Hugo Páez
Hay una cierta ingenuidad en María Elena Morera que hace gracia, pero a la vez es una de sus grandes fortalezas.
Esa ingenuidad la mantiene haciéndole ‘bullying’ a las instituciones desde Vicente Fox Quesada, Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto. Pocos líderes sociales logran que el presidente de la república aguante críticas de frente, lo que bien habla de las dos partes como ejercicio de rendición de cuentas, aún cuando provoque molestias como las de ayer en el Foro Sumemos Causas.
El presidente Peña Nieto, agobiado por las gráficas del crimen organizado que escalan sin control, y probablemente llegue a 24 homicidios por cada 100 mil habitantes antes de terminar el sexenio, pegan a su presidenciable mejor posicionado en las encuestas: Miguel Osorio Chong, reclamó bullying a sus anfitriones, contra las instituciones de policías y seguridad pública. Además de que nada gustó la propuesta de las ONG´s para separar a la Secretaría de Seguridad Pública de Gobernación.
Desde el 2004 le sigo la pista a María Elena, hemos tenido desencuentros y diferencias de opinión, precisamente por ese candor que la hace esperar más de las personas, de lo que la historia de los funcionarios públicos nos muestra .
Se enoja, revienta de ira, se desilusiona, y ahí sigue por más de trece años “dando lata”, como decía el nefasto gobernador Ángel Aguirre Rivero, cada vez que México Unido Contra la Delincuencia (MUCD) y Causa en Común, señalaban su sospechoso desinterés en capacitar y combatir la corrupción de sus policías municipales, estatales y la procuraduría de Guerrero. La historia lo puso en el basurero con la masacre de normalistas de Ayotzinapa en Iguala.
Pero ayer la molestia del presidente fue patente. Dos años atrás estuve en el mismo salón del Alcázar del Castillo de Chapultepec y ahora el resultado es peor. Los números del combate al crimen organizado son altísimos, en el 2016 y cuatro meses del 2017 rompieron récord las muertes dolosas, desde que existen registros.
Los momentos críticos de Morera con Osorio Chong no son nuevos, de frente ha dicho que su perfil político estorba terriblemente para el combate a la inseguridad, y que su aspiración presidencial supedita la agenda de Gobernación a su futuro político, y este, igual que el Comisionado Nacional de Seguridad, Renato Sales Heredia, rechazan tajantemente la separación de la SSP de Segob, que daría la razón al gobierno parnista de Felipe Calderón.
De igual forma, la Conferencia de Gobernadores es un blanco de críticas de estas ONG´s, simplemente porque muchos de los gobernadores se han dedicado a hacer negocios y saquear a sus estados. Ejemplos sobran: Javier y César Duarte, Yarrington, Eugenio Hernández, Rodrigo Medina, los Moreira, y un largo etcétera.
Pero el calendario electoral hace más incómoda a Maria Elena Morera, todo lo que diga sobre el fracaso del gobierno federal y los estatales en el combate al crimen organizado, es un arsenal para la oposición, y de eso hay abundancia que se traduce en fracaso.
Un claro ejemplo de abuso y conducción errática de estas instituciones la dijo ayer Morera con nombre y apellido: Manuel Mondragón y Kalb. El primer Comisionado Nacional de Seguridad de Osorio Chong tenía más de 220 policías federales designados para cuidar a los miembros de su familia, y eso es verle la cara de estúpido a los ciudadanos, con la complacencia de sus superiores.
Peor aún, la crítica a las Fuerzas Armadas, no sólo de María Elena, sino de todos los que la hacemos, es prácticamente tachada de sacrilegio e irreverencia. Sobran los senadores, diputados, gobernadores, Secretarios y comunicadores, que a la menor crítica al Ejército y a la Marina, brincan para tratar de llamar la atención castrense.
Un dato, del 2015 al 2016, los plantíos de amapola crecieron en un 70% en Triángulo Dorado formado por Sinaloa, Durango y Chihuahua, territorio prácticamente resguardado por las Fuerzas Armadas, y sigue sin control, igual que en Guerrero de Héctor Astudillo.
Otro dato, Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera fue capturado en las Suites Miramar del malecón de Mazatlán, en un radio que podría considerarse vecinal con la Tercera Región Militar, a cargo en esos dos años del general Alfonso Duarte Mújica.
Es injusto hacer tabula rasa de las corporaciones de seguridad pública y militares, además de que el ruido de lo negativo siempre va a superar a lo positivo, y, por supuesto, NO habrá aplausos y vítores cada que hacen bien su trabajo, como reclamó Peña Nieto, pero tampoco los hay para el médico de urgencias del IMSS, o el policía de crucero, o las cajeras de los bancos que dedican buena parte de su vida a hacer su chamba, y la tienen en un hilo a cualquier error.
Lo que NO ha entendido Maria Elena Morera, ni Josefina Ricaño o Juan Francisco Torres Landa de MUCD -y que bueno que NO lo hagan- es que en temporada de pesca electoral, las redes son muy delicadas, y ayer reventaron los hilos.
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