Hugo Páez
Dedicados a las campañas, y en tiempos no electorales a proyectos sociales vistosos que construyen su propia imagen, los gobernadores evaden hasta donde es posible combatir la inseguridad.
Imposible explicar el crecimiento del crimen organizado sin complicidad, o en el mejor de los casos por temor que obliga a la indiferencia, esa que dejó el viernes 68 ejecutados y ayer mas de 40. Lo mas violento que se ha visto en el sexenio.
La constitución de los estados los obliga a garantizar la seguridad pública y preservar el estado de derecho. Hacen lo mínimo posible mientras les permita simular dedicación a ello.
El gobierno federal, enfrascado en una zaga contra el crimen, se enfrenta con barreras estatales y municipales que aumentan la deficiencia del método.
Desde el 2002 los gobernadores se agruparon en una conferencia diseñada para la autoprotección. Una especie de cofradía que les permite negociar y presionar a la federación.
La semana pasada de nuevo posaron para las cámaras en Tamaulipas en la 39 reunión de la CONAGO, todos formados enfundados en sus chamarras cuereras, dos días atrás, la masacre ahí mismo, en Tamaulipas.
La reunión constitutiva en el 2002 dejó cinco conferencias mas en el año. Desde un principio se cuidó afanosamente que el gobierno federal no se metiera en sus feudos. La fuerza de grupo enfocó sus baterías a obtener recursos en tiempo y forma.
En el 2003 y el 2004 se reunieron 10 veces cada año. En el 2005 los gobernadores se juntaron en cinco ocasiones, una de las cuales ocurrió en España.
En mayo del 2006, Ney González presentó una propuesta para combatir el narcomenudeo, el entonces Secretario de Seguridad Pública, Eduardo Medina Mora, alertó sobre el creciente problema.
A partir de la administración de Felipe Calderón, la CONAGO bajó su rendimiento considerablemente, se reunieron forzadamente siete veces del 2007 al 2009. El rebote de la violencia en Michoacán, Chihuahua, Sinaloa, Nuevo León, Baja California, Durango, Tamaulipas y Sonora, con un Eduardo Bours convenencieramente justiciero en una acción que dejó decenas de muertos en Cananea, trató de mostrar la mano dura que le falta a la federación. Los grandes espacios de tiempo entre conferencias convirtieron a la CONAGO en una sesión fotográfica en la que se invitaba al personaje mas relevante en el tema de moda: la crisis económica, la influenza, etcétera. De agarrar al toro de la inseguridad por los cuernos, ni acordarse.
Felipe Calderón llegó a la presidencia sin haber pasado por una gubernatura, de haberlo hecho, hubiera cambiado la frase “Estar en la oposición es el cielo, gobernar es el infierno” por “Estar en una gubernatura es el cielo, estar en presidencia, el infierno”.
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