Hugo Páez
Midiendo las palabras con Bernier, Felipe Calderón vetó la candidatura de su esposa Margarita Zavala Gómez del Campo para el 2012, llenándola de alabos, cualidades y la posibilidad de contender por un puesto de elección popular, pero mas allá de la elección presidencial.
Podríamos inferir que la primera dama está de acuerdo con las palabras del primer panista del país, sin embargo las muestras de apoyo de Gustavo Madero, Josefina Vázquez Mota y Heriberto Félix Guerra Guerra, hasta el cierre de esta columna, van en sentido contrario.
Para un importante sector de panistas, inclusive encuestas, Margarita es la mejor candidata mujer del PAN, sobre Josefina Vazquez Mota, y posiblemente sobre las mas visibles del PRI y el PRD. El reducto misógino que presupone que la esposa del presidente de la república no debería competir, pues es solo eso, un reducto envenenado por los movimientos de Marta Sahagún de Fox a partir del 2004.
Con la impresionante sequía en Acción Nacional se antoja irresponsable marginar a Margarita Zavala, sin embargo el fantasma del parentesco podría jugar en contra. Para los que hacen cálculos en Los Pinos, Zavala podría regresar la presidencia al PAN en el 2018, de ese tamaño es el pesimismo, o realismo, como se le quiera llamar a la ingenuidad de suponer que de ganar el PRI soltaría la banda presidencial al siguiente sexenio.
En este horizonte, Margarita aparece como senadora plurinominal y a partir de la plataforma del Congreso nada le impedirá el activismo, hasta ahora endulzado por el estatus de primera dama.
La declaración de Felipe Calderón en Nueva York estuvo cargada de mensajes, el mas fuerte, el que sepultó medíaticamente el veto a Margarita fue la amenaza contra Carlos Slim, “Lo respeto pero tengo que actuar contra las prácticas monopólicas, y yo soy la autoridad” dijo.
Un golpe frontal como no se había visto contra el magnate de las telecomunicaciones, en un escenario de confrontación entre Televisa y Televisión Azteca contra el Grupo Carso, contaminado por una multa de mil millones de dólares impuesta por la Comisión Federal de Competencia en una extraña votación en la que Eduardo Pérez Mota ejerció el sufragio de calidad y forzó la pena por presuntas prácticas monopólicas.
La imagen amable de Margarita Zavala contradice a su capacidad todoterreno, lo vimos en la accidentada competencia por la presidencia del PAN donde jugó el papel mas influyente, en ausencia del presidente Calderón a la reunión del Consejo Nacional en la que Gustavo Madero consiguió la estafeta de Cesar Nava sobre Roberto Gil Zuarth.
A partir de la renuncia de Madero al Senado su fuerza fue disminuyendo y en presidencia se aprobó la competencia de Gil Zuarth a quien todos vieron como el candidato oficial con el apoyo de Patricia Flores Elizondo ya fuera de Los Pinos, marcada por los enfrentamientos con los cercanos a Calderón y en franca fricción con la oficina de la primera dama.
El equipo de Roberto Gil apoyado por Germán Martínez, Fernando Gómez Mont y la consejera Paty Flores que le dio la firma de registro, desde el principio sufrió el rechazo de otros consejeros por la intervención de la ex Jefa de la oficina del presidente. Imposible no pensar que mangonearía al PAN desde esa trinchera.
Margarita y su equipo operaron y se encontraron con sorpresas muy desagradables, por ejemplo, la hermana del presidente Luisa María Calderón “Cocoa”, operó en su contra, un doctor muy allegado a la primera dama y con la mente en una candidatura cabildeó a favor de Gil Zuarth pensando que se llevaría la victoria. Se equivocó.
En televisión vimos los manoteos de Zavala frente a un Gil Zuarth con cara de regañado, después de querer incluir a Patricia Flores en la lista del nuevo Comité Nacional, producto de la negociación para dejarle el camino libre a Gustavo Madero después de la primera vuelta en la votación. Todas las actitudes y traiciones, fuera de los golpes naturales de una contienda de este tipo, fueron registradas.
Sutil y hábil, Margarita se ha mantenido al margen del calderonismo, la contienda por la presidencia del partido es la prueba, los calderonistas también se dividieron, unos al lado de Madero y otros al de Roberto Gil Zuarth, sin embargo, la capacidad de operación de Margarita, fuera de los dos grupos, inclinó la balanza para favorecer a Madero, que en declaraciones posteriores al veto del presidente la consideró un gran activo del PAN y una de las militantes con mayor reconocimiento y aceptación, que puede aspirar y ejercer al cargo que mejor le convenga. Las palabras del líder del partido contradicen a Calderón, afirmó que Zavala puede hacer distintas funciones, precisamente por los muchos atributos con los que cuenta, aseguró que no será vetada dentro del partido y solo espera que la Comisión Nacional de Elecciones establezca las reglas para la contienda del 2012, aunque la opción de la encuesta está descartada.
El resultado lleva a una fácil conclusión: el cambio de dirigencia en el PAN todo se resumió a un desacuerdo entre el presidente y su esposa, aún cuando la versión oficial es que Calderón prefirió la ausencia por primera vez en una reunión del Consejo de esa importancia.
Ahora habrá que ver si Margarita Zavala Gómez del Campo renuncia a su derecho a ser candidata a la Presidencia de la República, y también renuncia a escoger candidato, o estará en el lado contrario de las preferencias de su esposo, quien dice no tener gallo, o cuando menos promete no meter las manos.
De cualquier forma, el presidente debió contestar a la pregunta de si Margarita Zavala podría ser candidata en el 2012, con una frase: “Pregúntenle a ella”.
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