Hugo Páez
No se trata de pedir permiso, pero si de cabildeo en el Congreso de Estados Unidos y por supuesto en la Casa Blanca.
Retomar parte del liderazgo perdido en Latinoamérica es tan importante para Mexico como para nuestros vecinos del norte. La cumbre de Río en Cancún fue el momento ideal para la propuesta de Felipe Calderón de formar una OEA alternativa sin EU y Canadá, frente a invitados tan estridentes como Hugo Chávez, presto a organizar subgrupos de fuerza que debilitan cualquier liderazgo global.
Sería un suicidio para México suponer una política de choque con Estados Unidos en el punto mas delicado de la lucha conjunta contra el crimen organizado. Los recursos del Plan Mérida son necesarios, reales y simbólicos, sin embargo, topan con un Congreso muy sensible a métodos rudos contra los derechos humanos, y más aún si la propuesta de Calderón a sus homólogos de América Latina se interpretara como una política netamente antiyanqui.
La atomización de Latinoamérica históricamente a beneficiado a nuestros vecinos del norte, pero en los últimos años presenciamos un proceso de polarización muy peligroso que rebasa las fronteras geográficas e incluye empatías como las de la República Islámica de Irán, alentada por la política injerencista del presidente Venezolano que esta muy presente en nuestro país desde el periodo preelectoral del 2006 en que aumento su potencia con las posibilidades de Andrés Manuel López Obrador para llegar a la presidencia de la república.
El proselitismo fue evidente, las células bolivarianas siguen en operación en la UNAM bajo la complacencia del rector José Narro Robles que iniciaron con financiamientos promovido por el entonces embajador venezolano Roy Chaderton.
Grupos organizados por Guadalupe Carrasco "La Pita" viajaron a Caracas para afianzar proyectos, activos hasta el momento, y que seguramente incrementaran presencia y recursos a medida que se acerquen la elecciones del 2012.
El acercamiento de Irán a los países Latinoamericanos del Alba, encabezados por Chávez, los hermanos Castro y Evo Morales mantienen alerta a Estados Unidos ante la posibilidad de mayor presencia de grupos terroristas a través de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que ya mostraron ligas con México y la máxima casa de estudios que encabeza Narro, con la incursión de Lucia Moret Álvarez en uno de los campamentos terroristas apostados en Ecuador.
Calderón puede ser una alternativa al liderazgo del moderado Luis Inacio Lula Da Silva de Brasil, que mostró una faceta mas peligrosa al mantener viva su visita a Teherán en mayo próximo, donde será recibido por Mahamud Amadineyad, un presidente urgido de reconocimientos que legitimen su dudosa reelección, y de aliados contra Washigton, que mantiene bajo la lupa tanto el programa nuclear iraní a través de la Agencia Internacional de Energía Atómica, como al respaldo terrorista de Amadineyad y del líder supremo, ayatola Ali Jamenei.
Hay mucho trabajo por hacer, los puentes del narcotráfico están tendidos desde el cono sur hasta el norte del continente. Es evidente la protección de gobiernos que permiten cosecha, producción y trasiego de drogas. Los movimientos supuestamente revolucionarios mutaron en protectores de cárteles, las fuentes de financiamiento que da el mercado de estupefacientes son enormes e íntimamente ligados a esos países polarizados en subgrupos.
Reactivar el liderazgo latinoamericano de México es vital para la lucha contra el crimen organizado que poco a poco logró el control de territorios importantes en el país, y se convertirá en un factor decisivo en el futuro político inmediato. Una muestra la vivimos previo a las elecciones del 2006, en el 2012 se puede gestar un caldo de cultivo con consecuencias terribles.
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