Hugo Páez
La molestia de Felipe Calderón por los comentarios de la embajada de Estados Unidos a su administración filtrados por WikiLeaks, en especial al Ejército Mexicano, llegó al punto de que el presidente evitara toparse con Carlos Pascual.
En un primer intento por limar asperezas, Barak Obama llamó al premier mexicano el 11 de diciembre, sin embargo, la herida sigue sangrando a medida que las revelaciones de los cables desnudan una cooperación muy desnivelada y en ocasiones sumisa.
Hillary Clinton fue recibida ayer en Guanajuato con la novedad de que el FBI interroga a inmigrantes latinoamericanos en territorio mexicano como medida antiterrorista. Un vergonzoso tema de soberanía que puede traer consecuencias en el Senado de la República por ser uno de los poderes que debe ser enterado, amén de que otro de los cables desnuda la incapacidad de las autoridades mexicanas para pacificar Ciudad Juárez y recurre al gobierno norteamericano.
WikiLeaks cambió la agenda diplomática de Estados Unidos, la visita de Hillary Clinton tiene como objetivo reconstruir esa confianza perdida. Los cables publicados por Julián Assage provocaron grandes molestias en Los Pinos, se prolongó al gabinete y al Ejército encabezado por el general Guillermo Galván Galván, quien recibió duras criticas de la embajada por su labor en el combate al narcotráfico.
La dura pero diplomática Hillary tendrá que quitarle estos obstáculos a Carlos Pascual, el momento es especialmente delicado, en el 2012 los dos países renovarán presidente de la república en medio de una espiral de complicaciones. Barak Obama ponen en peligro su reelección con medidas populares y el presidente Calderón emprendió una saga contra el crimen organizado con un método que provocó mas de 30 mil muertes dolosas en lo que va del sexenio, y por lo tanto dificulta convencer a los electores a votar por la continuidad de su partido. De este lado el PRI, y del otro el Partido Republicano saborean las condiciones que pronostican el regreso al poder y el tiempo corre.
Calderón debe recordar que a la salida de George Bush los proyectos de cooperación con México quedaron completamente relegados, era el inicio de la lucha contra el crimen, y de nuevo el ciclo se repetirá en seis meses. Obama enfocará su atención en la reelección y en el peor de los casos impulsara a un demócrata, o una, que podría ser Hillary Clinton.
WikiLeaks fue un sismo con epicentro en la Casa Blanca, entorpeció el flujo de información de primera mano recabada por su cuerpo diplomático en todo el mundo. Aún con tecnología de punta, el camino de las relaciones públicas es ágil, eficiente, de bajo costo e insustituible para el análisis de información. Pero esta vez, los urgidos son ellos.
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