Hugo Páez
Conectado es feliz, por eso la simple amenaza del corte de línea telefónica al no registrarse en el Renaut lo trastornó.
El “homo online” checa las barras en el celular, las ondas que indican actividad del WiFi inalámbrico, el e-mail, el chat, el facebook, twitter y Hi5 en el browser son indicadores de que todo está bien. No importan lo efímero que escriba o hable. Poco a poco es menos conciente de su nacionalidad y adopta la de internet.
La dificultad para registrar los celulares lo metió en pánico, “me van a cortar la línea”, fueron millones de pensamientos negativos, inimaginables apenas unos años atrás cuando evolucionó a partir del “homo offline”, del que nunca fue conciente. No se imaginó un salto evolutivo de tales proporciones.
Dos y medio millones de años atrás, dio los primeros pasos en un proceso que lo separó de los primates y lo convirtió en homínido. Cientos de miles de años fueron necesarios para desarrollar un lenguaje complejo, para abstraer ideas y fabricar herramientas. Alexander Graham Bell, Antonio Meucci en 1871 y Bill Gates, tres destacados homínidos, fueron piezas clave en la construcción del homo online, que solo hasta 1983, gracias al ingeniero de Motorola Rudy Krolopp inició la era de la telefonía móvil.
Windows, Apple, Google, YouTube, Cisco, IBM, Hewllet Packard, Sony, Oracle, SQL, Ebay, entre miles de marcas, forman el blindaje de ese exoesqueleto intangible que lo cubre.
El homo online “siente” que puede tener miles de amigos en internet a través de las redes sociales. Ya no tiene que comprar una tarjeta en Hallmark, basta consultar la palabra e-cards en google, yahoo ó lindavista para obtener cientos de ofertas de todo tipo, desde las gratis hasta las más sofisticadas y animadas con fondo musical. Vaya ni siquiera tendrá que acordarse de los cumpleaños, sus cuentas en Hotmail, gmail y yahoo se encargan de eso y del envío automático. Sentimientos programados.
Sentados en la mesa de un restaurante se ven con mas frecuencia a grupos de homo online en comunicación con otros ausentes con su Blackberry, Iphone ó cualquier gadget, menos con los homo sapiens que tiene enfrente. En breve los necesitará menos, la videoconferencia a través de telefonía móvil se agiliza rápidamente y le evitará molestias de traslados, y sobre todo, la interacción directa con otros homo. ¡Será protagonista de una experiencia en vivo del ciberespacio estilo YouTube..!
Las redes sociales permiten al homo online mostrar todas sus facetas: alegrías, miserias, creencias, miedos, tabúes, complejos, opiniones reflejadas en textos, fotos y video. Basta una mirada a Facebook, Tweeter y Hi5 para tener una radiografía del alarmante vacío del homo online, de la ignorancia, tristeza, alegría histérica, miedo, urgencias, pobreza espiritual, virginidad cultural. “Órale wey ya oíste la nueva de los Killers, la de los Babasónicos, la de los Bunkers… el antro estuvo super chido… que pedo wey…” los más grandes presumen vinos, restaurantes ocultos ó caros y descubren en Joaquín Sabinas y Arjona a grandes filósofos. ¡Que tal..!
El homo online tiró el reloj, la alarma de cabecera, está a punto de dar de baja la cámara fotográfica y la video. El “cel” lo mantiene en línea, hace todas estas funciones cada nuevo modelo con más calidad.
De pronto el Congreso y la Cofetel se convirtieron en los villanos que trataban de regresar al homo online a su evolutivo anterior homo offline.
Como en los grupos de Cro-Magnones contra Neardenthales, Calos Slim, y el Francisco Gil Díaz salieron en defensa de su grupo para mantenerlo en línea, por supuesto el verdadero objetivo era defender los ingresos de Telecel y Movistar, las compañías que dominan a la mayoría de los homo online que detrás del chat pueden ser Caín ó Sidharta, la máscara y el rostro, como dice Jorge Luis Borges en el poema Doomsday en Los Conjurados.
Online en todo momento. Cuando va al baño a defecar en compañía de videos del YouTube de su Iphone, en una sala de espera, en la cola del cine y en el Wii jugando en otras aldeas globales en cualquier rincón del planeta.
El homo online se calienta alrededor de su chimenea digital, desde ahí su rostro es iluminado en este mundo de contradicciones que me recuerda a una extraordinaria fotografía satelital reciente, de África en la noche: miles de luces tenues como pequeñas estrellas contrastan con el cegador destello de Europa y Norteamérica. Las más bellas de África son fogatas en el Serengueti, Kobby Fora, El Congo y Tanzania, irónicamente lo más evolucionado de nuestra especie 180 mil años atrás, que por el momento se mantienen como homo offline.
hugopaez@prodigy.net.mx
www.hugopaez.com
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