Hugo Páez
Para las organizaciones de la sociedad civil dedicadas a la seguridad pública no hay duda: la aprobación de reformas en materia de seguridad interior, tal como la promueven el Secretario de la Defensa, Salvador Cienfuegos Zepeda, y el de Marina, Vidal Soberón Sanz, provocaría el aumento de la violencia y las violaciones a los derechos humanos, sin una discusión a fondo, y sin atender previamente la reforma de las fiscalías, y la crisis de las distintas policías.
ONG´s como México Unido Contra la Delincuencia aseguran que en las últimas semanas, diferentes funcionarios de gobierno federal, legisladores, gobiernos locales y el propios titulares castrenses, han insistido en medios de comunicación sobre la necesidad de regular un marco jurídico que proporcione certeza a las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad pública, antes de que finalice el periodo ordinario de sesiones.
El problema de la seguridad pública es una ecuación diferencial que se quiere resolver con una regla de tres simple. Con una respuesta violenta, que provoca mayor violencia, por un grupo de funcionarios que tienen mente y espíritu puestos en su futuro político, y calculan cada paso en razón del beneficio o perjuicio en imagen, en proyección de medios de comunicación.
Este sistema, hay que decirlo, mide constantemente su posicionamiento en la oferta electoral, en el escaparate que pervierte el propósito de la función, y ahí están los resultados con cifras récord en asesinatos en la historia de los registros, cuatro meses consecutivos este año, con un acumulado a octubre en el 2017 de 20 mil 878 carpetas de investigación, más de 13 mil que el sexenio pasado, y a este le falta arriba del año.
Escucho al Comisionado Nacional de Seguridad Renato Sales Heredia explicar algunas de las causas del pandemónium. Veo de nuevo ese tacto para no ‘herir’ a los implicados en esta solución ausente: los gobernadores, alcaldes, legisladores, policías y las Fuerzas Armadas. Habla solamente de los 22 cambios en gubernaturas en el sexenio, que complicaron la continuidad, de la falta de acuerdos para unificar mandos policiacos. La falta de disposición parlamentaria, solamente es tocada con un pétalo aterciopelado.
Justifica el tránsito de cocaína por el impasse en Colombia y la zona cocalera, donde se detuvo la fumigación de cultivos durante tres años, por los acuerdos con la guerrilla de las FARC. En ningún momento tocó el error de pasar al control del Ejército a erradicación de cultivos, donde antes también operaba la Policía Federal, ni aludió al disparo del 70% de plantíos de amapola, para la producción de heroína y opiáceos, en el Triángulo Dorado, del 2014 al 2016, en la confluencia de Sinaloa de Mario López Valdez, Durango de Jorge Herrera, y Chihuahua de César Duarte, zona de influencia de la III Región Militar.
Tampoco habló del error de fusionar la Secretaría de Seguridad Pública en Gobernación, y la exigencia de las ONG´s y los empresarios para separarla nuevamente.
Cero firmeza de Sales Heredia, cero presionar el dedo sobre la llaga que lo contamina todo: la corrupción y el mercantilismo político de gobernadores, alcaldes, diputados de todo tipo y colores, y senadores. Sin embargo, Renato se promueve como uno de los Fiscales vacantes, preferentemente el General de la República, y de hecho no es mal visto por algunas ONGs, por lo tanto, necesitará un Senado que NO esté molesto con sus reclamos.
Y ni se diga del proyecto presidencial del Secretario de Gobernación Miguel Osorio Chong, causa por la cual María Elena Morera ha señalado tibieza y cálculo político en numerables ocasiones. Habrá que suponer que la molestia de Enrique Peña Nieto con la promoción desorbitada de José Meade Kuribreña por Luis Videgaray Caso y el sector empresarial, dan nuevos bríos a Osorio Chong, pero también a Aurelio Nuño Mayer y José Narro Robles, y a más con la frase presidencial de que “todos estamos despistados en la sucesión presidencial”, la del PRI, por supuesto, para delicia del Frente Ciudadano por México, de Ricardo Anaya Cortés, Alejandra Barrales Magdaleno y Dante Delgado Ranauro.
Nunca entendí la canonización a priori de Meade Kuribreña y su cofradía político financiera donde Videgaray se asume en el báculo, cuando el país decrece, en comparación con la tendencia internacional de más de 10 años, que ya va en el orden del 3.5% y 4%, mientras acá luchamos por el 2% y sin Tratado de Libre Comercio, estaremos en el 1.5%, si bien nos va.
Este lunes 27 de noviembre, el Colectivo #SeguridadSinGuerra se posicionará sobre las alternativas en modelos de seguridad, y los riesgos de un aumento mayor de la violencia y las violaciones a derechos humanos. Según las ONG´s las cifras oficiales sobre homicidios y otros delitos, proporcionadas por la Secretaría Ejecutiva del Sistema Nacional de Seguridad Pública de Álvaro Vizcaíno, dan cuenta de los desastrosos resultados, durante la década de la militarización, iniciada por Felipe Calderón Hinojosa.
El jueves comenté en este espacio sobre las condiciones lastimosas de la Policía Federal, echados a la calle de hoteles donde no pueden cubrir el pago, con imágenes fotográficas para regocijo del crimen organizado: La sola imagen es absurda en un país con cifras récord de muertes del crimen organizado que rebasan la de todos los tiempos: Un grupo de infelices policías federales uniformados, echados a la calle de un hotel, sentados en el suelos con maletas y equipo, por falta de pago de la institución o de la promesa de cooperación de gobiernos estatales.
La fotografía forma parte de un álbum de la infamia que se repite una y otra vez para las divisiones de la Policía Federal, en Michoacán, Chihuahua, Baja California, Tamaulipas y el estado de Héctor Astudillo.
Ridícula y humillante escena de la autoridad federal, mientras gastamos más de 5 mil millones de pesos en partidos políticos en el 2015, y en el 2018 el gasto rebasará los 11 mil millones. No hay duda, tenemos pervertidas las prioridades.
Permanecen secuestradas por intereses políticos que privilegian un sistema de beneficios incalculables, para una nomenclatura que brinca de un partido a otro, del Congreso a las Secretarías de Estado, a gubernaturas, a alcaldías, y visceversa, en un carrusel de tiempo inagotable, con esa esa especie de plaga impulsada por una dinámica de prebendas y corrupción.
Es la imagen de un estado débil, de costos incalculable en percepción de la autoridad federal frente a las corruptas policías estatales y municipales -para todos aquellos que tratan de desgarrar las vestiduras, voy a añadir ‘No todas’-.
Y a la vez es objeto de sarcasmo para todo tipo de cárteles, desde los pedestres hasta las firmas del Pacífico, Golfo, Nueva Generación, Zetas y más.
¿Por qué vemos a los Policías Federales durmiendo en campamentos insalubres, con innumerables carencias, comprando implementos de trabajo con dinero propio, y a otros con las maletas en la calle..? El fracaso histórico en seguridad pública será un arsenal para la oposición, para Andrés Manuel López Obrador, Ricardo Anaya, Alejandra Barrales, Dante Delgado, Margarita Zavala y Jaime Rodríguez.
La foto de los Policías Federales, con maletas en la calle me da vergüenza, y a la vez admiración por el estoicismo al mantenerse en pie, por aguantar lástima de los ciudadanos y burlas de los criminales. Todo se jode cuando los mañosos desbordan de presupuesto, y los eslabones de la seguridad son objeto de burla y abandono.
El gobierno federal se equivocó brutalmente en la lucha contra el crimen, los datos no mienten, sin embargo, avalar la Ley de Seguridad Interior, tal como está la propuesta, tolerante en grandes espacio para los abusos, que puede derivar en un estado policiaco con la aplicación del terror, ese sería un gran error histórico difícil de revertir.
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