Hugo Páez
Unas horas antes del Foro Seguridad, Ciudadanos + Policías en un palenque improvisado en Cuajinicuilapa Guerrero un comando masacró a 10 personas, en Acapulco otras tres fueron abatidas y cuatro heridas en un partido de futbol, por otra acción del crimen organizado.
Esa misma tarde del domingo, el gobernador Héctor Astudillo con los guerrerenses Armando Ríos Piter, Jorge Camacho del PAN, Marco Adame, Javier Saldaña se juntaron en la Plaza de Toros México en un mensaje de unidad, propio de una cultura que antepone la imagen política sobre la urgencia del estado. Imagino que el todavía poderoso Ángel Aguirre Rivero no fue porque tiene mejores cosas que hacer.
Ayer frente al presidente Enrique Peña Nieto y el Secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong, María Elena Morera insistía, como lo ha hecho en los tres Foros anteriores, sobre la responsabilidad de los gobernadores de los estados y la falta de castigo a sus incumplimientos en materia de seguridad. En años anteriores no le hicieron caso sobre Aguirre Rivero, Fausto Vallejo de Michoacán, Javier Duarte de Veracruz, por citar algunos.
La comunión de los líderes de la sociedad civil con los tres niveles de gobierno, federal, estatal y municipal tiende a convertirse en un ritual cíclico con pocos o nulos resultados, frustrante algunas veces, pero irrenunciable.
Los líderes convocan al presidente de la república, al gabinete, a los gobernadores, a expertos en la materia y estos los atienden, les dicen que van a cambiar, que evolucionan normas, modelos operativos y todo lo que pueda parecer avance ante las cámaras de los medios de comunicación, para reanudar al día siguiente con la mecánica burocrática que les permita salir lo mejor librados en sus administraciones, tres o seis años, y a los funcionarios lo mismo: permanecer en la estructura.
El Instituto Mexicano para la Competitividad situó a México entre las 10 naciones peor evaluadas, a causa de la delincuencia, la inseguridad y la corrupción.
A principios del sexeno se cambió el método de la lucha contra el crimen organizado, se reforzó la Secretaría de Gobernación con la de Seguridad Pública, los resultados son dudosos, intangibles, sumado a la violencia en Guerrero, Estado de México, Tamaulipas y ahora el Distrito Federal, más la fallida recaptura de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, los datos se tornan abrumadores y van en contrasentido de lo esperado.
La terquedad de María Elena Morera durante dos lustros tiene nombre, pero siguen en la impunidad: los gobernadores.
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