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jueves, 16 de enero de 2014

Lucrando con la ejecución de Edgar Tamayo

Hugo Páez

         Un insulto a la inteligencia el oportunismo de Graco Ramírez ante la inminente ejecución de Edgar Tamayo Arias, asesino confeso de un policía en Estados Unidos, 20 años atrás.
         Consulto a Manuel Pérez Cárdenas, ex Cónsul General de México en Houston. El ex funcionario conoce el caso a detalle, platicó con Tamayo en prisión al menos seis veces y fue factor decisivo para la liberación de Ricardo Aldape Guerra en 1997.
         De no ocurrir un milagro de última hora, Edgar será ejecutado con una inyección letal el 22 de enero en Huntsville, el próximo miércoles. La justicia norteamericana expone castigos ejemplares, salvajes para la mayoría de las naciones, los hijos y la esposa del policía asesinado estarán presentes en la sala de ejecuciones. En el largo proceso no aparecieron los “paladines políticos de la justicia” que ahora lucran con Edgar Tamayo, saben que llegó al punto de no retorno donde las instancias se agotaron y alientan sin pudor alguno falsas expectativas. Otros asumen lo inminente, es el caso de la cónsul de México en Austin, Rosalba Ojeda y Cardenas: “Texas no perdonará a Tamayo”.
         Graco sentenció el martes en una conferencia de prensa: "Texas se consolida como una ínsula del racismo y el autoritarismo", agrega: "El gobierno mexicano, a pesar de todos los esfuerzos hechos no ha logrado que el (gobierno del) estado de Texas cumpla con las convenciones internacionales que garantizan el debido proceso de un detenido por un Estado extranjero".
         Monumental la manipulación del gobernador de Morelos, no hablamos de la duda moral sobre la pena de muerte, esa es otra historia en la que un gran número de mexicanos pidieron implementarla en nuestro país, en los momentos mas críticos del secuestro y la muerte de víctimas. No, hablamos de las leyes de Estados Unidos, de una solución del Supremo Tribunal que permitió su reinstauración en 1976 como una ley estatal para los estados dispuestos a adoptarla, Texas fue uno de la mayoría que lo hicieron.
         Pregunto a Pérez Cárdenas si ve algún elemento de racismo en las ejecuciones de latinos, de mexicanos en específico. La respuesta se basa en números duros: en promedio mas del 60% de los ejecutados son norteamericanos blancos anglosajones, un 20% negros, cerca del 11% de "hispanics" o latinos, y el resto de asiáticos. Texas es el estado con más ejecuciones en la Unión Americana con procesos largos y laboriosamente revisados por años, el de Tamayo es el mas extenso que presenció Pérez Cárdenas. El ex cónsul en Houston acompañó a Ricardo Aldape Guerra a su regreso a Monterrey Nuevo León, sin embargo tres meses después fue ejecutado Irineo Tristán Montoya por el asesinato de un hombre a puñaladas. Extraño es no escuchar ruido con los centenares de ejecuciones de norteamericanos anglosajones, no tienen la defensa mediática de los extranjeros.
         Hablo con Louis Escareño sobre el caso Tamayo, fungió como Special Assistant Attonery General of Texas (Asistente Especial del Procurador General) y me comenta que el estado tiene una "vara muy alta para condenar a alguien a la pena de muerte", además existe un amplio grupo de abogados para los acusados como elemento garante de justicia. El temor a equivocarse es brutal, lo que deriva en procesos muy largos y costos hasta agotar cualquier duda. Aunque en lo personal no creo en la infalibilidad.
         Ayer mismo la Comisión Permanente del Congreso de la Unión de México en voz de la senadora Lisbeth Hernández Lecona exhortó al gobierno de Texas a postergar la ejecución de Edgar. El gobernador Rick Perry puede hacerlo por una sola vez y por un periodo máximo de un mes, siempre y cuando le muestren de última hora nuevos elementos que prueben la inocencia del culpado. De existir esos elementos no habría motivo alguno para esperar el plazo del gobernador. El oportunismo político es evidente.
         Pero Graco Ramírez agrega a la calificación de "racista" un elemento de duda que habrá que analizar en razón de las leyes de Estados Unidos. La violación al debido proceso, esa que logró en México la liberación de la secuestradora Florence Cassez sentenciada a 60 años de prisión. No fue declarada inocente, fue liberada por la Suprema Corte. Pues resulta que la firma de acuerdos internacionales hecha por el gobierno norteamericano es opcional para los estados y ni el presidente Barak Obama puede obligar a Rick Perry a cumplir el Tratado de la Convención de Viena Sobre Relaciones Consulares. En su artículo 36 establece el derecho de todo extranjero que al ser detenido sea asistido.
En la detención de Edgar Montoya no se dio parte al consulado de México, sin embargo históricamente Texas nunca ha reconocido el tratado, no solo eso, una resolución de la Suprema Corte de EU falló a favor de Texas porque no existe una ley reglamentaria que norme el tratado, por lo tanto, la Corte argumenta que el tratado internacional no es aplicable.
Brutal el destino de Edgar Tamayo. Terrible y salvaje el puro concepto de la pena de muerte que no entendemos de este lado del Río Bravo, que no tendríamos por que entender. El mexicano ejerció su defensa por años y nunca escuchó el “ímpetu” de los políticos nacionales que ahora claman por su defensa, claro, de última hora, donde el caso es el tema en todos los medios de comunicación. En la soledad de su lucha y la de su familia los gritones de hoy estuvieron ausentes, tan inmorales como el tamaño de reflectores que pretenden ganar con falsas expectativas, y de suceder un milagro, nada tendría que ver con sus lamentos.
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