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jueves, 15 de junio de 2017

Boicot a Segunda Vuelta Electoral, primer gran golpe contra ciudadanos en 2018

Hugo Páez
    
No es como repite Pablo Escudero el salmo de Emilio Gamboa. La segunda vuelta electoral NO lleva en la dedicatoria el nombre de Andrés Manuel López Obrador, es exprofesa para que los ciudadanos NO ejerzan un derecho en las urnas que opera en el 70% de los países. Tendencia inevitable de las democracias liberales.
Pero en estos momento no está en el interés del PRI, ni de su satélite el Partido Verde de Escudero Morales, Emilio González Martínez y Arturo Escobar y Vega.
Aún si hacemos a un lado elecciones reñidas como el Estado de México y Coahuila, donde alrededor del 70% no votó por los ganadores, la Segunda Vuelta es un derecho que se ha negado a los ciudadanos, al menos durante ocho años, otros cálculos hablan de tres lustros.
Bajo esta premisa, el “NO hay tiempo parlamentario” es la tesis del absurdo y el abuso.
Así ocurrió en el último trienio de Felipe Calderón Hinojosa, asediado por la oposición en el Congreso, no pudo concretar lo que en su momento percibió como salvación de su partido contra el impulso del candidato del PRI Enrique Peña Nieto.
En esos años Manlio Fabio Beltrones ironizaba desde el Congreso: “Calderón es el campeón de las segundas vueltas”. Ahora su oportunidad política menguó, y las segundas vueltas son ‘alternativa viable’, junto a los gobiernos de coalición.
A dos meses y medio de iniciar el periodo electoral 2018, el ‘balotaje’ -segunda vuelta- se trata de ver como una puntada de la oposición, como en su momento se trató de ridiculizar la exigencia social para extirpar en 1987 a la Comisión Federal Electoral, impuesta por José López Portillo a la Secretaría de Gobernación desde 1977, para crear el Instituto Federal Electoral.
Sobran argumentos de gobernabilidad que le dan sustento, además de los conceptuales que describen a la primera vuelta como una opción del corazón, y a la segunda, como el sufragio razonado.
El hecho es que la gran mayoría de las naciones implementan alguna de las tres principales variantes: Sin Barreras, Mecanismos de Acceso Libre y Mecanismo Compuesto, que citaré más adelante como notas.
No hay forma de detener el avance de las democracias liberales, pero en México se ha topado con las bancadas del PRI en las dos Cámaras, a las que la oposición tendrá que arrebatar esos derechos y sustentarlo en el artículo 105 constitucional que está sobre cualquier norma electoral.
En este espacio citamos con anterioridad la meteórica Ley Televisa (Ley Federal de Telecomunicaciones) aprobada en un lapso de siete minutos en el 2006, casi por unanimidad, y por una buena cantidad de legisladores que vemos en el mismo escenario político.
En semanas sabremos si el boicot a la Segunda Vuelta será el primer gran golpe electoral contra los ciudadanos en el 2018.
VARIANTES DE SEGUNDA VUELTA ELECTORAL O BALOTAJE
Sin barrera: donde pasan los candidatos más votados, y en una segunda vuelta se decide con mayoría simple quien gana. Como fue el caso francés para las elecciones a la Asamblea bajo la presidencia de De Gaulle, donde según la ley en esos años podían pasar todos, pero en realidad solo pasaban los más votados; este mecanismo permitía medir la fuerza de los candidatos y permitía al mismo tiempo el voto estratégico del electorado como la coordinación entre los partidos.
Con mecanismo de acceso simple: Si ningún candidato obtiene una mayoría absoluta (más del 50 %), entonces se celebra la segunda vuelta electoral entre los dos candidatos más votados. Gran parte de los países de América Latina que contemplan la segunda vuelta electoral solo señalando esta norma. Este tipo de sistema de votación existe en Brasil (introducción en 1988), Chile (1989), Colombia (1991), Ecuador (1979-1998), El Salvador (1983), Guatemala (1985), Perú (1979), R. Dominicana (1996) y Uruguay (1996).
Con mecanismo compuesto de acceso: donde la norma establece ciertos requisitos para celebrar la segunda vuelta electoral. En el caso de Argentina (1994), gana en primera vuelta el candidato que consiguió más del 45 % de los votos, o más del 40 % y con una diferencia de más de 10 puntos con el segundo candidato. Si ninguno logra superar estos requisitos, se va a una segunda vuelta. Caso contrario, para acceder a la segunda vuelta electoral el resultado de la 1ª vuelta entre los dos candidatos debe ser cerrado, es decir, menor al 10 %. Mecanismo similar existe en Ecuador (1988), Nicaragua (1987), donde se exige una diferencia de 5 % y Costa Rica (1949), aunque en esta última basta con el 40 %. Para algunos analistas la segunda vuelta se considera un tipo de sistema electoral que sirve para maximizar la legitimidad de origen (fuente Democracy Now, Wikipedia).
   
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