Hugo Páez
● Baja California Sur consolidará confianza del PAN - PRD o borrará derrota del PRI en Guerrero.
● En juego la tranquilidad en Los Pinos.
● Enrique Peña Nieto no se puede equivocar de candidato.
La inyección de confianza funciona como un potente estimulante. En la elección de Guerrero revirtió la autodesconfianza al interior del PAN acumulada con las derrotas del 2009 y las dudosas victorias del 2010, en el PRD materializó la posibilidad de triunfos sin la bendición de Andrés Manuel López Obrador por una buena operación en el llamado día “D”, el de la votación.
El estado de ánimo es tan importante que a partir de una revuelta en Túnez con la dimisión de su presidente Ben Alí el 14 de enero, provocó un efecto dominó en Egipto con la virtual renuncia de Hosni Mubarak, después de 30 años en el poder, y promete continuar por el mismo camino en Jordania.
La atmósfera de creciente confianza en los ultimos dos años metió al PRI en una mecánica de enfrentamientos de baja intensidad, bajo la premisa de que una victoria en el 2012 era inminente, y en ese crisol los grupos en disputa se concentraron en arrebatarse espacios, una muestra de ello es el retardo de Beatriz Paredes para entorpecer la entrada de Emilo Gamboa Patrón a la CNOP y reducirle el camino a la presidencia del PRI.
La apabullante derrota de Manuel Añorve fue una dosis de realidad que prendió alertas para evitar que se repita el triunfo de la alianza PRD - PAN en Baja California Sur y brotó la urgencia de una primera victoria para Humberto Moreira, antes de la importantísima elección de Estado de México.
Cualquier estratega diría que derrotar a Enrique Peña Nieto en el Estado de México es primordial, si el Gobierno del DF y el federal unieron fuerzas en Guerrero, en tierras mexiquenses será la madre de todas las batallas previas al 2012. El laboratorio tiene elementos y posiciones muy interesantes: aun cuando Peña Nieto tiene una mano con cartas ganadoras, la selección del candidato será una operación quirúrgica en la que no puede equivocarse, del otro lado, lograr una coalición PAN - PRD - PT y Convergencia es vital, pero se complica por la intervención de López Obrador, a pesar de que la derrota en Guerrero golpeó su estrategia de no alianzas.
Indudablemente la victoria de Ángel Heladio Aguirre Rivero refrescó el ambiente en Los Pinos después de un traumático cambio de dirigencia en el PAN. Roberto Gil Zuarth no logró la importante posición y en cambio la llegada de Gustavo Madero no garantiza del todo que la voluntad de Felipe Calderón sea el evangelio en el partido, por lo tanto, habrá que conciliar intereses y fuerzas en el umbral de la elección mexiquense, hasta la presidencial.
Pero en el PAN parecen desentonados, la exótica critica del Secretario del Trabajo Javier Lozano Alarcón a Alejanadro Encinas, tachándolo de esquizofrénico por buscar la candidatura del Estado de México favorece la posición de Andrés Manuel López Obrador. Si el objetivo es apuntalar a Luis Felipe Bravo Mena, la intención parece reventar la coalición, y muestra el estilo locuaz de Lozano, lleno de ocurrencias tontas, discriminatorio con los que padecen la terrible enfermedad y contrasta con la posición seria y cordial del propio Bravo Mena.
Y en el PRI luchan contra sus propios diablos, ven en la derrota de Manuel Ñorve la derrota de Manlio Fabio Beltrones, el mayor contrincante de Enrique Peña en la interna, si las condiciones le favorecen, como declaró el lunes en una entrevista con el periodista Roberto Rock.
Al día siguiente de la elección de Guerrero, desde la Cámara de Diputados el coordinador parlamentario del PRI Francisco Rojas enterró el proyecto electoral de Manlio Fabio al rechazar a mediano plazo una reducción del IVA al 12%, la mando al ataúd de los debates nacionales, una práctica diplomática que sustituye al rotundo NO. De nada sirvió la intervención de Francisco Labastida Ochoa en el escenario fiscal propuesto por el presidente de los senadores, a pesar de que el detalle expuesto por el senador sinaloense explica el concepto de la filosofía hacendaria, que aún con el olor electoral, justifica los cambios en el Impuesto al Valor Agregado. La negativa de Francisco Rojas a conciliar posiciones evidencia la línea de tronar todo lo que huela a Beltrones.
En unas horas mas Baja California Sur será decisivo para consolidar la confianza del PAN - PRD, o borrar la derrota del PRI en Guerrero. Las huestes de Marcelo Ebrard y Humberto Moreira se acantonaron en una contienda sin tregua para concentrar todas las fuerzas en el día “D”. La experiencia fue moldeando el día de la votación como la operación mas importante, atrás quedan las buenas o malas campañas, quien domine esta batalla asegura el triunfo. Para desgracia de los ciudadanos y la democracia, los ríos de dinero encontraron un buen cauce en el mercado electoral, es la experiencia de Guerrero y será la tónica en Baja California. Solo es cuestión de horas.
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