Hugo Páez
Sentadas en el
extremo mas visual de la terraza del restaurante The Palm de Polanco, me
encontré a Josefina Vázquez Mota y Margarita Zavala, conversando solas en una
mesa la tarde del martes 27 de marzo del 2012.
El encuentro de
enorme mensaje político trató de cerrar una herida abierta desde el 5 de
febrero, día en que derrotó al precandidato oficial Ernesto Cordero Arroyo y se
agravó a finales de marzo por la difusión de una grabación telefónica donde la entonces candidata a la presidencia de la
república culpaba de espionaje a Genaro García Luna y Alejandra Sota. “La
pinche Sota”, fue la frase de Josefina que penetró en la opinión pública.
Y
aun cuando la primera dama no jugó papel alguno en esas fricciones, su imagen fue
el mejor perfil para decir a la opinión pública “Asunto arreglado”. Así me lo
dijeron esa tarde, les pedí una foto juntas que tomé con mi celular. Impacto
ganó la primicia de la operación cicatriz con Margarita y Josefina Sonrientes a
la mesa.
Ahora de nuevo se cruzan las dos. Si no logran unirse perderá mas el PAN.
Josefina esperó mucho, hasta el momento sus seguidores en
todos los niveles de Acción Nacional no saben a ciencia cierta si competirá por
la presidencia del partido. Seguramente espera el segundo capítulo de la 17
Asamblea Nacional Extraordinaria del PAN el 10 de agosto, donde se definirá el
método de selección de la dirigencia. Si se abre la elección a la militancia,
tendrá alguna ventaja, si se queda como hasta hoy, selección por Consejeros,
Margarita lleva las de ganar.
El desgaste de Ernesto Cordero en los pleitos indignos con
el CEN del PAN y su resistencia a dejar la batuta del grupo parlamentario en el
Senado obligaron al Plan “B” del calderonismo.
Margarita expresó un “Ya veremos” con sabor a “Si acepto”,
en un momento crítico del PAN que requiere de grandes liderazgos. Son los
tiempos de aplicar los grandes remedios.
Todo indica que se le adelantó a Josefina, quien parecía el
bateador designado por naturaleza, después de la carnicería por los pesos del
Senado que enlodaron a Ernesto Cordero y ventilaron nóminas favoreciendo a
asesores, miembros del mismo grupo.
No tengo la menor duda de que el mal desempeño de Ernesto
Cordero en la etapa crítica que transita el PAN desde el 1 julio del 2012
obligaron la decisión de Margarita Zavala de tomar la estafeta de Gustavo
Madero. Transitar primero por una diputación federal, rumbo al 2018 es un
camino mas seguro, ya que nada garantiza que sus posibles adversarios, si es
que no logra sentar a Josefina de nuevo en la mesa como aquella tarde en The
Palm, o algún otro apostador, podrían crucificar en público a Felipe Calderón y
al calderonismo del que forma parte la ex Primera Dama.
La
historia de la derrota está construida con grandes narrativas de traiciones y miseria
política que no se olvidan.
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