Hugo Páez
Se trata de libertad de expresión. Esa que molesta cuando rompe tabúes, mitos y barreras que, inevitablemente golpea algún flanco. La que empuño el estandarte del cura Miguel Hidalgo 200 años atrás, aventó a guerra a José María Morelos y Pavón; la que no dejó callarse a Oscar Arnulfo Romero en El Salvador, hasta que una bala le atravesó el pecho; la que impidió a Samuel Ruiz dejar pasar las terribles injusticias contra indígenas en Chiapas.
Ampliar la libertad religiosa, aún en la concepción del ateismo, significa simplemente permitir uno de los derechos humanos vitales.
En un sistema secuestrado por el partidismo, es necesario que un derecho sirva a intereses políticos para tocar las posibilidades reales. La sociedad civil puede gritar, marchar y protestar con estridencia, sin embargo debe tocar el interés de algún legislador para materializarse, es el caso del senador Pablo Gómez que aprovecha una injusticia en las libertades para recomponer la relación del PRD con la iglesia católica y revertir el efecto negativo en la población por la aprobación del aborto, matrimonios y adopciones gays.
Pablo Gómez propone una iniciativa de Libertad Religiosa que derogará el artículo 130 constitucional que prohíbe a los ministros de culto “asociarse con fines políticos ni realizar proselitismo a favor o en contra de candidato, partido o asociación política alguna. Tampoco podrán en reunión pública, en actos del culto o de propaganda religiosa, ni en publicaciones de carácter religioso, oponerse a las leyes del país o a sus instituciones, ni agraviar, de cualquier forma, los símbolos patrios".
Una iniciativa que hará mucho ruido al interior del PRI que mantiene polarizada su posición sobre la participación de ministros de culto en política, aunque en la práctica es el elemento común.
Las alianzas electorales PAN – PRD en los estados posiblemente faciliten la iniciativa en la que se prevé irán juntos en el Congreso de la Unión. Como atenuante, la Arquidiócesis de México a través de Hugo Valdemar aclaró el uso moderado de este derecho humano, si se da , “No se hará política desde el púlpito”, sentenció, sin embargo, la intolerancia tiene muchas máscaras, la más favorecida habla de un laicismo que tasa a los sacerdotes como extranjeros en su país. Inquisición legislativa contra los curas.
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