Hugo Páez
Un objetivo se ha formulado el PRI en el Estado de México: evitar, mediante estrategia mediática y de imagen negativa, la llegada de Josefina Vázquez Mota a la candidatura del PAN en la elección mexiquense.
Para tales efectos hace lo posible por meter mano en el Comité Directivo Estatal del recién nombrado Víctor Hugo Sondón y alienta el ánimo de aspirantes menores que resulten inofensivos a cualquier aspirante del PRI, de la lista visible: Ana Lilia Herrera, Alfredo del Mazo Maza, José Manzur Quiroga, Luis Videgaray Caso, Carolina Monroy del Mazo y Alfonso Navarrete Prida.
Pero los números de Josefina son letales para sus adversarios, y el desprestigio del partido - gobierno que trajo a Donald Trump no puede detener la caída libre, más la incolora presencia del líder Enrique Ochoa Reza, al que no termina de digerir la curia priista.
A favor del candidato tricolor está la operación de Eruviel Ávila Villegas y la urgencia de Enrique Peña Nieto por mantener la continuidad en el estado.
Pero en el tema de los migrantes que alcanzó la cúspide después de la frenética visita del republicano, Josefina trae un portafolio de trabajo envidiable, con profundidad y labor de campo, que no forma parte temática de la campaña mexiquense, pero resulta políticamente muy explotable.
En los careos con los aspirantes del PRI, la ex candidata presidencial arrasa -encuesta del periódico El Financiero- con distancia promedio de 8 a 10 puntos. Entre partidos, el PRI aventaja con 8 puntos, pero una vez que se conoce los nombres de los candidatos, el voto por partido queda relegado en los estudios de campo.
En alianza con el PRD, Josefina sería un verdadero trabuco, sin embargo, el interés presidencialista de Miguel Mancera Espinosa, el CEO del Sol Azteca, pasa por el Estado de México, en especial un pendiente personal con Eruviel Ávila Villegas que lo enfrentó en la crisis medioambiental donde la CAME recrudeció el doble No Circula Parejo que pegó en la línea de flotación de la imagen de Mancera.
Eruviel recrudeció la crisis, le bastó un solo día con el rechazo de 8 mil toneladas diarias de basura que procesa el Edomex para doblarlo públicamente en marzo, y esta amenaza revivió el martes pasado con la presentación formal del Bloque Opositor de Alejandra Barrales Magdaleno con el objetivo de impulsar a Alejandro Encinas nuevamente como candidato de las izquierdas, y cualquiera que quiera sumarse.
La maniobra complica o hace imposible que toda la oposición importante gire alrededor de Josefina. Mancera quiere devolverle el golpe a Eruviel y cimentar su candidatura, pero los números tratan mal al Sol Azteca con 14% de aceptación, y cualquiera de sus posibles candidatos no levantan ni un tercio del conteo de la panista.
En la trama aparece Encinas como coordinador de la bancada del los asambleístas constituyentes del PRD como plataforma de lanzamiento de campaña, reforzado por el líder capitalino Raúl Flores y Héctor Serrano, el hombre que recuperó el poder en la Jefatura de Gobierno después de los desastrosos resultados de la elección del 5 de junio.
Nadie más que Ricardo Anaya Cortés tiene la fuerza de convencimiento, Josefina mantiene buena relación con los gobernadores activos y entrantes de Acción Nacional que serán un invaluable apoyo.
El escenario puede parecer tan complicado como se quiera, pero tienen ingredientes envidiables a la mano: la popularidad de Jóse, su invaluable historial blanco en tiempos de repudio total a la corrupción, y la experiencia de una campaña presidencial, que puede contrarrestar la mano negra del gobierno estatal.
No hay más vueltas.
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