Hugo Páez
No podría haber un cuadro mas desalentador para la seguridad de los mexicanos que los dimes y diretes entre el Ejecutivo y los gobernadores de la reunión del Consejo Nacional de Seguridad Pública en Palacio Nacional.
Un presidente enojado enfrentando a los jefes de los estados y del DF discutieron frente a un auditorio de medios electrónicos que lo último que espera es una cena de negros, como prueba del porque la frustrada lucha contra el crimen organizado, a cinco años del sexenio.
No hay duda de las intenciones de Felipe Calderón, pero lo que dista mucho de ser un acierto es la pésima estimación del problema y la respuesta inesperada de las bandas criminales, resumida en sus propias palabras: las cosas se van a poner peor y la crisis de violencia va a aumentar.
Seguramente Calderón va a descansar cuando deje la presidencia en un año, pero el siguiente no tendrá mas opción que continuar la guerra al interiro del país.
Sin embargo el espectáculo mayor fue el desencuentro entre las fuerzas federales y estatales, donde Calderón les echó en cara su incumplimiento en la depuración y capacitación de sus policías. El espectáculo que no debió ser si se hubiera operado el cabildeo y preparación de la agenda del Consejo con los gobernadores fue producto de alguien que no hizo su chamba, y no está por los rumbos de Bucareli. Sin embargo nadie preparó la agenda para evitar el diálogo ríspido frente a los medios de comunicación.
Los ciudadanos nos dimos cuenta de la impotencia de los jefes de los estados y miembros del gabinete de seguridad para atacar el problema a corto plazo, ni siquiera se sabe de cuanto tiempo se habla al decir corto, mediano o largo plazo, es más, el presidente no desaprovechó la oportunidad de ironizar frente al gobernador del Estado de México Eruviel Ávila cuando este estimó la capacitación de sus policías en 12 años, “será la de su estado”, dijo Calderón con sarcasmo.
La reunión del Consejo Nacional de Seguridad Pública fue todo, menos productiva, en realidad a los ciudadanos no nos importa si los culpables de la inseguridad son los gobernadores, alcaldes o el Presidente de la Republica, sin embargo esperamos que trabajen como un equipo y eso es precisamente lo que no hacen los tres niveles de gobierno, a leguas se ve la falta de compromiso social en la mayoría de las entidades, carajo, deben superar la mezquindad y desenfocar el tema electoral, parece que se trata de que el presidente no se lleve las palmas al erradicar a las bandas criminales, de que al PRI o al PRD les conviene la descomposición del país para que los electores urjan un cambio.
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