Hugo Páez
Las escenas son impactantes, un grupo de guardias blancas chavistas llamados ‘colectivos’ irrumpen en la Asamblea Nacional de Venezuela para violentar con agresiones físicas a legisladores opositores a Nicolás Maduro.
Un día antes, Andrés Manuel López Obrador publica en México un video mensaje donde se queja que lo comparen con Maduro, pero sigue sin aclarar su posición con el régimen chavista, a pesar de la evidencia de acercamientos de Morena con el gobierno de Venezuela y los antecedentes en la campaña del 2006 con la intrusión de las células bolivarianas.
El silencio es un mal indicador. Sus opositores hablarán de fuertes compromisos que le impiden marcar distancia clara y la fuerte crítica.
Es el momento, está a la vista la atrocidad de las maniobras golpistas de Maduro que no respeta al Poder Legislativo, toleradas por la Guardia Nacional. Evento condenado por las democracias liberales de América y Europa, inclusive el gobierno mexicano.
La aparición del video mensaje de Andrés Manuel revela que en su equipo perciben la difusión de videos y tuits que relacionan a Morena con el gobierno de Venezuela, como un factor de influencia en la derrota de Delfina Gómez Álvarez en el Estado de México.
No tengo información de algún estudio de campo que de sustento a la premisa, pero el último mensaje grabado exhibe esa urgencia por borrar la imagen pro chavista, y, en la retórica de siempre, el líder de Morena culpa a la mafia del poder, a los que no se cansan de robar y a los que ‘no tienen llenadera’, por esos ataques.
Aún así, Andrés Manuel sigue sin definirse.
En su posición de aspirante presidencial, es interés legítimo de los electores conocer su visión de estado, el modelo económico, político y social que implementará, una vez que llegue a la presidencia de la república.
López Obrador insiste en que no irrumpirá en el modelo empresarial, -lo dice en su penúltimo libro-, que NO atacará a los que se enriquecieron a costa de empobrecer a México, y NO hará cacería de brujas.
En el sector empresarial muy pocos le creen, el la clase media ven el discurso con cuidadoso recelo, y los más indignados esperan que consuma la venganza social, principalmente contra el PRI y su cómplice Partido Verde.
Lo que trata de evadir a toda costa, es aclarar el criterio propio con la situación de los venezolanos, inmersos en una larga y profunda crisis humanitaria, golpeadísimos por el autoritarismo radicalizado de Nicolás Maduro, con graves secuelas desde Hugo Chávez, capaz de moldear una nueva constitución a la medida, que hasta genial músico Gustavo Dudamel, favorecido desde la infancia por el Sistema Nacional de Orquestas, corrigió.
El silencio de Andrés Manuel se podría interpretar como la imposibilidad de romper compromisos contraídos.
La evidencia de apoyos está documentada desde la campaña presidencial del 2006, y las declaraciones de la embajadora de Venezuela, María Urbaneja Durant, sobre acercamientos con Morena, no fueron desmentidos con claridad.
En el marco de la reunión de la Organización de Estados Americanos (OEA) comenté en este espacio el 20 de junio: Semanas antes de la Cumbre de la OEA en Cancún, la Secretaria General de Morena, Yeidckol Polevnsky, organizó un grupo de apoyo de Morena a la delegación que enviaría Nicolás Maduro a Cancún, encabezada por la Canciller Delcy Rodríguez, en previsión a la postura crítica de México, en voz de Luis Videgaray Caso, y de países afines (http://ow.ly/sZR430dnQ1w).
Ahora el líder de Morena dedica un mensaje para aclarar que NO es Nicolás Maduro, ni Donald Trump, pero al mismo tiempo exhibe sus puntos débiles, que lo seguirán siendo sin una posición contundente de él y de su equipo.
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