Hugo Páez
Ricardo Anaya tendrá que meter mano en el desastroso PAN-CDMX. Dejarlo en la vía de la derrota y en las mismas manos, servirá sólo para dinamitar el proyecto de Acción Nacional en el 2018.
No hay otra explicación más allá de la incompetencia en la vergonzosa votación del 9.5% en la Asamblea Constituyente. Esa incompetencia que trata de refugiarse en las maniobras de los opositores, en el olvido o en el “no pasa nada”.
A Mauricio Tabe le pasó lo que al PRI de Manlio Fabio Beltrones, las cuentas alegres le duraron hasta la noche del 5 de junio y un subsiguiente despertar terrible. Peor aún, en la conformación del Constituyente prepara el mando coordinador de la bancada con los apoyos de Santiago Taboada y Margarita Saldaña, en un evidente albazo para adelantarse a otros tiradores, uno de ellos Santiago Creel Miranda.
La historia del PAN-DF en el último lustro es la gráfica de ruta crítica de lo que no se debe hacer. En el 25 aniversario de Acción Nacional en la Asamblea Legislativa, el 6 de marzo de 2014, Jesús Silva-Herzog Márquez miembro de la Real Academia de la Lengua sentenció frente al auditorio del Teatro de la Ciudad repleto de militancia: La actual es la peor crisis del partido en la historia, el triunfo de Enrique Peña Nieto en el 2012 fue por ser la mejor oferta de alternancia clara y fresca... la elección a la Jefatura de Gobierno del DF fue un obsequio vergonzoso a los adversarios, con una candidata sin arraigo -no dio el nombre de Isabel Miranda de Wallace-, despojada de toda pertenencia, un golpe contra la dignidad de la militancia panista.
En esos momentos el estilo soberbio del calderonismo seguía calando dos años después de entregar la Presidencia de la República, pero otros dos años después, el diagnóstico es peor: terminal. Pasó la elección intermedia del 2015 donde el PRI superó al PAN con una jefatura delegacional y los más optimistas marcaron el calendario político como el toque fondo, no fue así, cayó 4.5 puntos más.
No hay límite para el deterioro, lo prueban los números.
A nivel institucional no hay ética que justifique la permanencia de los amigos por complicidades de grupos, el PAN-CDMX es un partido fallido, una camarilla en el confort de intereses particulares sin el talento para avanzar en un terreno violentado por el choque de las izquierdas donde un gran sector de la población permanece a la espera de mejores propuestas.
Si en la derrota no pasa nada, las estructuras superiores comparten esa responsabilidad.
twitter: @hugopaez blog: http://hugorenepaez.blogspot.mx
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