Hugo Páez
La frecuencia del horror crea indolencia. La
constante de esa anormalidad, cuando es cotidiana, la convierte en normalidad y
resignación de que haga lo se haga, no va a cambiar,
Lo imposible procesar son las historias de
pueblos en Michoacán con 300 niñas violada y embarazadas por gavillas del
crimen organizado, mientras en el Congreso federal el infierno en Michoacán no
escala mas allá de algunos discursos aislados, según testimonios de José Manuel
Mireles, integrante del Consejo Ciudadano de Tepalcatepec, corroborado por el
subsecretario de Gobernación, Eduardo Sánchez.
En su propio púlpito escuchamos a Cuahutemoc
Cárdenas "preocupado" por el futuro del petróleo, sin que la infamia
en su estado logre sacarlo de sus casillas. Los Cárdenas son parte de esa
historia, de la gestación de la violencia hasta el desborde en el sexenio de
Lázaro que logró convencer a otro michoacano, Felipe Calderón Hinojosa, de
señalarlo en el mapa como el arranque de la lucha contra el crimen organizado
que retoma Enrique Peña Nieto como si nada hubiese avanzado después de la
depredación de Leonel Godoy y su hermano diputado federal al que las
complicidades de Alejandro Encinas y Guadalupe Acosta Naranjo le permitieron
tomar protesta, en conciencia de una orden de aprehensión en su contra.
No se oye el verdadero disgusto de los
michoacanos con voz nacional, el de Ascensión “Chon” Origuela, Silvano Aureoles, el de Felipe y
Cocoa Calderón y el de Germán Martínez Cazares por citar a conocedores del
detalle de la tragedia.
No los veo agitando manos, golpeando
escritorios, mentando madres por el dolor de sus paisanos. No los veo. Eso si,
veo a Lonel Godoy en restaurantes de DF pontificando con sus compañeros de
izquierda; al interino Jesús Reyna hablando del incremento del turismo en
Michoacán.
Lo que vi ayer fueron dos féretros de los
marinos caídos en una emboscada del crimen organizado. El vicealmirante Carlos
Miguel Salazar Remonet y el segundo maestre Francisco Ricardo Hernández,
escoltados por el presidente Enrique Peña Nieto, los Secretarios de Marina, de
la Defensa y el de Gobernación.
No se trata de cerrar todo y concentrarnos en
Michoacán, se trata de soluciones en la justa dimensión del problema, y esas no
se han acercado por no despertar el debate político de un gobernados totalmente
discapacitado y un partido que estira la paciencia de los pobladores para
llegar a la comodidad del 15 de febrero del 2014, donde no se celebrarían elecciones.
Tal vez la imagen del par de féretros envueltos
en la bandera de México despertó a Miguel Barbosa y Jorge Luis Preciado. Desde
la tribuna del Senado los coordinadores parlamentarios del PRD y el PAN
exigieron comicios para relevar a Vallejo, ante la nula autoridad del
gobernador interino Jesús Reyna en el combate a la delincuencia.
El jueves pasado
escribí en este espacio la columna titulada ¿Sacrificará el PRI otros 6
meses a michoacanos por no renunciar a Vallejo..?( http://hugorenepaez.blogspot.mx/2013/07/sacrificara-el-pri-otros-6-meses.html) tres días después
fue ejecutado la máxima autoridad de la zona naval de Puerto Vallarta, en
Michoacán. La indolencia es tan letal como la brutalidad del crimen.
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