Hugo Páez
● Calderón no fue imprudente en la conferencia de prensa en Washington, hubo un rechazo del Departamento de Estado antes.
● Rosario Green alza la voz y llama la atención para consolidarse como la mejor opción en Relaciones Exteriores en un probable gobierno priista.
● Frustración permanente mientras Estados Unidos no controle tráfico de armas y consumo de droga
La Secretaria de Estado Hillary Clinton rechazó la primera petición del gobierno mexicano para remover al embajador en México Carlos Pascual.
La sutil sugerencia se hizo a través del embajador Arturo Sarukhán, remarcada por funcionarios de seguridad argumentando la gran molestia de Los Pinos y del Ejército Mexicano por los cometarios de Carlos Pascual.
El silencio de Estados Unidos se tradujo en rechazo, por lo tanto el presidente Felipe Calderón decidió ventilar su molestia en la primera visita a Washington el 2 de marzo ante la sorpresa de funcionarios de ambos países. La inusual conferencia de prensa estuvo llena de reclamos públicos en defensa del ejército y autoridades mexicanas concentradas en la lucha contra el crimen organizado. Calderón concluyó explicando lo difícil que será trabajar con Pascual después de los comentarios que publicó WikiLeaks.
Calderón sabía la respuesta de la Casa Blanca y decidió adelantarse, presionó y recibió dos días después el rechazo oficial del Departamento de Estado de Estado Unidos para quitar a Pascual, el vocero del Departamento de Estado Phillip Crowley declaró en rueda de prensa: "No sé de ningún plan para removerlo (a Pascual)", además enfatizó que el embajador realiza un trabajo temendo a favor de ambos paises, aunque admitió que los cables de WikiLeaks provocaron tensión.
Sin embargo el embajador Pascual estaba totalmente impedido en la práctica para realizar su trabajo en México, la declaración pública del presidente mexicano le cerró todas las puertas con el gabinete y funcionarios de primer nivel. Calderón logró maniatarlo en Washington y a partir de ese momento cualquier comunicación con el titular de Estados Unidos se vería como un reto al presidente de la república.
Dos discursos eran la opción antes de la conferencia de prensa con medios de comunicación internacionales, sin embargo la señal nunca llegó y el presidente decidió atacar como ningún otro mandatario mexicano lo había hecho en la capital norteamericana.
La de Calderón no fue una imprudencia, como interpretaron muchos analistas mexicanos, incluyendo al ex canciller Carlos Castañeda, señalado por el presidente como el cupido que presentó a Carlos Pascual con Gabriela Rojas, hija del coordinador parlamentario del PRI en la Cámara de Diputados, Francisco Rojas.
En el intercambio de información con Estado Unidos en los temas bilaterales mas delicados, era de esperar que la relación de Carlos Pascual con la hija del coordinador parlamentario de PRI, el partido opositor mas fuerte, tensara la comunicación con el gobierno mexicano, aun cuando no jugara como un factor clave para exigir su remoción.
Las fricciones y humillación de los cables de WikiLeaks se presentaron como una oportunidad para la senadora y ex canciller Rosario Green, decidió hacer ruido para llamar la atención de los aspirantes priistas y construirse como la mejor opción para ocupar de nuevo la cancilleria si el PRI regresaba a Los Pinos. Green subió los decibeles de sus reclamos y afirmó que era inapropiada la permanencia del embajador de Estados Unidos en México, pero que se ha mantenido, al parecer, 'por un acuerdo' entre los presidentes Felipe Calderón y Barack Obama.
En una entrevista al finalizar la comparecencia de la canciller Patricia Espinosa, Rosario Green aseguró que Pascual no ha sido retirado del cargo por el gobierno de Estados Unidos, declaró: “Es obvio que le es útil, si no les fuera útil ya lo hubieran despachado, por eso el presidente Calderón está haciendo un pequeño juego en el cual le pueden decir de lo qué se va a morir el embajador, cómo, cuándo y dónde, al embajador”.
En la comparescencia de Espinosa, Rosario construyó una tesis improbable pero ruidosa “En respuesta, Pascual asume la actitud de hablar quedito, pero el embajador sigue funcionando y circulando por todas las esferas de Gobierno y está aquí”. En la vía de llamar la atención de su propio partido, la ex canciller añadió que por ello, en la comparecencia en el Conagreso, la Secretaria de Relaciones Exteriores se negó a comentar algo sobre Pascual, a pesar de que fue cuestionada al respecto por senadores de diversos partidos “Cuando le preguntamos, no solamente yo, sino muchos de nosotros, qué pasa con el embajador, ella se negó a contestar”, concluyó la presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado.
A Calderón le urge darle carpetazo a las fricciones con Estados Unidos, sin embargo Barak Obama involuntarimente atizó el fuego el martes al afirmar que el presidente mexicano se sentía “frustrado” en la lucha contra el crimen organizado. La generalidad del discurso fue de comprensión para los momentos que vive Calderón, sin embargo los medios de comunicación interpretaron la frustración como derrota, horas antes de que el presidente mexicano se reuniera con congresistas norteamericanos en Los Pinos. El comunicado de Presidencia asegura que Calderón habría descrito a los congresistas algunos aspectos de su política en materia de seguridad y lucha contra la delincuencia organizada trasnacional, además de hacer hincapié en lo relativo al tráfico de armas de Estados Unidos a México. La mención de Calderón sobre el control de armas se da justo un día después de que se diera a conocer dicha entrevista con su homólogo estadunidense quien, a pregunta expresa, respondió que el operativo Rápido y furioso, se está investigando.
El operativo es una revelación reciente que abonaron a los cuestionamientos al gobierno de Estados Unidos sobre la responsabilidad en el incremento de la violencia en México, porque al salirse del control de los funcionarios de Estados Unidos, cientos de armas ingresaron a México e incrementaron los arsenales del crimen organizado.
Iternet, WikiLeaks y las redes sociales no solo cambian las reglas hacia una nueva transparencia en la vida cotidiana, también en la relación entre las naciones. Calderón se anotó un tanto histórico con la remoción de Carlos Pascual, sin embargo el tráfico de armas y el consumo de droga en Estados Unidos son motores de la violencia que seguirá en México mientras permanezcan abajo de las prioridades de nuestros vecinos, y, como dice Obama, vamos a seguir “frustrados”.
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