Hugo Páez
La enorme ventaja de Andrés Manuel López Obrador sobre sus adversarios Manlio Fabio Beltrones Rivera, Ricardo Anaya Cortés y Agustín Basave Benítez es el control de su partido.
Envidiable porque ni el PRI, PAN o PRD son instituciones verdaderamente democráticas. Acción Nacional como el más avanzado en el tema, hubiera montado un escándalo nacional si el padrón electoral del INE fuera la mitad de turbio del que le dio el triunfo a Anaya Cortés en la interna.
Envidiable también porque el proceso de toma de decisiones hace a las organizaciones democráticas menos eficientes en resultados que las verticales, como las empresariales o Morena, igual que el PRI antes del 2000, ahora es otra historia, aunque Beltrones reconozca el mando de Enrique Peña Nieto, su decisión tiende a evaluar al más competitivo, así lo fue en el Estado de México con Eruviel Ávila Villegas, no obstante este tipo de toma de decisiones requiere tiempo y podría alargarse hasta el registro de candidatos en el 2018.
Andrés Manuel no tiene ese problema, el control es total, la presidenta interina Bertha Luján asegura que absolutamente nadie en Morena estaba en desacuerdo con los spots de radio y televisión de López Obrador, que era un problema de Beltrones y Anaya. Después del sábado de unción, López Obrador concentra tres perfiles: líder moral, candidato presidencial y presidente del partido.
Bajo estas condiciones de solidez y orden es evidente la ventaja sobre sus tres adversarios.
Los otros que reclaman la antidemocracia de Morena, pero Agustín Basave y Beltrones fueron ungidos por decisión vertical en asambleas de democracia simulada. El primero por la federación de tribus encabezada por Los Chuchos de Nueva Izquierda y el segundo por el presidente de la república.
López Obrador no tiene sombra, mientras Ricardo Anaya se bate, hasta el momento, con la popularidad de Margarita Zavala Gómez del Campo y el empuje de Rafael Moreno Valle.
Manlio Fabio está en la carrera con el grupo de aspirantes que crecerá hasta el banderazo de Peña Nieto, los más visibles: Aurelio Nuño Mayer, Miguel Ángel Osorio Chong, Luis Videgaray Caso y Eruviel Ávila.
Agustín Basave en el PRD aparece hasta el día de hoy como simple árbitro entre Miguel Mancera Espinosa, Silvano Aureoles Conejo, Graco Ramírez y Jesús Zambrano Grijalva.
Los partidos creen que no tienen más opciones que bajar a López Obrador de la tele, de la radio, no hay flancos vulnerables, no tiene historia oculta, el cuento de la amenaza para México dejó de funcionar y el propio PRI lo acotó en la reforma electoral que, junto al PAN y al PRD calculan que les sale más barato el riesgo de victimizarlo al sacarlo del aire, que dejarlo con otros millones de spots.
No es una tema moral ni de principios partidistas, es de competencia. En realidad ellos quisieran tener esa ventaja.
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