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jueves, 3 de diciembre de 2009

Apocalipsis petrolero, muchas manos y malas decisiones desde Zedillo

Hugo Páez

No lo dijo, le dio la vuelta con cortesía; Georgina Kessel evadió culpar al Congreso por no aprobar las reformas de ley necesarias, esas que propuso Felipe Calderón como Reformas Petroleras de Segunda Generación.
La urgencia es enfrentar el Apocalipsis petrolero que dejará a México con una capacidad de extracción de crudo en 2.5 millones de barriles diarios, un millón menos que en los mejores tiempos.
A pesar del viento frío frente al lago de Chapultepec, Kessel no pierde la sonrisa optimista, sin embargo, la crudeza de los datos es brutal: “En el mejor de los casos, si tomamos las decisiones correctas en materia de energía, estaremos viendo los frutos dentro de 8 ó 10 años; estas decisiones debieron tomarse 10 ó más años atrás”, el conteo evidentemente pone al centro de los males a Ernesto Zedillo y libra a Vicente Fox, pero no lo exculpa en los argumentos de la Secretaria.
Obligadamente la perspectiva desde la Secretaría de Energía es global: petróleo, gas, energía eléctrica y nuclear, abandonada por décadas a causa de la ola ecologista que sirvió más a intereses de grupos políticos que para evitar el peligro potencial, aún con la tragedia de Chernovil en el horizonte. Laguna Verde pervive silenciosa, bien conservada y promete ser el eslabón para la nueva ola de energía atómica, aunque los frutos de los proyectos se den en 15 años, después de la toma de decisiones.
La ventaja de los académicos como Georgina Kessel es la planeación sólida a mediano y largo plazo, una visión sin la adicción política a los resultados inmediatos. Se ve la determinación y el mando, seguramente la remoción de Jesús Reyes Heroles le allanó el camino para tomar el mando de la petrolera; por el perfil, el novel director Juan José Suárez Coppel es un eslabón más en Energía, indudablemente PEMEX representa el 25% del presupuesto de ingresos de la federación, contra la Comisión Federal de Electricidad dedicada exclusivamente a prestar servicio interno en el país.
El monopolio petrolero en México tiene la facha de empresa, con los males de las instituciones democráticas; por lo tanto, se conduce con estructuras más ineficientes. Es un símil de la paradoja que viven todos los países liberales; las estructuras plurales que representan a la sociedad regularmente chocan al interior en la toma de decisiones, aunque constituyen la mejor defensa de los intereses de los ciudadanos, son las más ineficientes en resultados.
Las petroleras internacionales toman decisiones como empresas independientes, nosotros, involucramos a instituciones democráticas como el Congreso y el Consejo de Administración de PEMEX compuesto por intereses del sindicato y de los partidos políticos representados por los Consejeros Profesionales.
Los multimillonarios contratos de PEMEX los hacen blanco de todo tipo de intereses. Las sospechas en adjudicaciones directas y las licitaciones amañadas son historia paralela de la petrolera. Andrés Manuel López obrador utilizó información hueca para aniquilar políticamente a Juan Camilo Mouriño. La renta de equipo y las famosas “mandarinas” presuntamente relacionadas con los hijos de Marta Sahagún, fue un arsenal contra Vicente Fox.
El blindaje contra el tráfico de influencias y la corrupción es necesario, sin embargo, no puede ser el argumento central que obstruya la legislación necesaria para futuro de la empresa, patrimonio de los mexicanos.

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