Hugo Páez
Creo en la
honestidad intelectual de algunos ponentes del foro Despenalización de la
Marihuana en México, sin embargo, el tema es un “pret á porter” con elementos
ideales para desviar la atención de diferentes focos de infección imposibles de
solucionar.
A diferencia
del aborto, el potencial de la polémica de la legalización de la cannabis es
tan maleable que en teoría puede ser parte de la solución en el combate al
crimen organizado, o un “gran avance” en la expansión de las libertades y
derechos humanos del territorio mas liberal de México.
En los hechos
es la cortina de humo perfecta que incide solamente en menos del 2% de la
población, cuando, por ejemplo, la Reforma Política del DF afecta a los 8
millones 851 mil capitalinos (INEGI censo 2010), pero por razones de estrategia
parlamentaria fue desplazada en las bancadas de izquierda por la permisividad
de la mota.
La vieja
trampa repetida en las legislaturas desde el cambio de Departamento a Jefatura
de Gobierno ahora está vestida de marihuana. Anteriormente la bancada del PAN
se enganchaba en el debate del aborto agotando los tiempos parlamentarios que
desplazaron los temas importantes de la ciudad, esos que metían en inconveniencias
a Marcelo Ebrard Casaubón.
La infección
crece, solo algunos paliativos para mantenerla operable son dosificados sin una
solución a fondo. Lo mismo pasa en el gobierno federal en el combate al crimen
organizado, la legalización de la marihuana es la cortina de humo ideal, aun
cuando el discurso oficial lo rechace. Por eso extraña la actitud de Vicente
Fox Quezada, un promotor clave del PRI en la elección presidencial,
precisamente por ser el icono del PAN que lo sacó de Los Pinos después de 70
años.
Fox no va
contra sus intereses, después de los agravios a su propio partido su futuro
está en otro lado. Lo mismo pasa con Fernando Gómez Mont, una pluma importante
en la redacción de la Iniciativa para legalizar o despenalizar la marihuana,
que presentará el PRD en la Asamblea pero a la vez tiene la doble virtud de ser
una propuesta atrevida en la lucha contra el crimen organizado.
La principal
alineación del foro para la despenalización de la marihuana en la fundación
Miguel Alemán -¿en verdad alguien puede pensar que la familia del ex presidente
lo haría sin un aval superior?- tiene piezas claves en empatía con el gobierno
federal: Pedro Aspe Armella, Héctor Aguilar Camín, Jorge Castañeda y Fernando
Gómez Mont, el ex Secretario de Gobernación que le aventó a Felipe Calderón la
renuncia al PAN, sin dejar el puesto en Bucareli, molesto por que Cesar Nava
deshizo el pacto de no alianzas PAN – PRD, firmado por él, Nava, Beatriz
Paredes Rangel como titular del PRI, y un representante del entonces gobernador
del Estado de México, Enrique Peña Nieto.
A partir de
ese movimiento, Gómez Mont se ganó las simpatías del PRI. Ahora es una pluma
importante para el sustento legal de la legalización de la marihuana, que
seguramente prenderá el debate y desviará algo de la atención de los verdaderos
problemas del Distrito Federal y de la lucha contra el crimen organizado a
nivel federal.
¿Qué hacen
María Elena Morera y Juan Ramón de la Fuente ahí..? Creo que la integridad
moral e intelectual los obliga a defender las causas por las que ha luchado media
vida. El tema de la presidenta de Causa en Común le da base teórica y valor a
su opinión, la legalización de la cannabis es una idea seductora, atrevida y
peligrosa, que como cualquier ley, los teóricos y legisladores la debaten y
aprueban, y ahí que los gobiernos la enfrenten con el mundo real, al fin de
cuentas, de resultar un desastre, siempre habrá un presidente, un gobernador o
un alcalde, a quien culpar de incompetente o corrupto.
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