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viernes, 16 de marzo de 2018

   
El posible un pacto López Obrador - Peña Nieto
   
Hugo Páez
 
No dudo de la presunta molestia presidencial por la escandalosa amenaza a priori de Ricardo Anaya Cortés de meterlo a la cárcel, al calor de un momento de rabia por los certeros ataque mediáticos de la PGR, en sincronía con el presidente del PRI Enrique Ochoa Reza y Javier Lozano Alarcón.
Las tesis para formular la hipótesis de un pacto entre Andrés Manuel López Obrador y Enrique Peña Nieto son de una sinuosa complejidad, demandante de una gran cantidad de condiciones, pero, sobre todo, de garantías basadas en la confianza entre dos polos que históricamente encaran desconfianzas mutuas.
Pero algunas de esas condicionantes se están dando, una de ellas, el estancamiento en el tercer lugar del candidato del PRI-PVEM-Panal, José Meade Kuribreña. Un buen sector del priismo está desconsolado por los resultados adversos y en desacuerdo con la estrategia fallida para aniquilar al candidato de la alianza por México al Frente, aún con uso rudo y torpe de las instituciones de seguridad pública, aderezando la justicia selectiva con la exoneración de los delitos de lavado de dinero, defraudación fiscal y delito bancario, por parte de la Procuraduría de Alberto Elías Beltrán
No es que el PRI haya claudicado con su candidato, ni lo va  ahacer, pero la realidad va en otro sentido, y está en juego la tranquilidad de los funcionarios salientes como para desatender un Plan “B” emergente.
La otra condicionante de acercamiento es la hegemonía de Andrés Manuel López Obrador en las encuestas. Desde el previo a la campaña, el líder de Morena avanza poco a poco para tomar una distancia a la que no le han dañado ni la declaración de amnistía al crimen organizado, ni la exótica y peligrosa idea de una Constitución Moral a partir de un nuevo Constituyente, estilo chavismo de Nicolás Maduro en Venezuela, ni la amenaza de violencia postelectoral con la alegoría del tigre suelto.
Sin embargo hay un factor determinante para acercar los polos opuestos: la garantía de impunidad a funcionarios salientes y la renuncia a cualquier tipo de venganza que garantice al presidente y a su equipo una transición en calma, no judicializada.
¿Andrés Manuel tiene la credibilidad del presidente Peña Nieto..?
Porque NO deja de ser una promesa basada en la confianza, en la renuncia del líder de Morena a la revancha social que su clientela pide a gritos. Un fin que tendrá que explicar, justificando los medios.
¿Se equivocó Ricardo Anaya al amenazar al presidente con meterlo a la cárcel..?
La lucha contra la impunidad y la corrupción es el tema central del Frente y de Anaya Cortés, una ruta que no puede tomar José Meade a pesar de su trayectoria presuntamente limpia, por más discursos que elabore sobre el tema es la fragilidad del partido que representa, el peor evaluado -por mucho- en las encuestas, que además desmorona cualquier avance con torpezas como la la exoneración parcial de PGR al ex gobernador de Chihuahua.
Desde la óptica revanchista y del penetrado antipriismo en el ánimo electoral, la amenaza de Ricardo Anaya es muy explotable. Rebasa a López Obrador como opositor al sistema, sin temor a golpear gigantes, sobre todo por la actitud condescendiente del morenista con el gobierno saliente, además, el joven queretano, escoltado por el PRD de Manuel Granados, Miguel Mancera, Alejandra Barrales, y Los Chuchos, más el Movimiento Ciudadano de Dante Delgado Ranauro y David Alfaro, sintió la saña sin piedad de la fuerza del Estado, azuzada por los odios del carlderonismo en el equipo de Meade Kuribreña.
Su propia historia enseñó a López Obrador que el radicalismo opositor tiene límites de aceptación. Le costó dos elecciones presidenciales quedar como el segundo de la competencia, pero a la vez, consolidó su imagen de verdadero opositor, ahora cree que el halo de ‘salvador’ es suficiente para ser perdonado, por perdonar a sus adversarios, “a los corruptos, a los impunes”, por eso el perdón es virtud contraria al odio y la venganza, y a la vez cultiva la confianza con su principal adversario el PRI - Gobierno para recibir luz verde, camino a la Presidencia de la República.
¿Que puede prometer López Obrador además de amnistía..?
Los gobierno de coalición son viejos postulados de Manlio Fabio Beltrones. Un pacto necesita garantías dentro del nuevo gobierno, con figuras de ambos bandos en el cumplimiento de promesas.
El brinco de Canek Vázquez Góngora del PRI a Morena, hombre de todas las confianzas de Beltrones, ex presidente juvenil del partido, y uno de los operadores del sonorense, necesita una explicación mucho más allás de la trillada: por así convenir a mis intereses, ya que los valores del partido se fueron perdiendo con la dirigencia actual, y bla, bla.
Por supuesto que los intereses de Canek son sus prioridades, pero… ¿es un primer paso al gobierno de coalición Morena - PRI..?
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