Hugo Páez
Hoy se
presenta otra oportunidad de oro para que Gustavo Madero, Jesús Zambrano y
Cesar Camacho Quiroz, reflejen la realidad de la inseguridad en la reanudación
de los acuerdos en el Pacto por México, que apenas contiene en el apartado 3
los Acuerdo para la Seguridad y la Justicia, que no llega a una cuartilla en
las mas de 20 relacionadas con todo tipo de temas.
La sombra está
ahí, omnipresente con los números del crimen organizado que dejó el fin de
semana una sombra escandalosa con las muertes de los Alfredo y Diego hijos de
David Páramo y Martha González, sumados a los mas de 5 mil asesinatos dolosos
en lo que va del sexenio, para acumularse a los 70 mil de Felipe Caderón
Hinojosa.
La sangre no
es indeleble ni es capricho de agenda.
Entiendo que
el gobierno de Enrique Peña Nieto no quiera repetir los errores de Calderón que
le costaron la Presidencia de la República al PAN, y ande en busca de un método
eficaz para controlar el crimen organizado, sin embargo, ese ánimo no solo es
del gobierno federal, los firmantes del Pacto, inclusive los dos grandes
partidos opositores: el PRD de Jesús Zambrano y el PAN de Gustavo Madero,
permitieron reducir los temas de seguridad a generalidades, amén de que no
fueron incluidos en la firma inicial los gobiernos de los estados, en el falso
entendido que los partidos tendrían jerarquía sobre las 32 entidades que
constituyeron en los seis años de Felipe Calderón el gran dique que obstruyó la
lucha contra la delincuencia.
Quien diga lo
contrario está mintiendo a conciencia. Ahí están los magros reportes actuales
de las certificaciones de las policías y la gran embestida de los gobernadores
contra las evaluaciones de Control de Confianza.
¿En donde está
el compromiso puntual, a detalle, de los gobernadores con el Pacto en este
rubro..?
Con razón,
Gustavo Madero y los Coordinadores Parlamentarios del PAN reventaron el
escándalo de manejos electorales con recursos de Sedesol de Rosario Robles y
programas del gobierno de Veracruz de Javier Duarte, el Pacto fue motivo de
chantaje, sin embargo, por ningún lado se ve el reclamo o la defensa pública
del combate al crimen, no repitiendo los errores del gobierno de su partido en
el sexenio pasado, pero si como reclamo de la urgencia por encontrarle solución
al principal problema del país, aun cuando se le quiera bajar de la agenda.
En la visita
de Barak Obama se interpretó como un triunfo del gobierno federal bajar de
nivel la seguridad en la agenda bilateral, después de seis años de persistencia,
sin resultados concretos que lo justifiquen.
¿Triunfo de la realidad o de la
simulación..? Ahí está el asesinato de los jóvenes Paramo, de 20 y 21 años,
para encararnos con la terca realidad.
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