Hugo Páez
En las
encuestas de opinión los diputados y senadores son de los peores calificados
por el ciudadano común. La gente piensa que tienen sueldos estratosféricos,
enormes prestaciones y agregados inmerecidos por participar en Comisiones, a
cambio de poco trabajo y deficiente.
Con estos
datos los estrategas de campaña de Enrique Peña Nieto en el 2012 redactaron uno
de los compromisos que hizo público en el debate entre presidenciables en junio
de ese año: la reducción de escaños plurinominales en el Senado y Diputados, 32
en uno y 100 en otro, en total, un 50% de las posiciones de mayoría relativa.
Esto es los legisladores que no recibieron el voto directo de los electores.
Ninguno de los
candidatos objetó la propuesta del priista. Josefina Vázuqez Mota del PAN,
Andrés Manuel López Obrador del PRD y Gabriel Quadri del PANAL dejaron pasar la
propuesta que en entrevistas previas fueron aceptadas.
Pues bien,
como un ensayo tenue de gobierno de coalición, el Pacto por México ha resulto
acuerdos entre los tres grandes partidos que se dificultarían entre los grupos
parlamentarios en el Congreso. Prueba de ello son los enfrentamientos entre
Ernesto Cordero y Gustavo Madero, el primero ausente ayer en la presentación de
la propuesta de Reforma Política de Acción Nacional.
La propuesta
va en sentido contrario del sentir ciudadano en estos conceptos. Madero y el
PAN van por la reelección de diputados y senadores lo que permitiría pervivir en
cada Cámara por un periodo de 12 años, pero en realidad un aspirante podría
pasar 24 años si brinca de una Cámara a otra, por supuesto, la reducción de
posiciones plurinominales no se incluyó en la presentación.
La iniciativa
consolida la nomenclatura de los partidos, refuerza los mecanismos de las
directivas, niega la reelección del Presidente de la República y propone una
segunda vuelta electoral, lo que la convierte en un proyecto específico del
interés Acción Nacional.
Peor aun, en el contexto de la
renovación de la dirigencia del partido y el momento oportuno de Madero para
lograr la reelección, la Reforma Política es una arma privada que le dará la
suficiente fuerza para consolidar a su grupo al designar candidaturas y ubicar
a sus incondicionales en distritos seguros y posiciones plurinominales
(representación proporcional).
El próximo presidente del PAN tendrá
la elección intermedia del 2015 en sus manos, e indudablemente sería una
torpeza incluir la reelección presidencial con el PRI en Los Pinos, sin
embargo, diseñar una Reforma Político – Electoral a modo de un grupo político
dentro de un partido, a cambio de avalar las iniciativas Energética y
Hacendaria del gobierno federal, es una porquería que no deben permitir los
panistas por ningún motivo.
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