Hugo Páez
El ejemplo es brutal para el panismo.
No les bastó el fracaso del primer sexenio, el de Vicente Fox, para embarcar la educación en la modernidad. Felipe Calderón continuó en la tolerancia total de las corruptelas conocidas y terminó por ser rehén de Elba Esther Gordillo.
La rendición de cuentas no llegó como lo está demostrando el nuevo gobierno, los “peces gordos” de Pancho Barrio nunca cayeron. Por eso suenan huecas las palabras de Germán Martínez Cázarez al declarar ayer que le dio “envidia de la buena” la detención de la lideresa vitalicia del magisterio.
Huecas porque desde la jura de Calderón como Presidente de la República, hasta finales del 2007, Germán fue Secretario de la Función Pública y no logró una rendición de cuentas de este nivel, y cuando arremetió sin fundamento contra una decena de alcaldes michoacanos derivando en arraigos por supuestos nexos con el crimen organizado, con el tiempo y una pésima jugada del entonces Secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, al pasarlos del penal de Nayarit al de Michoacán, fueron liberados.
Imposible entender una trama tan compleja como la que explicó el subprocurador Alfredo Castillo, en la que se involucran decenas de cuentas bancarias, rutas de transferencia y logística de gastos, sin aterrizarla en años de operación constante.
Así de increíble se antoja la declaración del ex Secretario de Hacienda Ernesto Cordero sobre el desconocimiento de estos movimientos, igual se aplica a su sucesor José Meade Kuribeña, promovido a Secretario de Relaciones Exteriores de Enrique Peña Nieto.
No hay nada nuevo, la sospecha sobre los recursos indebidos gravitan alrededor de conocidos personajes, no solo de Elba Esther, sin embargo, el “quién sigue” dirá si el proceder de la Procuraduría General de la República tuvo fines estrictamente políticos, fue un ajuste de cuentas entre viejos amigos, o se trata de la transparencia y el desmantelamiento de los poderes fácticos, como prometió Enrique Peña Nieto en el Pacto por México.
La precisión de la detención de Gordillo en el calendario de la Reforma Educativa indica lo primero. ¿Por qué no detenerla días antes de la promulgación de la Reforma..? Pero habrá que darle por el momento el beneficio de la duda.
El martes 11 de diciembre escribí en esta columna con el título “Podrá Chuayffet lo no que hicieron Josefina y Lujambio”, comenté: Uno de los grandes fracasos de Vicente Fox y Felipe Calderón fue la relación de complicidad con Elba Esther Gordillo. La líder del magisterio desgastó su relación con el PRI hasta construir su propio partido y ser expulsada.
Explicar el fracaso de la educación pública a partir de los 12 años de los gobiernos del PAN es una mentira insidiosa, pero es imperdonable que en la transición no se aprovechara la disposición ciudadana y los nuevos tiempos para sentar las bases de una reconstrucción de la educación que llevará largos años, sobre todo en capacitación, y sustitución de maestros y equipamiento necesario para las nuevas generaciones.
El primer Secretario de Educación del panismo, Reyes Tamez Guerra, no hizo nada, la relación con Elba Esther Gordillo fue mas tersa que la de Josefina Vázquez Mota, sin embargo, coronó el final del sexenio con el fracaso de la Enciclomedia.
Josefina jamás logró convencer a Felipe Calderón de tomar medidas para revolucionar la educación ya que habría que pasar sobre los intereses de la líder vitalicia del magisterio, convertida en una complicada aliada del panismo en elecciones locales, estatales y federales.
Los enfrentamientos fueron tan evidentes que ni siquiera los discursos oficiales de las dos partes quedaban al margen de los ataques. En la campaña presidencial Josefina atacó a Elba en publicidad espectacular y la líder de los maestros se burló de ella en la derrota con la frase “Gracias por participar”, al concluir la campaña Gordillo regresó el golpe con otros espectaculares en los que se leía: ADIOS JOSEFINA, Gracias por Participar.
Calderón dejó crecer el enfrentamiento y a Alonso Lujambio se le presentó la oportunidad de buscar la candidatura presidencial al presenciar la campaña contra la precandidata mejor posicionada. Mientras, el desastre educativo continuaba intacto, ni siquiera lograron imponer una evaluación real a los maestros.
José ángel Córdova Villalobos llegó por default la SEP en el 2012 como premio de consolación después de la derrota en la interna al gobierno de Guanajuato por Miguel Márquez y el gobernador Juan Manuel Oliva. Elba Esther se consolidó como enemigo del PAN en la campaña presidencial, pero las cuotas exigidas a Enrique Peña Nieto a cambio de apoyos reventaron la alianza, no obstante, la separación le dio libertad de movimiento sin tener que caminar con el cuidado que reclamaría un aliado.
Aun cuando Lucila Garfias, coordinadora del PANAL en la Cámara de Diputados y el ex candidato Gabriel Quadri aplaudan y “hagan suya” la iniciativa de reforma que presentaron el Secretario de Educación Pública Emilio Chuayffet y el presidente Enrique Peña Nieto, pisar cayos va a ser inevitable, Gordillo no comparte el poder, y el avance de la evaluación a los maestros y la depuración de la planta docente necesariamente provocará grandes malestares en el millón y medio de maestros acostumbrados a vivir con sus propias reglas.
En este escenario el Choque es inminente, a menos que se trate de otra simulación.
Así fue, el martes se dio el choque. La foto mas famosa en lo que va del sexenio, y posiblemente de todo este, será el rostro afligido de Elba Esther Gordillo tras las rejas del reclusorio Oriente en el DF.
Una foto que no lograron Fox ni Calderón y los deja en su justa dimensión, como evidencia mas, del porque regresaron al PRI a Los Pinos.
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