Hugo Páez
Tiene razón
Gustavo Madero cuando dice que “a la gente le vale madres la política”. Lo dijo
en un tono de crítica, de reclamo de lo que no debe ser, sin embargo, en parte
todos somos responsables, pero en mayor medida la televisión, desde sus inicios
en México juega un papel de desinformación infame para mantener las
concesiones.
Están los
apologistas que vieron una relativa apertura al final del sexenio de Ernesto
Zedillo. Apertura como un acto de voluntad desde poder presidencial, en este
caso agraviado por el asesinato de Luis Donaldo Colosio. Al mandatario en turno
siempre le acomodará lidiar con una cadena, que aunque en la formalidad parezcan
dos.
Con una
programación como la de Televisa y TV Azteca, a la caza del entretenimiento fácil,
engordando una cultura del drama y la podredumbre al estilo de Laura Bozo, los
mexicanos pasan gran parte de su infancia frente a la pantalla y son moldeados
en función de una oferta de intereses netamente comerciales. El resultado es evidente,
a los mexicanos les vale madres la política, y la cultura, y la ciencia, y un
largo y triste etcétera.
Con el cambio
de partido en Los Pinos hubo una gran oportunidad de mejorar la situación en el
año 2000, desgraciadamente Vicente Fox Quezada dista mucho de ser un
intelectual o humanista, por el contrario, cedió a las televisoras mas del 12%
del tiempo de televisión que corresponde al estado, un espacio que hubiese
permitido ese nivel ausente en la televisión comercial, además aseguró las
concesiones a los mismos mas allá del 2020.
Siempre vamos a escuchar que a la
gente no le interesan ese tipo de programas, claro que no, hace falta una gran
estrategia para revertir toda esa cultura basura. Un ejemplo: en mi estado
Sinaloa domina brutalmente la narcocultura en los medios de comunicación, la
radio es infame, en ningún momento los gobiernos de Juan Millán, Jesús Aguilar
Padilla o Mario López Valdés hicieron absolutamente nada para revertir la
narcocultura y exhibir con técnicas de propaganda el estilo criminal que tanto
atrae a los jóvenes y forma la base social del narcotráfico.
Felipe
Calderón tampoco hizo nada, fue incapaz de concretar la reforma de
telecomunicaciones que permite la competencia real con dos o mas cadenas de
televisión abierta. Ahora es reto de Enrique Peña Nieto, la ley reglamentaria
es impostergable, la reforma educativa quedó a medias como un esfuerzo débil,
en la realidad de las aulas. El proceso debe terminar, otorgar derecho de
acceso a la banda ancha de internes y abrir la real competencia en televisión, significa
apertura a la verdadera fuerza de la sociedad civil.
Recuerdo que
hace algunos años en una comida con Jacobo Zabludovsky - hora galardonado por
Enrique Peña Nieto- relató lo que hacía Televisa en el día de las elecciones
presidenciales “Se programaban películas de Pedro Infante, de Tin Tan, en fin
las mas taquilleras, para que los electores se quedara tranquilos en sus casa”,
¡Qué tal..! De eso formó parte Jacobo hasta que lo echaron de Televisa, de un
sistema donde el control electoral era una estrategia de medios.
El resultado
es una consecuencia lógica: “a la gente le vale madres la política”. No la
educamos en ello, hay que terminar los detalles para abrir la competencia real
en telecomunicaciones, con la asertividad con la que buscaron la reelección de
sus diputados, senadores, alcaldes y la Reforma Energética, o les van a seguir
valiendo madres a la gente. Aunque esto le ha funcionado a la clase política
por siglos.
Me tomo unos días, estaré de regreso en La Teoría del
Caos el martes 7 de enero, me voy a la cueva del homínido en la mazatleca Playa
Esmeralda. Ya se me adelantaron algunos amigos como mi estimado Popo Toledo,
huele a mar y sol, pescado del Cuchupetas, ostiones de Teacapán, gorditas de la
Mirsa, y, por supuesto, muchas Pacífico.
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