Hugo Páez
Por mas que el discurso oficial en torno a la
visita de Barak Obama gravite en otros temas, bilateral económico y migratorio,
por ejemplo, el gobierno de Enrique Peña Nieto y su embajador en Estados
Unidos, Eduardo Medina Mora, saben que el interés primordial del presidente
norteamericano es la seguridad, mas aun que se despojó del protocolo electoral
obligado en los mandatarios que buscan la reelección.
Eduardo Medina
Mora vivió la presión de Estados Unidos en los primeros tres años y medio del
gobierno de Felipe Calderón. En ocasiones las fuertes críticas del entonces
Procurador General de la República reflejaban los niveles de frustración y
molestia por el esfuerzo en el combate al crimen organizado, no correspondido
de igual manera allende el Río Bravo.
Y aun cuando
en la agenda bilateral México privilegie temas como lavado de dinero, tráfico
de armas, y el consumo de drogas, la propuesta de buscar mecanismos alternativos
a la iniciativa Mérida, revela la dificultad de todo el sexenio anterior para
lograr avances con un mismo objetivo.
Por si fuera
poco, el ataque en el maratón de Boston eleva la seguridad como prioridad, aun
cuando no se trate de un grupo extremista externo, no obstante que el interés
de Obama es lo que va a hacer Peña Nieto para detener el flujo de droga e
inmigrantes a su país.
El temor de
que el Presidente de los Estados Unidos centre la agenda en el combate al
crimen organizado tuvo su preventivo en la detención de Inés Coronel, suegro de
Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera a menos de dos días de la visita y después de
los editoriales en medios norteamericanos que hablaban de una cierta tolerancia
de Felipe Calderón y Genaro García Luna al cartel de Sinaloa.
Pero como dice
Manuel Clouthier, si es el camino que seguirá Peña Nieto va a necesitar detener
como a 50 suegros de El Chapo y a sus parientes, aun cuando la relación
familiar no implique complicidad, o sociedad con el crimen.
Y ni hablar del
tema migratorio, la subsecretaría de Población, Migración y Asuntos Religiosos,
Mercedes del Carmen Guillén Vicente, hermana del Subcomandante Marcos pasa
perfectamente desapercibida en el tema, amén de que el Comisionado del
Instituto Nacional de Migración, Ardelio Vargas Fosado, tiene un perfil mas
policiaco que académico o de derechos humanos, fue funcionario del CICEN, de la
Policía Federal Preventiva, AFI, PGR y diputado con licencia para ocupar la
Secretaría de Seguridad Pública de Puebla.
Ardelio tiene
la ventaja de mantener una fuerte amistad con el embajador Medina Mora, lo que
en teoría facilitarían proyectos en la agenda migratoria. En la historia de los
desencuentros con Genaro García Luna el ahora Comisionado del INM fue una de
las manzanas de la discordia que terminó en uno de los arranques de furia de
Calderón al enviar a Medina Mora a la embajada en Inglaterra.
Pero lo que en
verdad se escapa de toda lógica, o tal vez en la lógica de que los asuntos
migratorios nos valen, es la designación en el Senado de la atleta Ana Gabriela
Guevara como Presienta de la Comisión de Asunto Migratorios.
De risa loca,
si en la Cámara Alta trataron de buscar un perfil mas disímbolo, no lo
encontraron, bueno, ella no encontró su curul en el Senado al buscarla en la
Cámara de Diputados en la toma de protesta. En fin, luego les platico de su
visita a Guatemala con un grupo de académicos del Colegio de la Frontera Norte
y funcionarios del gobierno mexicano.
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