Hugo Páez
La moral del mal humor es la nueva guía política que impulsa al electorado a buscar nuevas formas de gobierno, a trazar rutas diferentes como reacción a lo que se ve ahora como desmedida corrupción, gracias a las tecnologías de la información, pero encuentra a los mismos políticos y partidos.
Es la nueva revaloración de quien proyecta calidad moral, lo que mantiene a la cabeza a Andrés Manuel López Obrador y a Margarita Zavala Gómez del Campo, aun cuando el líder de Morena nos pueda llevar a una aventura de regiones insospechadas, o la ex primera dama resulte un desastre como gobernante por su experiencia que se limita a la observación desde Los Pinos.
En esta revaloración de la moral aparece el músculo de la Iglesia Católica, del Ejército y la Marina. La primera impactó en las urnas el 5 de junio aún cuando su postura frente a los matrimonios igualitarios y la mariguana implique para un sector el retroceso de libertades características de la vida progresista, sin embargo es parte de esa respuesta al hartazgo, a la clase política y a sus instituciones más representativas como los partidos y sus legisladores apostados en los congresos federales y locales.
Bajo estas circunstancias, la virulencia habita a flor de piel y tiene un gran vehículo que aterroriza: las redes sociales. En esa “purga” aparecieron los casos de Javier Duarte de Ochoa en Veracruz, César Duarte Jáquez en Chihuahua, Roberto Borge Angulo en Quintana Roo, Humberto Moreira en Coahuila, Guillermo Padrés Elías en Sonora, casos también como la Casa Blanca, los “moches” de los diputados de todos los partidos que le fueron cargados al PAN, el empoderamiento de los Chuchos en el PRD y el rechazo sistemático a todo lo que huela a Partido Verde Ecologista Mexicano.
En este código moral parece no importar la separación Iglesia Estado, ni el tabú que arrincona a sacerdotes en los púlpitos. A partir de la revaloración moral de la iglesia, los convocados por obispos y curas reaccionaron contra la iniciativa de los matrimonios igualitarios y la adopción de infantes, de la misma forma en que no se tragaron las “virtudes” de la legalización de la mariguana. Esa moral del hartazgo exige la imposición de la ley TresDeTres y de un Sistema Nacional Anticorrupción, eficientes.
Con este filtro, la sociedad tiende a separar en la izquierda y en la derecha a dos imágenes que consideran químicamente puras: Andrés Manuel López Obrador y Margarita Zavala, prueba de ello es el resultado de las encuestas donde el gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez “El Bronco” fue perdiendo espacios al tiempo en que dilapidó credibilidad y arrastró con él a las candidaturas independientes.
Hay momentos de reflexión ética en la historia, para bien o para mal, este parece ser uno de ellos.
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