Priistas unidos... para correr

Hugo Páez

Felipe Calderón debe estar sonriente por la graciosa huída de los priistas en Guerrero, antítesis de la utópica unidad que debe ser probada en las buenas y en las malas, pero no pasó la prueba con el abandonado Manuel Añorve.
En palabras de Enrique Peña Nieto, Gurrero no es el Estado de México, sin embargo los ánimos abrevados en sus playas inyectarán fuerza para construir una alianza que hasta el momento ha probado efectividad, sin importar ideales y viejas pugnas que por lo pronto parecen reposar el sueño de los inocentes.
El nuevo ideario se llama Antipriismo, una animadversión acentuada con el prefijo "anti" que tendrá la misión maniquea de enmarcar la guerra electoral entre “los buenos aliancistas que evitarán el retorno de los malos".
Seguramente Calderón aparecerá sonriente para enfatizar el triunfo, aun cuando hable de participación ciudadana, fiesta democrática, gobernar para todos y bla bla. Marcelo Ebrard queda en un pedestal temporal con una ventaja envidiable y difícil de obtener frente a Andrés Manuel López Obrador.
Innegable la realidad de los números en Guerrero, golpeará el ánimo del PRI en esta primera elección del año donde nada les salió bien, ni el candidato, ni la estrategia, ni la capacidad de reacción contra la guerra sucia por la filtración de un documento custodiado por la PGR. El hecho es tan grave, que en mas de una ocasión ha cambiado el rumbo político de un estado y puede jugar como arma clave en la elección presidencial del 2012.
Quien piense que los buenos panistas tratan de evitar el regreso de los malos priistas a la presidencia de la república, y bajo esa premisa justifican la guerra sucia a partir de una declaración de un testigo protegido llamado “Mateo”, a la que ni la procuraduría federal de Arturo Chávez Chávez da credito ni le merece una averguación previa, esa justificación es un postulado muy peligroso, en la historia ha servido a gobiernos autoritarios para preservar su régimen, su verdad y su concepción del bien público.
Pero mas grave aún que la instancia encargada de procurar justicia en el ámbito federal se convierta en un ente persecutorio disfrazado. Se podrá alegar porosidad, sin embargo la filtración ayudó al candidato del gobierno federal, como fue en los casos de Arturo Zamora en Jalisco y de Jesús Vizcarra en Sinaloa.

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