Hugo Páez
La pregunta es si la Comisión Interamericana de Derechos Humanos defenderá a un cuasi-partido, definición más apegada al discurso megalómano de Vidulfo Rosales Sierra el sábado, en el primer aniversario de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa en Iguala Guerrero.
A unas horas de la llegada de Rose-Marie Belle Antoine como cabeza de la delegación, cambió el estatus de los padres organizados, despareció el grupo y emergió el movimiento político Frente Amplio para la Transformación Radical del País, que hasta el momento agrupará a la Sección 22 de la CNTE y los movimientos radicales del magisterio en los estados.
La meta quedó en el infinito, se trata de transformar al país, nada más. Un problema sin solución que en la exigencia imposible se lo resuelve a Enrique Peña Nieto, gracias al alcance de fantasía que impulsa al nuevo Frente.
En la evolución de un movimiento disminuído antes del informe del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), está el subirlo al siguiente nivel. No es otra cosa que adaptación a las circunstancias del segundo trienio sexenal, el electoral que renovará al gobierno federal en el 2018.
El objetivo natural del Frente de Transformación Radical cuyo origen es una escuela normal rural, tiene entre sus temas principales echar abajo a la Reforma Educativa -y todo lo que quepa para transformar al país-, ahora en manos del presidenciable Secretario de Educación Aurelio Nuño Mayer, y en la medida en que este avance entre sus adversarios del PRI estará en la mira del Frente, de la CNTE, CETEG y Andrés Manuel López Obrador. El SME va y viene.
En esta evolución cambiaron los propósitos.
Ya no basta encontrar la verdad y castigar a los responsables materiales e intelectuales de la tragedia de los 43, se trata de un movimiento más, cimentado en las desapariciones forzadas, que, según cálculos de ONG´s aplicadas a la materia, en el sexenio rebasan los 20 mil. De estos, un poco más de cien cuerpos son el hallazgo en fosas por la búsqueda de los normalistas en diferentes puntos de Guerrero.
No hay tiempo ni forma para construir un partido político a partir de lo presentado por Vidulfo en el Zócalo de la Ciudad de México, peor aún cuando la convocatoria no alcanzó las 20 mil personas, y en otra concentración en el mismo DF llegó a 80 mil en el partido de futbol América - Chivas, con las mismas condiciones de lluvia y frío.
Una muestra del desinterés político de la población que desanima a cualquiera.
En el nuevo rumbo del movimiento, se reducen a meros tecnicismos los resultados del Equipo Médico Forense de Argentina y los datos de la Universidad de Innsbruck sobre Alexander Mora y Jhosivani Guerrero de la Cruz, dos de los 43. Tampoco servirá de mucho las esperadas declaraciones del presunto autor material de la masacre Gildardo López Astudillo.
El objetivo cambió, los padres inconformes con el rumbo político del movimiento que antes de la reunión con Enrique Peña Nieto el 24 de septiembre en el Museo Tecnológico de la CFE que se mostraron alejados de la posición de Vidulfo Rosales, se quedarán aparte, o tendrán que unirse bajo amenaza de ser tachados de traidores.
Habrá que esperar a las conclusiones de la CIDH a cargo de Rose-Marie Belle Antoine. El Alto Comisionado de la ONU en México dio un inesperado espaldarazo el domingo a Peña Nieto por su actitud en el caso Iguala un día antes de la llegada de la delegación de la Comisión Interamericana, quien podrá oxigenar el movimiento, o dar un fallo irrelevante con recomendaciones que alarguen la investigación.
No importa el resultado, los problemas sin solución son los más fáciles de resolver.
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