Hugo Páez
El martes pasado publiqué en este espacio, si Miguel Osorio Chong como puntero en la encuestas entre los priistas, se dejaría desplazar por el entusiasmo empresarial por José Meade Kuribreña (http://ow.ly/AeD330goUgy).
El Secretario de Hacienda tomó ventaja de ciertas señales de Enrique Peña Nieto, interpretadas por la opinión publicada como indicios reveladores, sin embargo, a tres semanas de la decisión presidencial, el Secretario de Gobernación acelera el paso, al tiempo en que Enrique Ochoa Reza vive una guerra de nervios entre los ‘económicos’ y los ‘políticos’ del PRI.
En ese lenguaje de conflicto se maneja la tensión y la urgencia por bajar a Ricardo Anaya Cortés de la contienda electoral. El Frente Ciudadano por México es una simple modalidad, que perdería toda la fuerza sin el líder del PAN como candidato presidencial. Anaya es el objetivo primordial del PRI y del gobierno federal. Representa el verdadero peligro frente a cualquiera de sus aspirantes.
Se trata de aniquilarlo antes de que el réferi cante los nombres en la arena electoral. Pero los métodos y el sicariato mediático es tan burdo, que provoca el efecto contrario, y lo redimensiona como el David frente a Goliat.
El PRI no olvida la paliza del domingo 5 de junio del 2016 en Televisa, donde la expectativa de ganar 10 de las 12 gubernaturas, minuto a minuto transformó la cara de victoria de Manlio Fabio Beltrones, en asombro desalentador. Ricardo Anaya, con el báculo de Acción Nacional, revirtió el alegre pronóstico para dejar el marcador 5 a 7, a favor de la oposición, en presencia del titular del PRD Agustín Basave Benítez.
El público vio la caída del Rommel priista, a manos de un político relativamente novato, ya que si eso pudo hacer con Beltrones, qué no hará con un peso menor.
Pero como suele pasar en estos resultados, ni toda la derrota era atribuible al entonces presidente del PRI, injustamente jubilado, ni toda la victoria, al líder del PAN, rápidamente encumbrado. Pero así es la percepción, y como reacción de corrección política, ‘Goebbels’ proscribió a Manlio, preparó a Meade, y puso en la mira a Ricardo.
La Elección de Estado echará mano de todo, por ejemplo, veo el apodo de Anaya como “El Nopal” en la serie de Televisa como continuación de la parodia El Privilegio de Mandar, y recuerdo los tiempos de “El Tigre” Emilio Azcárraga Milmo, orgulloso auto confeso soldado del PRI.
Esa remembranza, en la nueva temporada de la serie, viene acompañada del mismo olor nauseabundo.
Pero los tiempos del Tigre eran los de la Dictadura Perfecta, y ahora su hijo Emilio Azcárraga Jean simula abandonar la trinchera, para ubicarse del otro lado del pantano, como un bobo ejercicio de auto protección.
Tampoco hay duda que los tiempos de control de medios de comunicación es un nuevo intento del PRI-Gobierno, como la verdadera alianza que le garantice continuidad con José Meade Kuribreña, Miguel Osorio Chong, Aurelio Nuño Mayer o José Narro Robles.
Andrés Manuel López Obrador pasó a segundo término. Sigue demostrando que es una amenaza de cartón piedra, cuál maniquí de Serrat que enamora a los soñadores más radicales, a los encabronados que apuntan a cargarse el cristal con piedra en mano.
De igual forma Margarita Zavala se quedó en el camino, víctima de los odios de Felipe Calderón renunció al PAN y se enrutó en la difícil saga de la candidatura independiente y ahora prueba la soledad del error.
Anaya, Alejandra Barrales y Dante Delgado se ven dispuestos a aguantar la tormenta las próximas seis semanas, López Obrador con Morena tiene todo estructurado, pero el PRI no puede equivocarse de candidato, ni el presidente peña Nieto de verdugo.
Hasta aquí el parte de guerra.
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