Hugo Páez
Llena de maniobras sombrías, la estrategia el PRI en el Estado de México muestra los primeros síntomas de efectividad, según las encuestas, aquellas que fallaron en Chihuahua, Durango y Quintana Roo el año pasado, por citar tres ejemplos claros (*).
Sin embargo los indecisos indignados pueden inclinar la balanza, a pesar de la recta final de Alfredo del Mazo Maza con una campaña de bajo perfil, promesas cotidianas, grandes recursos alternos no fiscalizables, pero sobre todo, con un muy efectivo trabajo previo que rompió cualquier posibilidad de alianza PAN - PRD, además de sumar a Teresa Castell, la candidata independiente que reparte dinero de quien sabe donde, para intentar dividir el voto opositor.
La importancia del resultado es el mensaje en el estado de Arturo Montiel, Enrique Peña Nieto y Eruviel Ávila. Una victoria de Del Mazo probará la eficacia de la operación política, y seguramente alentará a repetir estrategia en la elección presidencial. Luis Videgaray Caso tomará nuevos bríos, Miguel Osorio Chong, necesitará resultados contundentes, emergerán nuevo perfiles, y el priismo volverá a un proceso interno con líder - presidente, dormido durante 18 años.
Una derrota del candidato oficial, frente a Delfina Gómez Álvarez, cambiará radicalmente la escena política y volcará a toda la base de izquierda a favor de Andrés Manuel López Obrador.
La revancha social estará más cerca que nunca.
El PRD ya ganó lo suyo, sorpresivamente Juan Zepeda, resultó más competitivo de lo esperado, pero es parte de la estrategia del PRI y Alejandra Barrales, a cambio de mejores dividendos.
De ganar Morena, el dilema empujará a Barrales, Miguel Mancera, Jesús Zambrano y Ortega, Silvano Aureoles, Arturo Núñez y Graco Ramírez, a someterse a López Obrador, o construir acuerdos en un bloque nacional en su contra.
Josefina Vázquez Mota necesita a los indecisos indignados, esos que hicieron ganar a Javier Corral, Rosas Aispuro y Carlos Joaquín, y ven en López Obrador un potencial autoritario que llevará por el camino del autoritarismo, las reelecciones continuadas de Hugo Chávez y Nicolás Maduro en Venezuela (1999 a la fecha), de Daniel Ortega en Nicaragua (2007-2021) y Evo Morales en Bolivia (2006-2020), sobre todo por el silencio del líder de Morena con la brutal infamia de Maduro en Venezuela.
No hay nada escrito, pero falta que las ganas venzan la desidia, y los mexiquenses salgan a votar a pesar de la confusión deliberadamente provocada, como maniobra para mantenerlos lejos de las urnas. En esta mil mañas más habrá que incluir las cortinas de humo para restarle importancia a los comicios.
El Estado de México es indispensable para el PRI de Enrique Ochoa Reza, deseable para el PAN de Ricardo Anaya Cortés, la supervivencia del PRD de Alejandra Barrales, y la llave de Los Pinos para Andrés Manuel López Obrador.
No se trata de un estado, se trata de la Presidencia de la República en el 2018, aún cuando los que sienten la derrota formulen el conjuro: “La Presidencia NO necesariamente pasa por el Estado de México”.
NOTAS
* Grupo Expansión reportó 10 días antes de la elección en Chihuahua a Enrique Serrano (PRI) con 9 puntos sobre Javier Corral Jurado (PAN), este ganó por 9; El Universal reportó en Durango a Esteban Villegas del PRI 15 puntos arriba del panista José Rosas Aispuro, este ganó por 5 puntos.
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