en las instalaciones de PEMEX se dieron un año después de las elecciones presidenciales en las que se acusó al gobierno de Hugo Chávez de apoyar la campaña de Andrés Manuel López Obrador.
Un año después de la elección presidencial del 2006, en julio del 2007, el Ejército Popular Revolucionario se adjudicó los atentados las instalaciones petroleras en México, el entonces Procurador General de la República Eduardo Medina-Mora precisó que si bien el EPR se ha atribuido los eventos, ciertamente estaban en vías de comprobar la veracidad. Nunca se llegó a una solución del caso pero se comprobó que el poderoso explosivo Semtex que llegó a México procedente de Venezuela, y este a su vez vía Libia y Cuba, fue el causante del atentado a instalaciones propiedad de la nación” (http://ow.ly/xAT530iRiYb).
En las últimas horas Andrés Manuel reveló sus intenciones, ya NO contendrá al Tigre, ni a su furia con las garras afiladas por el antipriismo y la esperada revancha popular que se manifestó en un evento de Omnilife en Guadalajara en el estadio Akron contra el candidato del PRI José Meade Kuribreña con un monumental abucheo y coros de “¡Fuera, fuera..!”.
Vienen tiempos muy duros que exigen temple y conciencia de los ciudadanos frente a las urnas, las amenazas y la injerencia de Maduro y Trump están a la vista, y sólo queda reflexionar con mucha responsabilidad frente a las urnas.
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