“De ganar Josefina, y si el PANAL elige a una mujer, la ruptura es simulación”

Hugo Páez

La ruptura de Elba Esther Gordillo con el PRI no deja de formular tesis que explican escisión o simulación. La mas interesante para Acción Nacional es que la líder del magisterio y Enrique Peña Nieto toman precauciones ante un posible triunfo de Josefina Vázquez Mota; para contrarrestar la diferencia de género, el Partido Nueva Alianza designaría a una mujer que cuide las espaldas del ex gobernador del Estado de México, ya que las baterías de la guerra sucia apuntan a sus relaciones privadas.

La tesis se debilita cuando, de común acuerdo, Gordillo acepta la difícil tarea de obtener la votación suficiente para conservar el registro de su partido, sin embargo, no deja de ser necesario el planteamiento, ya que todas las encuestas apuntan a un triunfo de la diputada con licencia, aun cuando es evidente el apoyo del gobierno federal y la estructura del partido a Ernesto Cordero Arroyo; amén de que su equipo no descansa enviando señales a los medios de comunicación de tener amarrada la victoria.

Un rompimiento simulado, necesariamente es un acuerdo de unos cuantos, muy pocos, los estrictamente necesarios para preservar el objetivo; sin descartar que Acción Nacional promueve esta tesis como parte de la guerra política, en caso de unión de opositores contra su causa.

Jorge Castañeda describió a su amiga Elba como una gran negociadora, que nunca se soporta en una estrategia a mediano plazo. Que tensa la relación desde su zona de confort, cual líder sindical, en el que, la contraparte tiene que llegar a un acuerdo. Así explica el posible arrebato de un rompimiento auténtico, no simulado. Pero el PAN está obligado a trazar todas las rutas del enemigo; ante la indefinición del candidato y con el tiempo encima, sus tres posibles opciones son tres escenarios diametralmente opuestos. Josefina Vázquez Mota es la gran preocupación adentro y fuera del PAN – Gobierno; Enrique Peña tendría a la adversaria mas fuerte, según las encuestas, con la incertidumbre de la diferencia de género. El presidente Felipe Calderón tendría que apoyar con todo a su plan “B”, a sabiendas que la candidata resistió grandes dificultades que sembraron a su paso, lo que la libera de ataduras y compromisos con la administración saliente.

Es el mejor escenario para un candidato, asumir la continuidad selectiva y abanderar los cambios necesarios, sin deudas de padrinazgos políticos.

Cuando todo parecía definido en las trincheras opositoras al PAN, surge una jugada extraña, un cuarto candidato, o candidata, con la encomienda de ayudarle al PRI, o cuando menos así se ve obligado a considerarlo Acción Nacional.

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