Hugo Páez
Colima representa números muy bajos en la métrica de fuerzas política, económica y electoral, pero como ópera prima de Manlio Fabio Beltrones Rivera y Ricardo Anaya Cortés es la victoria o derrota que hará luz o sombra durante casi seis meses a dos cabezas de partido que caminan como presidenciables, hablan como presidenciables y parecen presidenciables.
Acción Nacional vivió el domingo la embestida de una maquinaria capaz de multiplicar por 13 la diferencia de la elección anulada a Ignacio Peralta. Metralla de audios, panfletos, campañas en redes sociales y videos editados pegaron en la línea de flotación de la moral panista y del candidato Jorge Luis Preciado.
En la guerra electoral hay normas y leyes, no escrúpulos.
La previa de Colima es una adelanto de la rudeza por venir el 5 de junio en 12 gubernaturas. Ricardo Anaya Cortés necesita al menos 4 para mantener fuerza en el liderazgo del partido y mantener el perfil presidenciable. A Beltrones le bastan 9 para consolidar su camino al 2018.
Nadie imagina que Beltrones y Anaya trabajen para un tercero. El proyecto de partido es en carne propia.
Pero siempre está vigilante el fuego amigo, ayer de inmediato deslizó el historial de Preciado para justificar la derrota a partir de desaprovechar la sorpresiva ventaja de octubre por la decisión del Tribunal Federal Electoral de anular la elección. Llegó como una bomba contra el ánimo del PRI pero se dejó pasar y empataron el marcador. El último mes fue terrible, el CEN de Ricardo Anaya exhibió incompetencia, mala operación e incapacidad para reaccionar a situaciones de crisis y guerra sucia, a diferencia del expertise de Beltrones y del delegado del PRI en Colima Manuel Andrade, que en demostración previa en el Distrito Federal el 7 de junio del 2015 sacó tres delegaciones a favor.
Y la mano amiga no espero, desde la trinchera presidenciable de Margarita Zavala Gómez del Campo aparecieron en redes “explicaciones” de la derrota por el apoyo de Anaya a un candidato “arrabalero, con colaboradores como el nefasto Isabel “Chabelo” Trejo, maderista de cepa”. Colima deja estragos internos y una secuela que complicará enormemente las 12 gubernaturas.
A esa racha de victorias del PRI habrá que sumar la efectividad para boicotear desde adentro las alianzas PAN - PRD. Agustín Basave quedó atrapado en un corset y le restó octanaje a los acuerdos. El ácido de las tribus del Sol Azteca vertido en el Consejo Nacional facilita la operación del PRI, no hubo enseñanza de la efectiva estrategia del entonces gobernador del Estado de México Enrique Peña Nieto para evitar las alianzas PAN - PRD bajo firma de César Nava, Fernando Gómez Mont y Beatriz Paredes Rangel. Colima es un baño de realidad.
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